Más de un año después del incendio que acabó con gran parte del histórico edificio, el futuro de la devastada construcción será un recinto que contempla amplios espacios para albergar distintas manifestaciones culturales. Autoridades lanzaron concurso para que arquitectos entreguen propuestas que permitan materializar la iniciativa.
«Centro Cultural Gabriela Mistral» será el nombre que recibirá la reconversión del siniestrado Edificio Diego Portales, una iniciativa planeada por un comité de ministros conformado por José Goñi, de Defensa; Romy Schmidt, de Bienes Nacionales; Paulina Urrutia, de Cultura y Patricia Poblete, de Vivienda.
El proyecto surgió del desafío que la Presidenta Michelle Bachelet planteó a esta comisión: preparar la que será la obra más importante que se pretende concretar su gobierno en materia de infraestructura cultural.
«Transformar este lugar en un lugar abierto, terminar con las rejas, con los espacios secretos para muchos de los que no lo conocieron cuando estaba abierto, representaba una manera de mirar la ciudad y de mirar la presencia del Estado y la cultura de una manera distinta", aseguró Eduardo Bresciani, jefe de la División de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
La transformación del antiguo Diego Portales contempla el diseño de cuatro espacios especialmente acondicionados para crear lo que serán el Centro Nacional de Artes Escénicas y Música, un Centro de Artes Visuales, la Biblioteca de las Artes y un Centro de debates y encuentros ciudadanos.
Concurso
La proyección de tales espacios estará abierta a la ciudadanía, gracias a la apertura del Concurso Internacional de Anteproyectos de Arquitectura "Centro Cultural Gabriela Mistral", en el que podrán participar arquitectos que tengan como mínimo siete años de experiencia, presentando sus iniciativas hasta el 4 de octubre.
"Lo que les pedimos a los arquitectos es una reflexión sobre toda la manzana en términos de que lo que se busca acá no es sólo recuperar el edificio, sino volver a la relación que este edificio tenía con el entorno" explicó Verónica Serrano, Directora de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.
Según Verónica Serrano, el concurso responde al interés de la comunidad por el destino del edificio, incendiado en marzo del 2006. "Los concursos de arquitectura tienen dos propósitos: uno, el mejorar la calidad de nuestra edificación pública y segundo, aumentar la participación ciudadana en aquellos temas que nos son relevantes. En este caso se juntaban ambas necesidades y, por lo mismo, creemos que a pesar de que los tiempos son muy exigidos, podremos contar con un buen concurso. Ustedes fueron testigos del interés ciudadano respecto a este lugar".
Según la Ministra de Cultura, Paulina Urrutia, "estamos recuperando un espacio en el concepto de cultura, que significa involucrar a la ciudadanía, que este espacio se abra como un espacio de formación, de generación de audiencias, de desarrollo artístico. Y que efectivamente este espacio, como toda infraestructura cultural, sirva para el desarrollo de la comuna y en este caso específico, para el desarrollo del país".
La construcción del Centro Cultural Gabriela Mistral busca honrar el espíritu del origen de este edificio y recrear la memoria histórica a través de los usos que ha tenido: durante el gobierno de la Unidad Popular recibió a la UNCTAD III, mientras que fue sede del Ejecutivo durante los primeros años de la dictadura militar, que lo renombraron como Diego Portales.
Para Eduardo Bresciani, "la oportunidad de transformarlo en un Centro Cultural y recuperar su alma histórica no solamente representaba para nosotros como Ministerio la posibilidad de entregarle a la ciudad un Centro Cultural, sino también de abrirlo a la ciudad y transformarlo en parte de la memoria de todos los ciudadanos". Por su parte, Verónica Serrano consideró que "este edificio es toda una hazaña de construcción y creemos que tiene la capacidad de reformularse a sí mismo".
Además del concurso que decidirá el diseño arquitectónico definitivo, el Consejo de la Cultura realiza un estudio de audiencias para conocer la dimensión real de las demandas de bienes culturales, determinar el público objetivo del nuevo centro, definir qué actividades culturales se desarrollarán y establecer la institucionalidad que se hará cargo de su administración.
