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Eduardo Carrasco: «Los movimientos sindicales están de capa caída»

Conmemoración del 1 de mayo también recordará el centenario de la matanza de Santa María de Iquique en 1907, que el grupo Quilapayún recogió a través de la popular cantata.


En 1970, en pleno gobierno de la Unidad Popular, uno de los grupos emblemáticos de la Nueva Canción chilena, Quilapayún, editaba una de sus obras musicales célebres, con la que pasaría a formar parte de las páginas de la historia musical del país. Se trata de la «Cantata de Santa María de Iquique», pieza musical escrita por el compositor chileno Luis Advis y que Quilapayún hizo popular en todo el mundo.



La obra recoge uno de los hechos más sangrientos de la historia de Chile: la matanza de centenares de obreros del salitre en huelga el 21 de diciembre de 1907, alojados en la Escuela Santa Maria en la ciudad de Iquique, y que este 1 de mayo será recordado en el acto de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).



La temática fue todo un suceso, sobre todo en un sistema de gobierno que privilegiaba los derechos de los trabajadores que, con el tiempo, han disminuido hasta transformar a las organizaciones sindicales del país en entidades sin representación y mística, según Eduardo Carrasco, director musical del Quilapayún histórico, justo en el día que consagra a los trabajadores de todo el mundo y a 100 años de la masacre de Iquique.



-¿Hubiese sido tan popular este hecho de la historia del país si Quilapayún no hubiese interpretado la obra musical de Luis Advis?
-A la larga los hitos históricos siempre salen a la luz. Pero creo que la Cantata cumplió un rol muy importante en la reminiscencia de este hito y haberlo hecho sentir por medio del poder evocador de la música. En ese sentido, efectivamente, la Cantata tuvo una herramienta muy importante para darse a conocer, algo que hoy nadie puede negar, no como hace años atrás. Esta obra habla muy mal de muchas instituciones que aparecen como garantes del orden y la democracia y sin embargo, han jugado un rol nefasto en la vida nacional, instituciones que en distintas forman, aún permanecen en los estamentos gubernamentales.



-¿Esas injusticias se siguen repitiendo a 100 años de la matanza de Santa María de Iquique?
-Los movimientos sociales en Chile han avanzado mucho, a pesar que ahora están de capa caída. Sufrieron un momento de quiebre con la dictadura militar y desde ahí las organizaciones obreras se han debilitado mucho, hoy ocupan un rol mucho menor del que jugaron hasta 1973, donde fueron actores protagónicos de ese movimiento histórico nacional. Pero al mismo tiempo estamos viviendo un momento de mayor pacificación y una situación donde las cosas se tratan de resolver con democracia y no con violencia como a principios de siglo.



-De acuerdo a la actual realidad de Chile, ¿podrían los movimientos sindicales y obreros tener la misma fuerza que tuvieron durante el gobierno de la Unidad Popular?
-La relevancia política debería ir a acorde con la importancia que tienen los distintos sectores en la vida del país, vale decir importancia económica, cultural y ojalá que consigan esa presencia. Ahora, yo identifico una cierta distancia entre la importancia de las instituciones sindicales y el rol de los obreros en la vida nacional.



La CUT y su baja representación



-¿No cree que el tema de fondo puede ser que las actuales organizaciones sindicales no representan a los trabajadores chilenos?

-Es muy probable que eso ocurra ahora, pero es lamentable que los trabajadores no hayan sido capaces de organizarse y armar instituciones que los representen de manera más fiel bajo los actuales principios. Sería ideal que todos los sectores de la sociedad tuvieran representaciones dignas y acordes con la instancia que ocupan en la sociedad, eso sería un signo que respalda el buen funcionamiento de la democracia y garantiza que no se comentan injusticias.



-¿Una justificación también puede ser que los organismos sindicales no han logrado una efectiva modernización e intentan seguir actuando como lo hacían a principios de los 70?
-Creo que sí, dicha apreciación me parece sensata, porque al ajustarse a los nuevos tiempos, se puede comprender con mayor profundidad las situaciones que aquejan a los trabajadores del Chile de hoy. Al no ocurrir ese proceso de modernización nos enfrentamos a lo que hoy ocurre en nuestro país, a movimientos sindicales sin fuerza, eso es indiscutible.



-Desde un punto de vista cultural, ¿la falta del apoyo del mundo artístico a estos movimientos, como ocurrió en los setentas, podría ser un factor clave en el despotenciamiento de instancias como la CUT o la Anef por ejemplo?
-En el pasado la CUT era un interruptor fundamental de la vida nacional. Eso porque los obreros pesaban de una manera muy importante y culturalmente también, pero no porque los artistas los apoyaran, sino porque tenían una fuerza propia y los músicos y actores daban su consentimiento precisamente por ese peso independiente. Ahora no han perdido importancia, porque los trabajadores son una instancia preponderante en todo país, pero las organizaciones que los representan son las que no tienen la fuerza necesaria y eso implica que los otros actores de la vida nacional los miren con menor importancia.



El nuevo sonido de Quilapayún



En 1999 Quilapayún, casi con su formación original completa, editó el disco de estudio que es considerado tanto por el grupo en Chile como por los fanáticos, como el último que hasta la fecha fue editado oficialmente.



El nombre del álbum fue "Al horizonte". De ahí en adelante y sobre todo después del quiebre entre Rodolfo Parada, líder de la facción que sobrevive en Francia y Eduardo Carrasco, a la cabeza del reagrupado Quilapayún en Chile y que adoptó el apellido de histórico, han editado algunos trabajos recopilatorios en vivo.



No obstante, los más antiguos integrantes lanzarán en los próximos días su primer disco de canciones inéditas, algunas compuestas por el eterno colaborador del grupo, el fallecido Luis Advis, quien con las últimas canciones que compuso junto a Carrasco, antes de su muerte y que ahora forman parte de este trabajo titulado "Siempre".



"Son canciones que responden a la necesidad nuestra de mostrar lo que hemos hecho creativamente en el último tiempo", cuenta Carrasco.



-¿Cuáles son los motores temáticos de este trabajo de Quilapayún fechado en 2007?
-Los temas cambian, los motivos que va poniendo la historia son cada vez más distintos y es necesario responder artísticamente a esa situación. En este disco hay reflexiones sobre el pasado, también una cierta autorreferencia que tiene que ver con una madurez de la Nueva Canción chilena, con principios poéticos e históricos del propio Quilapayún, todo con el fin de lograr reconocernos como grupo, reconocer nuestra propia historia y brindar a la gente la sonoridad características con temáticas de hoy.



-¿Cómo lograron articular este disco considerando que seis de los integrantes del grupo viven en Francia?
-Con Internet, con ensayos por medio de video conferencias, etc. Hemos trabajado mucho con las nuevas tecnologías y en ese sentido el disco se torna más interesante, con un Quilapayún distinto en su forma de trabajar.



.Hay cuatro canciones en este disco que pertenecen a Luis Advis y que fueron las últimas que compuso antes de su muerte. ¿Cuál es la sensación del grupo al interpretar estos temas que pertenecen a un personaje vital en la historia de Quilapayún?
– Son cuatro canciones que mezclan su trabajo musical con algunos textos míos. Son canciones muy lindas y que tienen un especial valor, porque se trata de material inédito. Pero al mismo tiempo de un valor muy personal para el grupo, pues significa seguir trabajando con un amigo.



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