Cerca de 150 «castellers» de esta agrupación llegaron a Chile el pasado lunes para dar a conocer esta tradición, vinculada al compañerismo, la solidaridad y la confianza en los demás.
El grupo de «castellers» de Cataluña (España) que en la última semana ha formado varias torres humanas durante su visita a Chile ha declarado este país «plaza castellera» de Latinoamérica.
Así lo señaló Josep Cabré, presidente de la colla (agrupación) del municipio barcelonés de Vilafranca del Penedès, que regresó a España después de una visita de ocho días en el que han visitado Santiago, Curicó y Valparaíso.
Cerca de 150 «castellers» de esta agrupación llegaron a Chile el pasado lunes para dar a conocer esta tradición, vinculada al compañerismo, la solidaridad y la confianza en los demás.
Durante la gira, el grupo catalán realizó varias actuaciones, algunas de ellas en la Plaza de Armas, frente al Palacio de la Moneda y a los pies de la Torre Entel de la capital chilena.
Además, participaron en diversas actividades organizadas por las comunas santiaguinas de Lo Prado y Peñalolén, donde en el último año y medio se han constituido dos agrupaciones como parte de un programa de educación que pretende integrar esa actividad en los colegios del sector.
Los organizadores calculan que esta visita ha implicado a unos 2.400 aficionados a los «castells» de esos dos municipios, así como a otras 31.000 personas que viven en los barrios donde se pretende fomentar la solidaridad y el trabajo en equipo.
La ministra chilena de Cultura, Paulina Urrutia, celebró la visita de este grupo catalán y animó a que se «multiplique» esta práctica en el país como una vía para promover la cohesión social.
La Generalitat catalana, la Diputación de Barcelona, el Ayuntamiento de Vilafranca, varias entidades privadas y los miembros de la colla han financiado este viaje, que contaba con un presupuesto de 300.000 euros.
Desde principios del siglo XIX, en que se tiene por primera vez constancia escrita de la existencia de los «castells», estas torres humanas de varios pisos se levantan tradicionalmente en las plazas mayores de las poblaciones catalanas con motivo de sus fiestas populares.
EFE
