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Bellas Artes se abre a ciudadanía y realiza inédita exposición fotográfica

Con el objetivo de dar un espacio al patrimonio anónimo, el Museo Nacional de Bellas Artes puso en marcha esta semana la convocatoria titulada »Retratos de la memoria», que pretende reunir fotografías y retratos familiares captados entre 1870 y 1970. Se trata de la primera muestra que no estará a cargo de un artista o colectivo »profesional».


Este domingo 27 los edificios públicos del país abrirán sus puertas para celebrar el Día Nacional del Patrimonio, una actividad habitual desde que se comenzó a conmemorar en el año 2000, luego de que en 1999 se oficializara por decreto su conmemoración el último domingo del mes de mayo.



Una de las mayores novedades de este año corre por cuenta del Museo Nacional de Bellas Artes -uno de los edificios considerados dentro del rango patrimonial-, que quiso experimentar e invitar a los chilenos a participar más activamente de este día con su propio patrimonio.



Esta semana comenzó a recibir fotografías que darán vida a la muestra «Retratos de la memoria». La convocatoria está abierta a todos los chilenos mayores de 60 años que podrán llevar retratos o imágenes familiares que hayan sido capturadas entre 1870 y 1970, las que serán presentadas el próximo domingo en el marco de la conmemoración.



«Cualquier hogar en Chile guarda algún tipo de álbum fotográfico. Fiestas de cumpleaños, matrimonios, bautizos, etc. Se trata de una memoria anónima que nos pareció interesante de analizar, una mirada retrospectiva del ambiente social de los hogares de Chile", dice Milan Ivelic, director del museo.



Se trata de la primera vez en que el museo reciba a una exposición que no esté a cargo de un artista o un colectivo formales, sino de personas comunes y corrientes, aficionados que guardan en sus hogares un valioso material sobre la historia social.



«Hemos tenido exposiciones artesanales de maestros anónimos, pero acá no estamos pidiendo patente de fotógrafo profesional. Que yo recuerde, el museo no ha tenido una exposición de estas características antes", señala Ivelic sobre el carácter inédito de esta exposición.



Lo interesados en aportar con su material fotográfico familiar podrán hacerlo toda esta semana en dependencias del museo, donde las imágenes serán recibidas, clasificadas y destinadas a la exposición que, según Ivelic, no persigue ningún otro fin que mostrar públicamente un patrimonio subvalorado y que ha permanecido escondido en cajones y gavetas de los hogares chilenos.



"Lo que vamos a hacer en esta primera convocatoria es recibir las obras, nada más. No hemos puesto una cortapisa ni nada por el estilo. Tampoco responde a un análisis sociológico o económico, sino que se trata de una posibilidad para mostrar el patrimonio familiar de Chile", cuenta.



«Hay algunas fotos que datan de 1915, un retrato maravilloso de una chica muy linda y que sorprende por la calidad de la foto para el año en que fue sacada y con la tecnología de ese entonces", comenta sobre parte del material que ya han recibido.



Democratización artística


Milan Ivelic, director del Museo Nacional de Bellas Artes.

Uno de los viejos anhelos de la administración de Ivelic en el Museo de Bellas Artes, y que se arrastra de anteriores y progresistas administraciones, como la del fallecido pintor Nemesio Antúnez, es la democratización de los espacios y muestras del recinto.



El principal motivo ha sido abrir las puertas del museo a las personas más alejadas del mundo de las artes, a las poblaciones, las dueñas de casa y muchos otros chilenos que social o económicamente, han visto frustrado su derecho a la cultura.



«Exhibir estas fotografías en el museo es una cosa que nos parece encantará a la gente y que va acorde con nuestro trabajo de quitar el estigma que el museo carga, que es un espacio elitista. Con esta exposición la familia también participa de nuestras muestras de arte", señala Ivelic quien ha sido un fuerte impulsor de esta idea.



El programa "Museos de medianoche" ha sido el principal vehículo con el que Ivelic ha dado espacio a su idea de abrir el museo a otros niveles etáreos y socioeconómicos, rompiendo con la sobriedad y carácter aristócrata con el que ha contado el imponente edificio ubicado en el Parque Forestal.



«Esta otra estrategia que nos permite acercarnos a la comunidad nacional y ya se nos ocurrirán otras cosas. Quizá mañana le pidamos a la gente sus juguetes de la niñez y nos encontraremos con diseños fantásticos o rudimentarios, pero que hicieron felices a esos niños de hace 40 años», explica.



Por eso no ha de extrañar que el principal estímulo para las personas que lleven sus fotografías hasta el museo será la gratuidad de la entrada durante lo que resta del año.



"El Día del Patrimonio se viene celebrando desde hace ya varios años, donde los edificios de carácter patrimonial se abren al público. A nosotros nos pareció interesante analizar otro tipo de patrimonio, no aquel que es común, como todo lo que hay en el museo, que es un patrimonio nacional", agrega.



"Queremos ver qué pasa con esto, evaluar la respuesta de la gente y veremos si repetimos la experiencia en el futuro", puntualiza.



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