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‘Don Francisco’ regresa a China 30 años después con su ‘Sábado Gigante’

«Don Francisco» recordó cómo, a finales de los años setenta, encabezó el primer equipo de televisión en español autorizado a filmar en una China comunista que comenzaba a abrirse al mundo.


El presentador de televisión chileno Mario Kreutzberger, más conocido como «Don Francisco» por su casi medio siglo de trabajo al frente de «Sábado gigante», se encuentra en China para preparar varios programas y comprobar cómo ha cambiado el país desde que lo visitó hace tres décadas.



Kreutzberger, uno de los conductores más populares del mundo hispanohablante, explicó a Efe hoy que ha estado en Pekín y Shanghai estos últimos días, grabando un programa especial para el Canal 13 chileno previo a los Juegos Olímpicos, «Huangying, bienvenido a China» (la primera palabra significa «bienvenido» en mandarín).



Además estuvo preparando una pieza de televisión para la sección «La cámara viajera» de «Sábado gigante», que emite Univisión, desde Miami, para toda América Latina.



Ahora se declara sorprendido por la magnitud del cambio que se ha producido en sólo tres decenios «en todo sentido, de color, de tecnología, de edificaciones, y también de libertad de la gente».



El presentador añadió que, «a pesar de que (como le dijo un entrevistado chino en esta ocasión) este es un país ‘comunista liberal de libre mercado’, hay una gran apertura al mundo y también al interior de China misma».



«Don Francisco», que mantuvo un encuentro con una cuarentena de latinoamericanos residentes en Shanghai, durante un acto de bienvenida organizado por la Cámara Chilena de Comercio en China y el portal www.latinoamericanosenchina.com, recordó ante los asistentes cómo era Shanghai en 1978.



«Aquí ha ocurrido algo único en el mundo», dijo de la transformación de China.



«Hace 30 años, cuando yo filmaba en las calles, por la misma avenida principal donde estuve grabando ayer (Najing Dong Lu), que es actualmente una calle peatonal, en ese entonces solamente caminaban personas en bicicleta, todos vestidos de azul», evocó.



«Cuando yo ayer grababa le decía al público que, al día, me miraban 20 ó 30 personas con curiosidad, pero en ese entonces me miraban como 1.000 personas vestidas de azul, y de vez en cuando venía algún jefe vestido de gris o, si el jefe era muy grande, venía vestido de negro», dijo.



En contraste con el denso tráfico de las grandes ciudades chinas de hoy, también señaló que antes, «si llegabas a ver un automóvil, había que esperar entre tres y cinco minutos para que apareciera otro».



«En aquel momento lo que me impresionó era lo poco variado que era el país, tan igual en vestuario, no había publicidad, ni negocios, ni colores», dijo después a Efe, «y ahora me impresiona que haya recuperado todo eso en tan poco tiempo».



«El país ha avanzado en tecnología, en magnificencia de las cosas materiales, pero que todavía tiene un desafío muy grande con el pueblo, con la gente», concluyó, aunque admitió que «desarrollar un país de 1.300 millones de habitantes debe de ser una tarea titánica».



En su programa, «Don Francisco» tratará de reflejar «cómo se ve la gente a sí misma», después de entrevistar a cerca de un centenar de pequineses y shanghaineses y preguntarles «cómo ven este cambio de China, cómo es su vida, su relación con su familia, cómo es el amor para ellos, qué piensan de la muerte, todo ese tipo de cosas».



El presentador, famoso en toda América Latina por sus programas benéficos de la «Teletón», dijo que necesitaría conocer mejor China para saber si la idea sería aplicable en el gigante asiático, pero se mostró satisfecho del «camino solidario nuevo» que ha salido a la luz en el pueblo chino tras el terremoto del 12 de mayo.



EFE

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