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El renacer de Dicap: «Más que modas queremos instaurar temas en el tapete»

El legendario sello de los años ’60 y ’70 se relanza en septiembre de este años, con un disco tributo a Gladys Marín. Los responsables del proyecto aseguran que no pretenden competir con la industria discográfica, sino encontrar expresiones musicales ‘con contenido’ en Chile y el mundo, y retomar la idea de la venta directa.


Víctor Jara. Quilapayún, Rolando Alarcón, Payo Grondona, Violeta, Isabel y Ángel Parra, Inti Illimani. Todos nombres emblemáticos del canto nuevo en Chile. Todos ellos publicaron, durante los años ’60 y ’70, en un mismo sello: Dicap. La Discoteca del Cantar Popular, fundada a fines de los ’60, llegó a ser una de las más importantes durante los primeros años de los ’70, y controló un tercio del mercado musical en Chile. Tras el Golpe de Estado, los estudios fueron allanados, y varias de sus cintas master, destruidas. El sello continuó funcionando durante algún tiempo en París, y luego se cerró, no sin antes traspasar parte importante de su dote musical al sello Alerce, que funcionaba en Chile. Hoy, más de treinta años después, Dicap anuncia su reaparición.



Se trata de un proyecto que busca tener continuidad con el anterior, pero articulándose con el contexto de la música actual. Dentro de los elementos que caracterizaron a la antigua Dicap está la venta directa de discos, hecha la mayoría de las veces por los propios artistas, la innovación en la búsqueda de propuestas musicales y un catálogo de fuerte contenido social y político.



"Música pensante", resume Pablo Tellier, director ejecutivo del sello recién re-fundado, quien adelanta que la línea de la empresa seguirá buscando la innovación dentro del arte comprometido. De hecho, el disco inaugural de la nueva Dicap será "Mil Voces Gladys", una placa tributo a la dirigenta comunista, en la que participarán artistas como Pedro Aznar, Ilti Illimani, Quilapayún, Illapu, Isabel Parra, Tommy Rey y Silvio Rodríguez, entre otros, y que será presentada en septiembre.



Fue precisamente la idea de hacer este homenaje a Gladys Marín lo que echó a andar los engranajes del proyecto. "La idea de rearticular Dicap surge a partir del proyecto ‘Mil voces Gladys’. Cuando llegamos a la idea de cómo distribuir y trabajar lo discográfico, se nos cruza lo de Dicap, y pensamos que es una buena excusa para poder recuperar ese catálogo y proyectar ese trabajo", cuenta Giorgio Varas, otro de los responsables de la idea.



Dicap altermundista



Además del hito inaugural, el sello editará cuatro discos en los próximos meses, cuyos títulos serán confirmados en septiembre. En principio, una de las producciones se centra en el conflicto de Medio Oriente, confidencian. Y si parte de la tarea es recuperar y reeditar el catálogo de Dicap, la otra mitad es encontrar propuestas artísticas innovadoras y comprometidas. "En ese momento, la Dicap tuvo la posibilidad de proponer nuevas cosas, y de adelantarse en años a lo que iba a pasar después. Toda la gente que trabajó ahí tuvo una visión muy grande respecto del trabajo que estaban haciendo. Nosotros quisiéramos acercarnos un poco a eso", asegura Alejandro Orellana, productor general de la nueva Dicap.



"Queremos llegar al público que está ávido de escuchar música con contenido. No pretendemos competir con las grandes industrias, sino llegar al segmento que piensa. Este homenaje es en verdad más que de un segmento político extraparlamentario: es transversal", asegura Tellier. Financiados por autogestión, confían en que la venta directa podrá dar buenos resultados, tal como ocurrió en el pasado.



Aseguran que no habrá sesgos ideológicos, aunque sí existe plena identificación con una postura determinada en lo político. "La marca registrada Dicap pertenece al Partido Comunista -dice Tellier. Eso es algo que sabe todo el mundo, y no hay por qué negarlo. El aspecto ideológico se separa de la política contingente, pero nosotros nos sumamos al movimiento altermundista, que es un segmento importante entre la juventud pensante." Explica que algunas corrientes del hip hop, por ejemplo pueden tener buena acogida en el sello. "Más que modas musicales, o estilos, queremos instaurar también temas en el tapete", resume.



Balmes y Larrea en el logotipo




Con cuatro líneas de desarrollo discográfico -serie de la memoria, música internacional, música nacional y música selecta-, esta re-versión del sello contará además con la curatoría artística del premio nacional de arte José Balmes.



El creador ha diseñado ya la caligrafía del nuevo logotipo de Dicap, que se fusionará con la tradicional paloma de los ’60 y ’70 (un símbolo que fue adaptado de la imagen de Woodstock). Será Vicente Larrea, el legendario ilustrador de la empresa, el encargado de fusionar ambas imágenes en un concepto común.



Además, los responsables del proyecto aseguran que todavía están buscando el formato adecuado para los CDs, de modo que tengan cierta continuidad con el trabajo artístico de antaño, y que las portadas tengan un valor agregado, lo que de pasada ayudaría a disincentivar la piratería, cuentan.



La antigua Dicap



Es el equivalente de lo que fue editorial Quimantú en literatura. La mayoría de los discos esenciales de la Nueva Canción Chilena salieron de sus estudios: "Basta", "La Cantata Santa María de Iquique"y "X vietnam", de Quilapayún; "Pongo en tus manos abiertas", "El derecho de vivir en paz" y "La Población", de Víctor Jara, entre muchos otros títulos, se cuentan en el catálogo de la Dicap.



En un inicio, se trató de un proyecto patrocinado por el Partido Comunista -la marca todavía pertenece a la colectividad-, y que amparó producciones que en muchos casos los sellos tradicionales no editaban por su contenido ideológico. A partir de la innovación tanto en términos musicales como de estrategias de venta, Dicap consiguió ser uno de los sellos más importantes por el teclado.



Mención aparte merece el diseño de carátulas, hecho en su mayoría por los hermanos Antonio y Vicente Larrea, quienes utilizaron en muchos casos una estética derivada de la tradición muralista de izquierda, con adaptaciones en términos cromáticos. Varios de estos trabajos se convertirían después en verdaderos objetos de arte ("La población", "Basta", "Cantanta Santa María de Iquique").


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