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Pintores jóvenes se toman el Museo Benjamín Vicuña Mackenna

Santiago Figueroa y Vicente Irarrázabal acaban de inaugurar la exposición “Labores Inmersas”


 La obra de estos jóvenes artistas plásticos es diferente entre si pero extraordinariamente complementaria, pues la liga un gusto evidente por  la ambigüedad y las atmósferas distantes, aunque siempre remitidas al ser humano.

La obra grande de Vicente Irarrázabal (esmalte sintético sobre cartón) logra sugerir las atmósferas de la Metamorfosis de Kafka y genera imágenes al mismo tiempo tenebrosas y sensuales, que se desenvuelven atemporales como vísceras en la tela. Sus dibujos, de formato pequeño, y de los cuales lamentablemente solo hay cinco, son de gran calidad, tremendamente limpios en su trazos y muy expresivos en su composición.

 La obra de Santiago Figueroa es diferente. Sus rostros (gesso sobre papel) son duros, de una severidad incandescente que mira desde las sombras. La composición de retablo de nueve cuadros es una composición notable de pequeños mundos humanos: bailes, pianos, gentes,  masa, religión, todo a penas insinuado, pero que hace un conjunto potente. Lo mejor es Obstruyendo el Tránsito, un cuadro de formato mayor, oscuro, moderno, vertiginoso, exhuda frontalidad y fuerza. No solo hay técnica sino que se percibe un brazo potente para sostener la expresividad del color y el trazo.

Una muy buena exposición a la cual la sala no favorece, pero que vale la pena visitar.

Hasta el 19 de mayo del 2010, en el Museo Nacional Benjamín Vicuña Mackenna, en Avenida Vicuña Mackenna 94, Providencia. Entrada Liberada

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