Actualmente es el más conocido de su generación. En Chile su obra subió de precio desde que el dueño de Copesa y su hija mayor empezaron a comprar sus cuadros. Conozca por qué en el mercado del arte los contactos personales son tan determinantes.
La Galería Ramis Barquet, con sede en Nueva York, ha exhibido pinturas de Diego Rivera, Frida Khalo y Roberto Matta. Es uno de los lugares más indicados para enterarse de lo que está pasando en el circuito de arte latinoamericano. Ubicada en la zona de Chelsea, en Manhattan, tiene entre sus representados al chileno Jorge Tacla, y a pocas cuadras de allí vive una de sus buenas amigas, María Soledad Saieh, la hija mayor de Alvaro Saieh y la encargada de aterrizar su interés por el arte, a través de la fundación Corpartes.
El clan de origen árabe, igual que el pintor, descendiente de sirios y palestinos, es la mejor conexión con Chile del artista, establecido en Nueva York hace 25 años. Tacla egresó de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile en 1979, en la misma época que Samy Benmayor, Carlos Maturana (Bororo) y Matías Pinto D’Aguiar. Junto con Benmayor, recibió en 1981 la beca de la Corporación Amigos del Arte. Según Jaime Meneses, presidente de la entidad "la plata no era mucha y aunque en el comienzo la tuvo bien difícil, con el tiempo Tacla logró radicarse y convertirse en un artista conocido fuera de Chile", asegura.
De Guggenheim al Sanfic
En todo este tiempo, Tacla ganó una beca Guggenheim y ha participado en más de 600 exposiciones, pero en Chile su última muestra "Escombros" se exhibió sólo el año pasado en la Galería Animal. "A Tacla le ha ido muy bien, de eso no hay duda, pero no es conocido por el público en general, sino por gente que ha viajado y que sabe mucho de arte. Por coleccionistas, como Alvaro Saieh" asegura Cecilia Palma, dueña de la galería que lleva su nombre.
La amistad entre el pintor y el dueño de Copesa, comenzó a fines de los ’90, cuando Tacla presentó una exposición titulada "Organismos Vivos" en Caracas. Precisamente en el edificio de la sucursal venezolana de Corpbanca, que Saieh mantuvo hasta octubre de 2006.
En adelante, Tacla ha influido mucho en el camino que ha tomado el empresario para canalizar su interés por el arte. Hace dos años, Carlos Núñez uno de los organizadores del incipiente Festival de Cine de Santiasgo (SANFIC) logró contactarse con Tacla, quien a su vez fue el vínculo entre ellos y María Soledad Saieh. El clan se convirtió en el principal financista y gestor del evento, que va por su cuarta versión este año. Jorge Tacla fue director adjunto del festival y se integró al directorio de la fundación Corpartes, que funciona en el edificio matriz de conglomerado, ubicado en la esquina de Rosario Norte con Presidente Riesco. Para la edición aniversario del suplemento "Cultura" de La Tercera, Tacla cedió la reproducción de un lienzo pintado para la ocasión, que se usó como portada.
Según Jaime Meneses, de Amigos del Arte, Tacla, no necesita ser conocido en el medio chileno, dada su posición internacional, pero "en Chile la gente suele comprar cuadros por las firmas más que por las obras. El público no es de un gran conocimiento estético, sino que muchas veces compran para lucirse, es como tener un Mercedes. Lo que se llama el consumo ostensible", dice, y asegura que se hace para "convertirse en alguien".
Entonces, si Alvaro Saieh está al día en lo que a tendencias de arte se refiere gracias a Tacla, el pintor se ha convertido en una "firma" para el reducido mercado local, gracias a sus conexiones. Una sala de exposiciones de la Ciudad Empresarial de Huechuraba lleva su apellido y en el patio del recinto hay un mural suyo titulado "Irrealidad Eterna".
Actualmente, una pintura de Tacla, quien en los próximos meses visitará Santiago en el marco del Sanfic, puede costar entre US$60 y 100 mil, mucho más que las de sus compañeros de generación que decidieron quedarse en Chile. "El contenido de su obra es súper importante y en eso ha influido mucho que él esté en Nueva York y sepa lo que está pasando allá", asegura Cecilia Palma.
