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Escritor Marcelo Figueras: «Latinoamérica es un pueblo falto de épica»

El narrador y cineasta argentino, que promocionó recientemente en Chile su nueva novela -«La batalla del calentamiento»-, tiene muy claro su oficio. Escribir novelas que mezclan la realidad con lo irreal. Un ejercicio que permite recoger historias épicas que forman parte del mito fundacional y del imaginario de cada pueblo. Relatos, dice, de los cuales Latinoamérica carece.


Marcelo Figueras: escritor argentino

La clásica figura del escritor de barba larga y tupida, mirada concentrada, pipa encendida, en algunas ocasiones anteojos y que derrocha intelectualidad por doquier, ha cambiado. El irrumpimiento de la cultura y el arte pop en los años 60 formó a toda una generación, principalmente a través de la denominada caja idiota, que al parecer de "idiota" no tenía mucho.



Hoy no es extraño que la "Guerra de las Galaxias","Star Treck", "La Hechizada" y algunos ejemplos más actuales como El Señor de los Anillos y Harry Potter, se transformen en una guía a seguir para encontrar a una musa muy particular que inspira la confección de relatos inimaginables y que en la América Latina tiene su propio nicho : "la ciencia ficción".



Este es la propuesta del escritor argentino Marcelo Figueras, quien llegó hasta nuestro país para promocionar su más reciente creación titulada "La batalla del calentamiento". Un relato que puede transcurrir en cualquier lugar de Latinoamérica, que gira en torno a problemáticas universales, rescatando aquella imaginería mítica de este lado del mundo. Relatos fantásticos que nada tienen que envidiarle a J. R. Tolkien, dice Figueras, porque para eso tenemos a nuestro Gabriel García Márquez y su realismo mágico.



En esta novela, Figueras -guionista del filme Kamchatka, un «clásico» de la nueva cinematograífa argentina- da rienda suelta a la desmesurada fábula de Teo, de la pequeña Miranda y de la bella Pat Finnegan. Tres sobrevivientes llamados a figurar entre los personajes inolvidables de la literatura, donde también participa un insólito doctor Jekyll & Hyde, cuya dualidad no hace otra cosa que volverlo más sabio.



Con emoción, humor y un escalofriante suspenso, Figueras narra el fin de uno de esos grandes desencuentros y el suceso de una verdadera gesta: la que componen un gigante acosado por sus fantasmas, una niña hechicera a pesar suyo y una mujer que ha atravesado las tinieblas y pugna por despertar de su pesadilla.



"Relatos épicos de los cuales Latinoamérica carece", según cuenta el autor en entrevista con El Mostrador.cl. Un problema grave a su juicio, bajo un contexto donde cada país del Cono Sur quiere alcanzar un alto nivel de desarrollo a través de medidas como tratados de libre comercio y políticas de integración. Sin embargo, dice Marcelo Figueras, lo más importante está ausente, una buena base cultural y un patrimonio histórico inexistente.



"Cuando un pueblo carece de épica es un pueblo que fácilmente será pasado a llevar. En pocas palabras, es un pueblo que está derrotado en su alma, sabe que lo harán mierda todo el tiempo, que vendrán empresas extranjeras a robar, se quedan con todo y no hay nada que hacer", afirma.



-Desde ese punto de vista, ¿qué tan concretas son las posibilidades de desarrollo de los países latinoamericanos a su juicio?



-Creo que parte de la función que implica que aquello ocurra es el trabajo de los artistas, quienes tienen que ofrecer a sus lectores relatos que otorguen sentido a sus vidas y a sus luchas. La gente necesita que le presenten la posibilidad de ser felices.



«Orgullosos de una posibilidad de futuro»



-¿Cree que Latinoamérica, culturalmente, necesita sentirse orgullosa de un pasado glorioso con el que no cuenta?



-Más que eso, sentirse orgullosos de una posibilidad de futuro, más allá de la posibilidad cierta, por ejemplo, de hacer películas épicas de nuestro pasado donde sí hubo luchas históricas.



-Su teoría contradice de alguna manera las políticas adoptadas por los países latinoamericanos para alcanzar el desarrollo, basadas principalmente en políticas de intercambio comercial, que al parecer son la solución o la panacea universal para nuestros problemas.



-Sin duda el comercio es importante. Pero aquí se está olvidando un factor preponderante, el arte y principalmente la literatura. No debemos olvidar que las letras latinoamericanas y en especial la argentina, dan la espalda a estos temas, hablan de otras cosas. Por ejemplo si llegara a la Argentina un chino que quiere enterarse de lo que pasa en el país y lee la literatura escrita durante los últimos 20 años no va a entender ni un carajo, porque se trata de libros focalizados. Ninguno habla sobre gestas épicas e históricas que nos identifiquen como países y como continente.



-¿Es posible contar historias épicas que identifiquen a gran parte de los países latinoamericanos, a pesar de diferencias históricas como las que existen entre Chile, Bolivia y Perú por ejemplo?



-Claro que sí, porque las historias épicas tienen esa característica. No me dedico a escribir historias que una vez pasada la frontera no se van a entender. Este libro, "La batalla del calentamiento", podría ocurrir en Chile, perfectamente, en Colombia o en México, porque el relato esencial y estos personajes están en toda Latinoamérica. Un ejemplo más concreto de lo que digo es la cinematografía de los últimos años. Por ejemplo "Ciudad de Dios", una película ambientada en Brasil, ambientada en las favelas. Yo podría perfectamente rodar el mismo filme en una villa miseria en Buenos Aires o en cualquiera de los suburbios colombinos, porque todos vivimos en ciudades enormes rodeadas por círculos de miseria.



-¿Qué pretende graficar con esta argumentación?



-Que estas son nuestras historias, no pertenecen a otros. No son historias que pueda contar en Chicago o que pueda contar en París. Es lo que nosotros vivimos, argentinos, chilenos, uruguayos, brasileños, etc; y que tienen que ver con nuestra realidad, con lo que vivimos todos los días y con la cultura que nos tocó en suerte.



-A propósito de Latinoamérica y de relatos de ciencia ficción. ¿Podría usted enumerar a personajes de este lado del mundo que pertenezcan a la realidad pero que parezcan sacados de una historia de ciencia ficción?



-Sí. Varios.



-¿Cómo por ejemplo cuáles? Se me viene a la mente Charly García…



-Sin duda Charly García es un personaje de ciencia ficción (dice mientras ríe)



-¿Menem y Kirchner califican en el listado?



-Si, si… Aunque yo desearía que Menem fuese mas bien parte del pasado que de la ciencia ficción a menos que a algún loco se le ocurra clonarlo.

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