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Daniel Olave: «La dictadura de la pechuga perfecta frustra a las mujeres»

El periodista y crítico de cine Daniel Olave tiene un teoría muy clara sobre los senos en Chile: los únicos que las mujeres ven se encuentran en la televisión. Una imagen que dista demasiado de que él busca retratar en su exposición »Pechos», que reúne imágenes que van desde jóvenes hasta ancianas de 70 años y que se presenta hasta abril en el Centro Cultural Alameda.


Luciana Salazar, Pamela Anderson y tantas otras voluptuosas mujeres parecen ser el canon perfecto de belleza en cuanto a tamaño. Sus exuberantes senos han sido materia de portadas de revistas, programas de televisión, películas, en fin; glamour por doquier.



Por eso, la lógica parece ser que mientras más grandes sean, más éxito se consigue en la vida. Esa fue una de las teorías que hace seis años llevaron al periodista Daniel Olave a iniciar un osado proyecto: fotografiar a chilenas comunes y corrientes, sin fijarse en nada más que sus senos, y mostrar una realidad que va mucho más de la imagen, pues a través de ellos, llega a varias conclusiones sociales.



«Las mujeres no conocen los pechos desnudos de otras mujeres», dice el profesional El Mostrador.cl. «Cuando van al gimnasio o al sauna se tapan, no les gusta que las otras mujeres las vean", explica Olave, cuya muestra, titulada simplemente "Pechos", permanecerá abierta hasta el 8 de abril en el Centro Cultural Alameda.



-¿Hay un trasfondo social en esta exposición sobre los senos de las mujeres chilenas?
-La explicación es que las pechugas que las mujeres ven desnudas son las que salen en los medios de comunicación, la publicidad, las revistas, las películas. Pechos que son todos iguales, perfectos entre comillas y que responden a un canon estético implantado a la fuerza. Esa es la dictadura de la pechuga perfecta con silicona, con photoshop que, para mí, son las normales, porque son las únicas que ves. Al ser la única que está constantemente apareciendo en los medios como el ideal, provoca frustración en las mujeres.



-¿Cómo se canaliza esa frustración?
-Se canaliza, por ejemplo, en las chicas de 15 años que están pidiendo para su cumpleaños un par de siliconas, que es un fenómeno mundial, muy fuerte en la Argentina y que está llegando Chile. Algo pasa con eso, que las mujeres se están sintiendo inconformes con sus pechos.



-En las sesiones de fotos, ¿cómo asumían estas particulares modelos la forma de sus senos?
-Son más de 100 mujeres fotografiadas. La menor debe tener 17 y la mayor 70. Estamos hablando de un rango muy amplio de mujeres de todo tipo, profesionales, dueñas de casa, estudiantes, madres, abuelas, etc. De alguna manera, creo que todas entendieron el sentido del proyecto. Ir y tomarse una foto con un completo desconocido es un acto de confianza y la mayoría de la gente que fue, lo hizo porque tenía un cuento personal con sus pechos.



-¿Cuáles eran las principales trancas entre las mujeres fotografiadas?
-No hubo mujer que no tuviera tema con sus pechos. Eso ocurre con todas las mujeres en un momento de sus vidas, ya sea porque los tiene chicos y no les crecen o porque son muy grandes. Le afectan en su vida sexual, en la maternidad, si sale o no sale leche, si les quedaron caídos después, si tienen cáncer o no. Siempre, en algún momento surge el tema, y todas las mujeres que entrevisté tenían un cuento con sus pechos.



-¿Cómo se explica entonces que tras esta serie de complicaciones hayan aceptado ir a fotografiarse?
-Porque, de alguna manera, esta fotografía representa una reivindicación de su propio cuerpo. No eran mujeres que sentían que tenían las pechugas perfectas y que se encontraran regias, eran mujeres que tenían la necesidad de confrontar sus propios temores, su dudas, trancas, porque eran grandes, porque eran chicos, porque sentían que eran feos, porque estaban caídos, porque habían tenido tres hijos, en fin. Hay todo un proceso desde el hecho de ir a tomarse una foto y que tiene un carga muy fuerte y que fue súper interesante para mi. Muchas veces terminé haciendo terapia, hubo gente una hora conversando y llorando y luego tomándose la foto, riendo contentas. Eso te hace dar cuenta que es un tema muy profundo para las mujeres.



-En ese sentido, ¿es ahí donde se encuentra el sentido cultural y social que intenta rescatar esta exposición?
-El simbolismo cultural de los pechos, creo yo, va por muchos lados, creo principalmente por eso. Los pechos en sí mismos son tremendamente simbólicos. Simbolizan la maternidad a través de la lactancia, el nivel de vida, el temor a la muerte. Ese mismo pecho que da vida también te puede matar, ese mismo pecho que se acaricia en la pareja, se puede transformar en un cáncer. Los pechos tienen una carga muy fuerte y han sido, durante mucho tiempo, en la pintura, en el arte en general, en la literatura, en la poesía, un elemento de atractivo estético, de inspiración muy grande y, al mismo tiempo, han sido usados para vender neumáticos o calendarios de taller mecánico. Eso provoca muchas cosas en la gente, en el día a día, en las mujeres que ven la tele y que cargan con sus problemas cotidianos y más encima tienen que cargar con un peso de imagen, ya que sus pechos no responden a las expectativas que hay establecidas.



-¿Cómo ayuda esta exposición a terminar con esos problemas tan personales de las mujeres?
– Ver una gran cantidad de pechos de mujeres desnudos, comunes y corrientes, en una exposición o en un libro, es un ejercicio interesante para cualquier mujer, para que confronte sus propios miedos, sus trancas y vea que sus pechos son tan normales como cualquiera, en una diversidad donde todo cabe y no solamente vean esos pechos en las películas, las revistas y en la televisión.



El "seno" del proyecto



Más allá de esta exposición, el proyecto de Daniel Olave viene fraguándose hace ya 6 años, donde también han salido ideas como un documental, una obra de teatro y un libro, que está prácticamente listo y que sólo espera contar con el financiamiento apropiado para ver la luz pública.



Olave tiene claro que el tema del cuerpo en general, tanto en hombres como mujeres, es algo que aún no está resuelto en Chile y que se transforma en materia de trabajo artístico para futuros proyectos. "Es evidentemente una discusión no resuelta, sobre todo en un país generan polémicas cosas como una actriz que muestra un pecho en una película. Si eso ocurre, es portada de diarios, genera discusión, a fin de cuentas es un tema en el siglo XXI", explica.



-¿Qué representa esa reflexión a la luz del trabajo artístico, cultural y social que representa esta exposición?
-Significa que los chilenos aún nos comportamos como adolescentes, en un país donde la televisión muestra pero no muestra, donde se cuentan las cosas pero con morbo, donde todavía no hay una actitud normal, natural, para acercarse a esos temas, a cosas tan básicas como la sexualidad o el cuerpo, algo que todo el mundo tiene, pero que se transforma en un tema que hay que esconder, donde la gente se escandaliza. Me parece que son discusiones tan poco resueltas que cualquier cosa que se haga en torno a eso, son un aporte.



-¿Y esta exposición es realmente un aporte?
-Yo me siento súper satisfecho, no porque sienta que estoy haciendo un aporte, sino porque en lo que a mí significa la experiencia de conocer de esa manera un tema tan femenino, que más de 100 mujeres no sólo se desnuden, sino que se abran para hablar de su intimidad, cosas que no le habían contado a nadie, se transforma en un paso para abrir una discusión.



-El proyecto en torno los senos continúa más allá de esta exposición. ¿Cuáles son las principales líneas argumentativas de este libro que pretende editar?
-Este libro tiene mucho tiempo de trabajo, incluso había una editorial comprometida, pero se ha ido dilatando el tema. Hay cuento de costos también, porque el libro es caro, porque tiene muchas fotos, hay una necesidad de tener un auspiciador, en fin. Yo espero que la exposición llame la atención y pueda ayudar a concretar este proyecto. El libro es un material que se sustenta en la fotografía, testimonios de las mujeres sobre sus pechos, algunos datos como cuántas de las entrevistadas estaban satisfechas con sus pechos, cuáles es el nombre que más les gusta o disgusta sobre como llamar a los senos, un montón de información entregada por las propias mujeres.



-Pero esa es solo una parte del libro. ¿Es cierto que hay otro material recopilatorio que apela a grandes obras de la literatura por ejemplo?
-Sí, hay fragmentos de la literatura universal, nacional, poesía, cuento, ensayo, trozos de entrevistas, citas, cómo se le dicen a los pechos en distintas partes del mundo, textos médicos, etc. Es mucha cantidad de información con respecto al tema que es enorme. Estamos hablando de cientos de páginas, desde la Biblia y el Corán, hasta poetas contemporáneos como Claudio Bertoni, Armando Uribe, poesía francesa, norteamericana, Neruda, Huidobro. Sólo basta pensar en un autor para encontrar material alusivo a los pechos.



La banalización de los pechos



-De alguna forma, con el tiempo, ¿los pechos han bajado de categoría, desde esa idealización de la poesía hasta la era de la silicona?
-Yo no podría afirmar si los pechos han sido degradados o han bajado de categoría. A mí me parece que el pecho, en sí, ha tenido muy distintas formas de ser asumido en distintas épocas y en distintos momentos de la cultura occidental, ya sea por razones de época o geográfica.



-¿Esa distinción de épocas puede marcar un antes y después en torno a la valoración de los pechos como inspiración en el arte?
-Hubo una época en que el pecho era una cosa más cercana a la divinidad y no solo en la religión católica. Por ejemplo está todo el cuento de la "Vía Láctea", como un símbolo muy fuerte del origen y también está la Virgen María dándole pecho al niño en pinturas religiosas en tiempos pasados, donde un desnudo en imágenes religiosas era impensado. Entonces, con el tiempo, van cambiando las percepciones.



-Entonces estamos frente a un proceso natural que no tiene que ver con una banalización…
-Yo no creo que los pechos en sí sean materia de banalización, sino que en general, poniéndonos un poco siúticos, hay una banalización enorme de un montón de cosas. El sexo en sí, el erotismo, está banalizado. Todavía en Chile se asocian ambas cosas con "minas" en bikini en los programas de televisión, pero anda tú a hablar sobre temas más profundos, con respecto a la educación sexual se produce un escándalo. La misma gente que ve esos programas encuentran que lo otro es feo, malo o pornográfico, Eso es súper raro. Hay una tergiversación muy grande de muchas cosas.



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