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Viejo oficio, nuevas disputas

El libro "Ninguna mujer nace para puta" se lanzó ayer en la Biblioteca de Santiago. Una de sus autoras es precisamente una ex chica de la calle que acusa el rol proxeneta del Estado y de la ideología que lo ampara. María Carolina, la escort chilena más manoseada por los medios, dobla la apuesta desnudando a las mujeres que se venden por un buen pasar económico.. Por Ana Rodríguez Silva


Una de las responsables del texto es Sonia Sánchez, una argentina que es enfática al recordar sus vivencias. "Cuando yo era puta, lo único que conocía a mi alrededor era el proxeneta, que era un explotador", dice. Y al extrapolar esta imagen del chulo a una visión más global de sociedad, nos encontramos con el resultado: un libro que plantea al Estado como un ente de trata, desde la perspectiva de la puta.



Porque según Sánchez, existe una construcción social, una maquinaria política e ideológica que puede metaforizarse en la prostitución. "Como sociedad estamos viviendo en un Estado proxeneta. Quiere decir que es alguien que vive de tu saber, de tu decir, de tu fuerza bruta. Eso hace el Estado de nosotros, apropiarse de esto y mantenernos sometidos", dice.



Sonia Sánchez explica que toma a la puta como un personaje "que enmarca todo el sometimiento de las mujeres. Si ese espacio lo llevas al Estado, al sistema, desde la prostitución, si miras todo tu entorno desde la prostitución, ahí te queda muy claro el lugar de cada persona", asegura.



Ella explica que su libro no va enfocado solamente a las mujeres, sino a la sociedad en general. "Hombres y mujeres estamos a merced de esto, estamos viviendo ya ni siquiera en un Estado proxeneta, sino que en un sistema proxeneta. Y hablo de la Iglesia, de la justicia, la educación".



Por supuesto, no deja de lado la condición de las mujeres dentro de la sociedad actual. "En Argentina, por ejemplo, las mujeres somos teta, culo y nada más. Y hasta cuándo es eso", dice, asegurando que si miramos desde la misma perspectiva -la de la prostitución- a la mujer, "te queda clara tu condición de objeto sexual".



Prostitución metafórica



"El Estado es tan inocente o culpable como cualquiera de nosotros" dice el escritor Tito Matamala. "Yo entraría a dudar de alguna acusación de parte de las putas. Porque es una vida que en gran parte se elige, una opción que se tiene. La imagen de la puta sufriente, que no le alcanza para vivir, es también decimonónica. Ahora no es así, ahora tienen un buen pasar", asegura.



Para Matamala, hablar de sometimiento es "acusar a una especie de cinismo atávico, no solamente chileno u argentino, sino generalizado y que además es el reflejo de un doble estándar. A las putas se les niega, se les expulsa, se les acorrala, pero a la vez se les permite que sigan. Las putas siguen practicando su actividad porque nunca jamás les va a faltar clientela".



A la mediática María Carolina, una dama de compañía que tiene su propia página web, todo esto le parece un tanto absurdo. "Toda mujer que es puta lo es por opción. La mujer que es prostituta lo es porque le gusta, porque más allá de iniciarse por pobreza, tiene un morbo en su cabeza que se le va creando a través del tiempo en el oficio", dice.



Además asegura que existen otros tipos de prostitución que son aceptados sin problemas sociales. Llámense las "prostitutas con contrato". "Son mujeres que se casan por el auto, por el BMW, que se bancan que su marido las engañe, esas son prostitutas igual. Hoy en día, muchas mujeres, sean prostitutas o no, se venden de igual forma", dice María Carolina.



"El tema es cómo nos vamos a seguir relacionando en este sistema", dice Sonia Sánchez, convencida de que la idea es generar un movimiento social que comience desde lo micro. "En este sistema no tienes decisión y todo lo que has ganado, que crees que te lo ha dado el Estado, es mentira".



Y asegura que en esto, la responsabilidad es de ambas partes "es interesante decir basta, salir del lugar de víctima y empezar a cuestionarse y mirarse para poder salir de este lugar".

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