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La industria de la entretención saca cuentas alegres en Chile

No están todos los datos ni son los más actuales, pero el informe difundido ayer por el Consejo Nacional de Cultura y las Artes, es el primer antecedente sobre el aporte de la industria cultural a la economía del país, que supera a sectores tradicionales como la pesca, la agricultura y la manufactura textil.


En forma conceptual, nadie podría discutir el aporte de la cultura al desarrollo de un país. Pero hasta ahora, en Chile nadie había aterrizado el discurso tan presente en los gobiernos de la Concertación, a cifras concretas. Hace dos años el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) licitó un proyecto para confeccionar un estudio sobre la producción y el valor agregado de los bienes culturales.



Los elegidos fueron Aserta Consultores, que junto con un equipo de la Unidad de Estudios del CNCA y especialistas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se dedicaron durante el año pasado a confeccionar el estudio difundido ayer por el subsecretario de Cultura, Arturo Barrios.



"La cultura siempre ha sido mirada desde la construcción de identidad y el desarrollo personal. Pero estos resultados cuantitativos son impresionantes y ayudan a eliminar el sesgo de que la cultura es puro gasto y comprueba que además genera cadenas productivas incluso a nivel de Pymes ", asegura Barrios. En efecto, el empleo en el sector cultura ha aumentado un tercio desde 1992 hasta ahora y representa un poco más del 1,7% del total de la fuerza laboral.



La cultura vende



Este informe es de carácter preliminar, se hizo con datos de 2005 y sólo teniendo en cuenta el dinero y el empleo que genera la industria audiovisual, de los libros y la música. En total son US$1.538 millones, lo que representa un 1,3% del Producto Interno Bruto (PIB). En países como Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Canadá esta cifra fluctúa entre el 5,8 y el 2,8%, claro que en estos casos se consideran otras actividades del rubro como danza, teatro, y pintura. Categorías que serán incluidas en el diagnóstico local, que se está haciendo desde este año, así que la cifra podría aumentar. Por último, en los países desarrollados estos números se calculan hace más de treinta años.



En Chile, "levantar" los datos fue lo más difícil dentro de la investigación, que básicamente se nutrió de cuatro fuentes para medir la cantidad de empleo, de producción y compararlo con las cifras internacionales.



Respectivamente las fuentes fueron: los últimos censos (1992-2002) elaborados por el INE, la Encuesta Nacional de Industria Anual y la Encuesta de Servicios elaborada por el mismo organismo para 2005 y por último, la información que entrega sobre producción cultural la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).



Estas fuentes son las mismas que usa el Banco Central para medir al resto de los sectores productivos y en este contexto hay ámbitos tradicionales como la pesca (1,02%) la agricultura (0,66%) y la manufactura textil (0,78%) a los que la industria cultural logra superar.



"El objetivo de este estudio preliminar es respaldar tanto las decisiones de política pública tomadas en el sector, como el impacto de la gestión realizada por el CNCA desde sus inicios", dice Hernán Frigollet, responsable del estudio por parte de la consultora Aserta, que se dedica a calcular proyecciones económicas para clientes como Minera Escondida y el Ministerio de Salud.



El Consejo de la Cultura, en alianza con el INE y Aserta, ya prepara la versión actualizada de este informe, que constituirá hacia adelante la Cuenta Satélite de Cultura en Chile (CSC), que será estudiada a la par del resto de los sectores productivos.



"Mi impresión es que el sector privado ya está dejando de ver a la industria cultural como la pariente pobre de la actividad económica y estos instrumentos de estudio sin duda ayudarán a generar mayor inversión", asegura Arturo Barrios.



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