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La dolce vita de Jorge González con la hija de Ramón Vega en Nueva York

Cuando se conocieron,  ella era artista visual mientras el ex Prisionero rompía con su compañía disquera y llegaba a la ciudad a estudiar. Por años formaron un hogar en uno de los barrios más cool de la Gran Manzana donde el músico instaló un estudio y vivió su época más cosmopolita junto a la mujer que deberá responder las dudas judiciales en torno a su vínculo en la compra de aviones belgas.


El ex Prisionero y la hija del general (R) Ramón Vega Hidalgo se conocieron  en Nueva York, cuando el músico viajó a Estados Unidos para estudiar sonido y ella intentaba hacer una carrera como artista plástica. Antes de aterrizar en la Gran Manzana, en 1994 González había deshecho su contrato con el sello EMI, luego de grabar El Futuro se Fue, un trabajo en el que la disquera había puesto toda la confianza al punto de clasificarlo como “artista prioritario para la región” y darle el dinero suficiente para grabar la placa en los estudios Real World de Peter Gabriel. Los magros resultados para los ejecutivos, que esperaban un trabajo comercial en la línea del disco “Jorge González” (que arrojó un par de singles: “Mi Casa en el árbol” y “Fe”), precipitó su partida a Estados Unidos.

El estudio en el living  

En el departamento de Verónica Vega en Manhattan, González encontró el lugar perfecto para inspirarse y seguir creando, rodeado de artistas y gente de todas partes. En el living del departamento Jorge González instaló un estudio de última tecnología. Aquí grabó Gonzalo Martínez y sus Congas Pensantes (1997), un disco adelantado e incomprendido en su momento, de “tecno-cumbia”.

Me acuerdo de un japonés que después vi en un documental en Film & Arts y me di  cuenta que era un genio”, dice un desmemoriado asistente a las reuniones en el departamento. Entre los visitantes habituales del hogar que González formó con la hija del general Vega estaba el venezolano Argenis Brito, crooner de la orquesta de cumbia electrónica Señor Coconut y con quién González de vuelta en Chile formaría la banda Los Dioses, junto a Miguel Tapia. Amiga de la casa era también la pintora Marcela Trujillo (“Maliki”), que actualmente expone en la galería Gabriela Mistral.

La onda Warhol 

A ninguno de las decenas de chilenos que pasaron por el piso niuyorquino de los Vega-González le parecía muy extraño que ella no tuviera un trabajo formal y pudiera sostener con holgura un departamento de unos 200 m2 con 4 dormitorios y amplios ventanales con vista privilegiada a la isla de Manhattan, que según cercanos a la hija del general ella compró al contado.

“Había una ondita media Warhol, todos eran artistas emergentes, nadie los conocía mucho pero ellos se sentían talentosos e importantes. Lo pasábamos muy bien carreteábamos harto pero al final quedaba la sensación de que todos iban al departamento porque ella tenía plata”, cuenta suspicaz uno de los asiduos a la residencia. Antes de tener una relación con González, Verónica Vega estuvo casada con Bernard Van Meer, un británico de origen holandés involucrado en la investigación como posible intermediario en el negocio de los Mirage y que en la actualidad vive en Londres casado con la hermana de Verónica, Rosa María.

Calle 27 de Chelsea

Luego de un quiebre civilizado, aseguran cercanos a la pareja, en 1998 el ex Prisionero volvió a Chile y Verónica Vega se quedó en Nueva York. Dentro de un mes el ministro Orlando Astudillo, que investiga el pago de comisiones en torno a la compra de los 25 aviones Mirage, decretará la fecha y las condiciones en que un grupo de la Policía de Investigaciones viajará a Londres y Nueva York para tomar declaración a las hijas del general Ramón Vega. El ex comandante en jefe de la Fach se encuentra procesado y bajo prisión preventiva por recibir un monto aproximado de US$ 2,8 millones de la transacción.

Es probable que al visitar el departamento donde vive Verónica, en la calle 27 de Chelsea en Manhattan, los policías se sorprendan de su ubicación privilegiada, a menos de ocho cuadras del Empire State y del Madison Square Garden y cerca del hotel Chelsea, famoso por algunos de sus huéspedes ilustres como Stanley Kubrick, Jack Kerouac y Arthur Miller entre otros. 

El Mostrador.cl intentó contactar a Jorge González a través de correo electrónico pero el músico no respondió.

 

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