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Escritor Fernando Vallejo: «Le declaro la guerra a la Iglesia»

Nuevo trabajo del autor colombiano-mexicano es un ensayo »lleno de indignación y de ira», con el que busca desenmascarar la seguidilla de crímenes cometidos en nombre de Cristo, las contradicciones de la Biblia y su repudio por la institución papal. »La cuenta que estoy cobrando es el que se haya puesto una venda moral a los países», afirma.


Fernando Vallejo nació colombiano, pero se nacionalizó mexicano. Para él, Colombia es una mala patria. "Me cerró todas las puertas, como se las ha cerrado a cuatro millones de colombianos que viven ahora fuera. Y que serían cuarenta, si se pudieran ir cuarenta millones", dice.



Además de estudiar biología y cine, en 1985 comenzó una productiva carrera literaria que lo hizo famoso con su novela «La virgen de los sicarios», que habla sobre la violencia y la degradación social de su país natal, lo que la incluye en el conjunto de libros de esta temática llamada "sicaresca antioqueña" y que fue llevada al cine por Barbet Shroeder el año 2000.



En 2003 ganó el Premio Rómulo Gallegos, ocasión en que donó los cien mil dólares que le otorgaba la distinción a una fundación que protege a perros y gatos callejeros, demostrando así su constante preocupación por los animales, amor que según él "se fue formando con el curso de la vida. Un día se me cayó la venda moral que me impedía ver que los animales eran mi prójimo".



Su nuevo libro, «La Puta de Babilonia», es un ensayo donde Vallejo dispara contra la iglesia Católica que está escrito, según él, "lleno de indignación y de ira", modo que se evidencia en el lenguaje irreverente y polémico del texto y que contrasta con su calmo temple y su suave voz al hablar.



Sin dejar de lado nunca su inquietud por el maltrato animal, el escritor conversó con El Mostrador.cl sobre su reciente obra, en la cual desenmascara la seguidilla de crímenes realizados en nombre de Cristo, las contradicciones de la Biblia y su repudio por la institución papal, respaldado por una investigación histórica.



-En su libro dice que la iglesia Católica, "la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar". ¿Cuáles son esas cuentas pendientes?
-Las cuentas pendientes personales yo las puedo perdonar y olvidar, pues ensombrecieron mucho la niñez mía como la de muchos niños católicos con el terror al infierno, las confesiones sacrílegas, a la condenación eterna, la satanización del sexo. El sexo es inocente. Si el sexo no está hecho con violencia y no está destinado a la reproducción, es inocente.



Pero esas no son las cuentas que yo le estoy cobrando. Lo que le estoy cobrando es que haya puesto una venda moral a los países, donde se ha robado el papel de guía moral de la sociedad que les impide ver el dolor de los animales. Entonces, le declaro la guerra a la Iglesia. Espero abrirle un buen boquete, a ver si se hunde.



Las grandes cuentas mías con la Iglesia es por su desprecio a los animales. Desde su fundador, Cristo, si es que existió, -está por probarse, no está probado- hasta nuestros días. No hay un solo santo de la Iglesia, quitando tal vez a Martín de Porres, que haya tenido amor por los animales. Cristo no lo tuvo, en su evangelio no hay ninguna palabra de conmiseración ni de piedad para con ellos.



-¿Sin embargo, hay palabras de desprecio hacia los animales?
-Hay muchísimas cosas. Los padres de la Iglesia se rebajan a lo mismo. Se llaman lobos, se llaman serpientes, se llaman víboras. Se insultan con nombres de animales. Cristo mismo lo hace, a Herodes lo llama zorro. ¿Cómo puede llamar así a un pobre animal?



