Siguiendo la línea experimental de afamados directores, como el danés Lars von Trier o el alemán Win Wenders, el chileno Pablo Solís (Paréntesis/2005) se atrevió a llevar a la pantalla grande una de las primeras experiencias cinematográficas donde la música será protagonista y donde, señala, no hay presiones para imponer un guión con el objetivo de aumentar la taquilla.
El director chileno Pablo Solís se aventura con una formato y temática novedoso en la producción de cien nacional. |
Hace tan solo días la televisión abierta transmitió su opera prima a través de sus pantallas. Se trató de "Paréntesis", rodada y estrenada en cines en 2005, película que junto a "Play" y "La Sagrada Familia" se transformó en la punta de lanza de un cine nacional hecho por jóvenes audiovisualitas, preocupados de la plasmar la cotidianidad a través de sus particulares y novedosas miradas sin mayores aspavientos, desvinculándose de una industria a la que acusan de imponer temáticas exclusivamente para llevar más público a las salas.
Siguiendo con esa misma convicción, que tanto éxito les dio a estos directores "primerizos", Pablo Solís, en su segunda aventura cinematográfica, se plantea como objetivo la obsesión que miles de personas sienten por la música. Una patología sonora que el director también comparte y que lleva a la pantalla grande con "Holden: testigo de un viaje", cinta que roza el género documental y que, al mismo tiempo, se posiciona en la ficción para esculpir en el celuloide el tour que por Chile y Argentina realiza por estos días la banda francesa del mismo nombre y que el viernes realizó un concierto en el Cine Arte Alameda.
«Esta aventura con el grupo Holden nace desde la filmación de Paréntesis», asegura el director quien realiza el rodaje del filme junto a los integrantes de la banda que recorren ciudades como Santiago, Valparaíso, Talca, Concepción, Valdivia, Puerto Varas y Puerto Montt, finalizando en "La Trastienda" de Buenos Aires, Argentina, última parada del tour el próximo 19 de este mes, antes de concluir las filmaciones con un segundo equipo en Francia.
"Yo me construyo soundtracks cada vez que hago una película para escucharlos una y otra vez", cuenta el cineasta en entrevista con El Mostrador.cl.
-¿De dónde nace esta extraña idea de hacer una película de ficción, cuando todos los antecedentes indican que más bien se trata de un documental?<
-La verdad fue bien vertiginoso. En un principio estaba la idea de hacer otra cosa, como un video clip, tal cual lo hicimos con "Comme une fille" (tema incluido en el disco Chevrotine/2006). Pero luego me di cuenta de que podíamos hacer algo más, decir algo más. Ahí me encerré a construir esta idea y luego se las propuse.
-¿Qué hace novedosa a esta película?
-Primero, que hemos tenido que cranearnos la cabeza, yo por un lado y Holden por otro. Ha sido un desafío súper grande, porque nuestro principal objetivo es apostar por una película espontánea que implica un formato nuevo para el cine chileno, aunque me desagrada bastante que digan que ésta "es la primera película de…", no me agradan esas etiquetaciones. En segundo lugar, creo que en Chile no se ha hecho nada parecido antes. Es como una mezcla de películas como "Almost Famous (Cameron Crowe`s/2000) y "Last days" (dirigida por Gust van Sant en 2005 y basada en la vida y muerte de Kurt Cobain).
-¿"Alta fidelidad", otra de las películas de culto en materia de cine musical, no cabe en su clasificación comparativa?
-No en este caso, porque en "Alta fidelidad" el protagonista es el melómano, acá los protagonistas son ellos, Holden.
-Podría explicar con mayor sencillez esta aventura cinematográfica, apelando quizá a su rasgos melomaniacos…
-Sí, puede ser. Yo conozco a varios directores de cine chilenos que les gustaría ser estrellas de rock, pero por falta de talento se dedicaron al cine (cuenta riendo).
Cine honesto
Pablo Solís en una de las sesiones de filmación junto al grupo francés Holden. |
La transición del cine chileno de los 80 a los 90 fue marcadamente traumática. Durante ese período comenzaron los primeros atisbaos de temáticos diferenciados al alto contenido social y crítico a la dictadura militar de Pinochet en la escasa producción cinematográfica nacional.
Pero con la llegada de la nueva década, una serie de filmes distintos comenzaron a dar paso a un nuevo cine, una constante que comenzó a tener mayor fuerza a finales de los 90 con la llegada a las salas de películas como "El Chacotero Sentimental" (1999) o "Sexo con Amor" (2003).
Sin embargo el celuloide nacional desde el 2005 en adelante presencia un nuevo quiebre, para nada indeseado y que representa una vertiente artística y temática distinta, a cargo de directores que se atreven con un cine de bajo presupuesto, pero lleno de nuevas ideas visuales.
Este fue el caso de la opera prima de Pablo Solís (Paréntesis), que apostó al igual que otras cintas a un formato "dogma" y a un guión sencillo, extraído de una realidad santiaguina que resulta muy familiar al espectador y que carece, según cuenta su propio director, de elementos forzados como "escenas de sexo inexplicables, que sólo son puestas ahí para vender más".
"No tengo absolutamente claro de qué se trata este nuevo cine que estamos haciendo, pero tengo la certeza que tiene que ver con una cuestión de honestidad y no con hacer películas para pegarle con el palo al gato", asegura.
-¿A qué se refiere específicamente?
-Me refiero a querer correr riesgos y no preguntarle a nadie cuál es su opinión previa para testear la película antes de su proceso rodaje. Es una forma de evitar cosas que suceden y que quedan de manifiesto cuando te pregunten dónde está la escena de sexo, o cosas por el estilo. Son películas con otro espíritu.
Desde ese punto de vista, ¿cómo cree que será el resultado final de su nueva cinta?
-Creo que será un recorrido bastante similar al de "Paréntesis". Además, el público que enganchó con la película se involucrará con esta porque va por las mismas emocionalidades. La diferencia es que la primera tuvo un preocupado trabajo en la banda sonora y ahora la música es la protagonista.
-¿Son estos trabajos cinematográficos parte de un nuevo movimiento del cine chileno?
-Mucho se habló en su momento de la existencia de este nuevo cine nacional y a dos años de eso quedó demostrado que sí existe esta nueva generación que cuenta de manera distinta las historias. La más reciente fue "La Sagrada Familia". Ahora se viene "Malta con Huevo", la nueva película de Matías Bize, y otra entrega de Alicia Sherson.
-¿Para cuando está estipulado el estreno en salas de "Holden: testigo de un viaje"?
-Aún no hay nada concreto, pero creo que será durante el primer semestre de 2008.
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