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Sobrina chilena de Kafka: «Su legado no puede quedar en cajas»

La pariente de del autor de «El Proceso» cree que es esencial conocer lo que se encuentra adentro de cinco cajas fuertes en Tel Aviv donde se cree que está oculto el legado del escritor.


Una sobrina chilena del escritor checo Franz Kafka (1883-1924) cree que es «esencial» que el legado de su tío abuelo, que podría ver la luz en los próximos días, «no quede en cajas».

Así se manifestó Stepanka Novy Kafka en declaraciones que publica hoy el diario El Mercurio, después de que una orden judicial dispusiera la apertura de cinco cajas fuertes en Tel Aviv (Israel) donde se cree está oculto el legado del autor de «El Proceso«.

«No he sabido qué hay en su legado, pero la familia debiera tener los derechos. Esencial es que no quede en cajas. Es un misterio muy kafkiano», apuntó la sobrina de Kafka, que hoy es conocida como Stephany Griffith-Jones pues tomó el apellido de su marido.

Pronto podrá descubrirlo ya que tras meses de embrollos judiciales, audiencias, nombramientos y apelaciones, el Tribunal Familiar de Distrito de Tel Aviv, donde se dirime el proceso, ha obligado a abrir las bóvedas.

Los documentos llegaron a Israel después de que el íntimo amigo de Kafka, Max Brod, incumpliendo la petición del también autor de «La metamorfosis», de que quemase sus manuscritos cuando muriera (1924), los llevara en 1939 a la entonces Palestina bajo protectorado británico durante la Segunda Guerra Mundial.

A su muerte, en 1968, Brod, que había donado a la Universidad de Oxford los manuscritos de «América» y «El Castillo», dejó en su testamento la gestión del resto de los preciados papeles a su secretaria, Esther Hoffe, pero con la condición de que los entregara «a la Biblioteca Nacional de Jerusalén, la Biblioteca Municipal de Tel Aviv u otro archivo público en Israel o el extranjero».

Cuando Hoffe murió el material pasó a manos de sus hijas, Eva y Ruth, que hoy son las únicas conocedoras, junto con unos albaceas nombrados por la corte, del tesoro literario que esconden las cinco cajas fuertes de Tel Aviv y una descubierta el año pasado en Zúrich.

Los expertos especulan desde hace meses con la esperanza de que se trate de obras inéditas de Kafka u otros manuscritos de incalculable valor.

Mientras la sobrina chilena de Kafka, doctora en Economía por Cambridge y actualmente consultora de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), quiere que se dé a conocer un legado del que exige los derechos, las ancianas hermanas Hoffe se oponen a la apertura de las cajas.

Por su parte, el equipo jurídico de la Biblioteca Nacional de Jerusalén, que pugna por los documentos, presentó en enero al tribunal que dirime el proceso un documento de 1964 con el que espera inclinar la balanza a su favor.

Si se cumple la programada apertura de las cajas fuertes de Tel Aviv, los expertos designados por el tribunal pasarían a estudiar su contenido, que se analizaría en una vista ya convocada para el próximo abril.

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