El papa dañino



-¿Qué momento de la historia de la Iglesia usted considera el más oscuro?
-Toda la Edad Media es oscura. El Renacimiento no lo es porque una vez que Gutenberg inventó en 1450 la imprenta de tipos móviles empezó la iluminación. Antes, la cultura era estrechísima y estaba reducida a los monasterios que tenían las escrituras, todo el mundo era analfabeto. El panorama empezó a cambiar con la imprenta, es una de las razones para que se pudiera dar la reforma protestante que dividió a la Iglesia. No habían transcurrido cien años de la invención de Gutenberg y ya los papas de la Contrarreforma Católica crearon el índice prohibido para despojar la libertad de expresión. Entonces han sido siempre enemigos de toda iluminación del ser humano cultural y, sobre todo, moral, que es lo más grave.



-Karol Wojtyla es uno de sus blancos recurrentes a lo largo del texto. ¿Cuál actitud es la que más le reprocha?
-Wojtyla es el papa más dañino. Wojtyla tomó como causa suya el converticismo azuzador de la paternidad en un planeta superpoblado y oponerse a los métodos anticonceptivos. Durante su pontificado se le sumaron a la población del mundo 2.300 millones. Es una cifra monstruosa. Él es el principal culpable de esto, con la complicidad de casi todos los estados del planeta. Los efectos de esto, a dos años todavía no cumplidos de la muerte de este hombre, los estamos viendo. Y aquí en Chile los están viendo también. Chile fue el primero en tener la capa de ozono rota y ya lo están viendo con la falta de lluvias. Y esto es causa de la sobrepoblación. La explosión demográfica es la culpable de todo el problema del calentamiento planetario.



-¿Qué opina del Creacionismo?
-Si hay una cosa evidentísima es el parentesco de las especies. Tenemos una venda tan densa en los ojos que nos impide ver que los perros son similares a nosotros. En estos momentos sabemos que el genoma del chimpancé coincide en un 99% con el de un humano y el del gorila y el del orangután en un 98%. Es una cercanía infinita, simplemente hay que estar ciego para no querer ver. El Creacionismo es una estupidez de protestantes puritanos norteamericanos que se están negando a algo que la humanidad tardó mucho en ver y es lo que llamamos teoría de la evolución. Es una bofetada a la inteligencia, es pretender que somos ciegos cuando estamos viendo.



-En su texto habla de una Iglesia victimaria y un Israel sufrido. ¿No cree que este Israel es también victimario?
-El pueblo judío es culpable de haber derramado sangre animal antes que nadie. Ellos escribieron el Levítico, que es el libro más infame que haya escrito el ser humano en su historia. En él se explica cómo los sacerdotes judíos deben sacrificar a los animales a Yahvé. Pero los judíos en realidad no están manchados de sangre humana, lo cual a mí tampoco me hace mucha diferencia.



-¿Y qué pasa con el tema de la opresión al pueblo palestino?
-Ése es un problema reciente, es muy distinto porque el pueblo judío ha sido perseguido durante toda su historia. Antes de Cristo, fueron perseguidos por Asiria, Babilonia, Persia, Roma. Luego, desde que la Iglesia tiene el poder, se convirtió en una perseguidora de judíos.



La Iglesia emitió medio centenar de bulas en contra del pueblo judío, es culpable del holocausto judío en Alemania. Todo el obispado alemán echó al vuelo las campanas en honor de Hitler. Toda la Iglesia Católica, con la bendición de Pío XII, se plegó a él. Lo mismo la Iglesia italiana con Mussolini. Los judíos han sido víctimas, perseguidos. Ahora están redados por todo el oscurantismo musulmán, que es una horda que se reproduce como conejos, peor que católicos.



-¿Cree que el lenguaje que usted ocupa en su texto puede opacar la evidencia histórica que expone?
-Yo estoy escribiendo un libro polémico, un memorial de agravios, como si levantara un sumario o un prontuario contra los crímenes del cristianismo. Lo estoy haciendo como un escritor, con un lenguaje literario. Yo sé cuáles son los más efectivos y los míos lo son. Yo no estoy escribiendo un libro pseudoacadémico, lleno de notas al pie de página. Yo estoy escribiendo un libro lleno de indignación y de ira. Libros contra la Iglesia se vienen escribiendo desde la Revolución Francesa, ¿pero que sean efectivos, cuáles? No los hay.

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