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Los pequeños grandes que se quedarán fuera de la televisión digital

Los emisores de contenidos televisivos locales tienen pocas esperanzas de incorporarse al fenómeno de la televisión digital. La supuesta pluralidad y diversidad a la que apunta el Gobierno aparece como una realidad improbable para quienes emprenden la ardua tarea de mantener canales que no pueden -y al parecer no podrán- eludir la condición de »alternativos». Por Ana Rodríguez Silva


La televisión regional y comunal aspira a un espacio, pero el horizonte se torna incierto: los criterios comerciales amenazan con que el panorama televisivo quede tal como está. "Se habla de que la norma europea debiera ser más pluralista", dice Kike Ortega, de la ONG ECO Educación y Comunicaciones. "La situación de esos ‘más lugares’ va a estar regida por las normas del mercado". Ganará entonces su espacio quien ponga más plata en la mesa.



Según Ortega, los esfuerzos del Estado no son tales y finalmente lo único que se garantizará es "la participación de más empresarios o corporaciones" en la industria. Algo que según el presidente de Aretel (Asociación Regional de Televisión) Biobío, Mariano Arana, puede evitarse y garantizar la presencia de gestores locales, si el Gobierno crea instancias de apoyo económico.



"Hemos sensibilizado a muchos actores, tanto de la industria como del Gobierno, respecto a las necesidades que tenemos de fomento. Hemos peleado en ese tema porque como empresarios de las telecomunicaciones no hemos tenido la posibilidad de acceder a financiamiento para equipamiento", dice Arana.



Según explica, para los canales regionales la conversión a digital presenta una gran oportunidad para fortalecer la televisión rural, porque los equipos serán más baratos y llegaran a más personas. La idea es seguir emitiendo el mismo tipo de contenidos y "potenciarnos en el sentido de poder aumentar la cobertura", asegura Arana.



Lucas v/s nuevas ideas



Una perspectiva distinta es la del conocido y ultra marketeado Nicolás Copano. Su programa, emitido por la señal de cable Vía X, ha acaparado una enormidad de público púber y ya es referente en la cultura pop. Su fotolog estuvo entre los más visitados de 2007 en el mundo y su apellido, entre los más buscados en Google.



Razones de sobra tiene entonces para creer con fervor y como productor independiente que la televisión digital significará una repartición distinta de la llamada torta publicitaria, actualmente acaparada entre los pocos canales de televisión abierta.



Su timing es que "va a terminar funcionando como Internet , el que tenga más tráfico o cierto tipo de tráfico va a ser quién gane". Un ejemplo son los canales de cable "en que la torta se pelea de forma distinta", dice. Copano -que tiene un programa con un nombre pintado para llegar y transformar en una estación propia- apunta a que la industria que realmente se potenciará será la de los contenidos.

El abaratamiento de los costos de realización que conlleva la televisión digital permitirá que "los generadores de contenido puedan empezar a tener mucha más oferta en el mercado, tomando en cuenta las dificultades y deficiencias en las áreas creativas de los canales tradicionales".



Suena lúcido, pero el discurso funciona menos al llevarlo a la realidad de los canales comunitarios, que apuntan a fomentar la comunicación y el intercambio social. Estos emisores siguen operando al margen de la legalidad y ya están organizados para crear más emisoras televisivas y así presionar a La Moneda para su inclusión en el espectro digital.



"El objetivo es generar la mayor cantidad de canales antes de que se legisle, para así poder tener un espacio respecto de la otra televisión", dice con poco optimismo Luis Pololillo, de Canal 3 de población La Victoria. "Los canales populares confunden mucho el tema de la televisión digital con la despenalización de la televisión comunitaria", comenta con aún menos fe Kike Ortega, quien asegura que el destino de los comunales es acaparar el espectro analógico que los grandes canales abandonarán, tarde o temprano.

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