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Norah Jones: El esperado regreso musical de la reina del «new jazz»

Después de tres años de silencio discográfico y giras por todo el mundo, la pianista regresa con »Not Too Late», una placa donde ahonda en sus predilecciones sonoras cargadas al country.


En 2002, Norah Jones, hasta ese entonces una desconocida en el ambiente de la música mundial, debutó con un disco con claras influencias del "jazz" y el «satandar», toda una novedad para el público y la industria musical.



Esa placa se llamó «Come Away with me», un álbum que junto al debut de otros músicos jóvenes, como el inglés Jamie Collum, dieron paso a una nueva denominación: el "new jazz". Una forma distinta de ver a este clásico sonido.



Norah Jones (1979 / New York City) ahora llega para reafirmar un estilo que consolidó hace cinco años con «Not too Late», su más reciente disco (2007), sucesor de "Feels like home" (2004) y donde las influencias de grandes de este estilo musical, como Billy Holiday y Bill Evans, siguen presentes.



Éxito estadístico



Las expectativas generadas por su nuevo trabajo no se hicieron esperar tras su salida al mercado en febrero. Durante las primeras semanas se posicionó rápidamente como más vendido en Estados Unidos, superando las 400.000 unidades. Del total (405.000 copias), a través del sistema de preventa por internet se registraron más de 35.000, convirtiendo a «Not too late» en el disco con más solicitudes a través de esta vía.



Pero no sólo en Estados Unidos el «efecto Norah Jones» se hizo sentir. En Latinoamérica y Europa también se registraron altas cifras para un género que sigue siendo alternativo.



Por ejemplo, en Argentina, Austria, Brasil, Canadá, Dinamarca, Dubai, Francia, Alemania, Holanda, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, Suiza e Inglaterra, el disco debutó en los primeros lugares de los rankings, y hasta el momento, ha recibido 21 discos, entre oro, platino y multi-platino.



La placa es el trabajo más personal de Norah Jones, quien compuso sus 13 canciones. Un reflejo del carisma ya exhibido y que ella sintetiza en varias declaraciones hechas dentro del marco promocional del disco. «Estas canciones son mucho más sinceras y viscerales. Algunas son oscuras y cínicas, pero hay también un sentido de esperanza», ha señalado.



Extraña visceralidad



A pesar que Jones confecciona un disco de una sutileza melódica, en varios pasajes queda de manifiesto que "Not too late" está lejos de ser un completo himno a la inocencia y la tranquilidad.



Como ella misma describe, este disco emana de la visceralidad, un elemento que no puede dejar de lado ciertos lados oscuros y que, tanto en sus letras como en las melodías, le dan un sentido más humano, sacando a esta "chica" de una "burbuja" sonora.



El mejor ejemplo es "Wish could", tema con el que arranca el trabajo. Una pieza sobrecogedora, donde la voz de Jones es absolutamente protagonista, acompañada de una guitarra que deja en evidencia sus raíces folk. Marca desde el comienzo la suavidad con la que se desenvuelve el disco. Un recurso que a ratos es contradictorio, transformándolo en una pieza de compañía más que de admiración.



En esta canción, Jones habla de encuentros y desencuentros, lugares que ahora visita sola y que en el pasado fueron más agradables gracias a un compañía que ya no está.



La calma del disco continúa con "Sinkin` soon". No obstante, el tema da un vuelco repentino, pues Jones pasa de sus predilecciones folk a un sonido más cercano a los primeros años del jazz, más propio del denominado "Dixieland", que mantiene un toque «fantasmal», logrando esa sensación «gansteril» gracias al uso de una trompeta provista de una sordina.



El tercer corte del disco -"The sun doesn`t like you"- resultará más amble al oído para los seguidores de Jones en sus anteriores discos. Se trata de una canción que calza con el tema ideal para el viaje. Una pieza que prácticamente pasa inadvertida en el contexto del resto del material, porque parece no ir acorde con la nueva personalidad musical de la cantante y pianista.



Entre las canciones más sorprendentes figura «Until the end», un tema que mezcla blues y gospel y que recuerda a las baladas más sentidas de Elvis, sin la necesidad de sorprender con una gran orquesta y luces, que acá son reemplazadas por la voz de Norah.





La insistencia fantasmal en la sonoridad de algunos temas continúa con "Not my friend". "Ayúdame a respirar/ ayúdame a creer/ realmente pareces estar contento con mi tristeza/ no eres mi amigo/ a menos que pretendas ser eso".



Una letra de amor que alcanza ribetes sonoros realmente oscuros, con una guitarra eléctrica distorsionada que con suavidad aumenta y disminuye su volumen, y que parece desaparecer cuando ya está de regreso sobre un apropiado acorde de piano.



Sin embargo, Norah Jones conoce perfectamente como funciona el negocio y decidió dejar, por un instante, sus canciones más desnudas y crudas como tarea para los fanáticos que adquieran su disco, tomando como gancho comercial a la canción "Thinking about you", primer corte promocional de la placa que parece sacado de cualquiera de sus dos anteriores discos.



El álbum continúa con "Broken", una canción que probablemente no llegará a ser single y que da paso a uno de los cortes más interesantes en cuanto a temática de "Not too late". Se trata de "My dear country" (Mi querido país), para nada un homenaje a su lugar de origen, sino un comentario poco frecuente en su trabajo anterior y que forma parte del cambio temático que experimenta con esta placa cuando dice "Quién sabe, quizá los planes cambien / quizá no es un trastornado», aludiendo a Bush.



De estos detalles que marcan un vuelco en la música de Norah Jones, salta a la apacible "Wake up", que proporciona un poco más de ritmo. De ahí continúa con "Be my somebody", otro corte de estilo country. "Little room" es otra relajada balada que antecede al ocaso del disco, "Rosie´s Lullaby" y "Not Too late", último track que titula este trabajo, que mantiene ese registro vocal de fácil escucha que la lanzó a la fama y la hizo vender más de 30 millones de copias de sus anteriores álbumes en el mundo.



Lo que podría explicar el vuelco introspectivo, visceral y crítico en la música de Jones es la ausencia del productor de sus anteriores trabajos, Arif Mardin, fallecido en 2006, o quizás Norah sencillamente quiere dejar de lado su semblante de niña buena.





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