La película, dirigida por el brasileño Carlos Saldanha, narra las aventuras de Blu, un guacamayo azul que llega a Río de Janeiro para conocer a Perla, la última hembra de su especie con la que recorre los enclaves turísticos de la «Cidade Maravilhosa».
Río de Janeiro asume sin prejuicios los estereotipos que la han coronado como ciudad atractiva para el turismo e incluso recurre al cine para explotar sus clichés con el filme de animación «Rio», una millonaria producción de la 20th Century Fox que el viernes próximo se estrena en 150 países.
La película, dirigida por el brasileño Carlos Saldanha, narra las aventuras de Blu, un guacamayo azul que llega a Río de Janeiro para conocer a Perla (Jewel en la versión original), la última hembra de su especie con la que recorre los enclaves turísticos de la «Cidade Maravilhosa».
La producción, considerada como una gran campaña turística, será exhibida en mil salas de cine de Brasil y sus creadores calculan que unos 160 millones de personas de todo el mundo verán las maravillas paisajísticas de Río de Janeiro.
En su deseo de trasladar al exterior una imagen positiva y exótica de la ciudad, Saldanha reprodujo un esplendoroso y colorido Sambódromo, donde los dos guacamayos incluso desfilan con una escuela de samba.
El director, creador de la trilogía animada «Ice Age» (La edad de hielo) no olvidó otras dos estampas de la ciudad como el Cristo Redentor, la escultura que corona el cerro del Corcovado, y el famoso Pan de Azúcar, una colina con vistas espectaculares de la ciudad y de la bahía de Guanabara.
«Espero que los espectadores, brasileños o no, puedan sentir, al ver la película, un poco del orgullo y la pasión que yo siento por haber nacido aquí», dijo Saldanha a un grupo de periodistas en Río.
El fútbol, con un partido de máxima rivalidad entre Brasil y Argentina, y la playa de Ipamena, lugar de encuentro para los cuerpos más escultóricos de la ciudad, son otros dos elementos característicos presentes en el filme.
Con este largometraje, rodado en 3D, Río de Janeiro recurre a sus clichés para proyectarse en el exterior incluso en contra de la recomendación de expertos, que han aconsejado alejarse de la fórmula de samba, fútbol y carnaval para diversificar el turismo.
Detrás de «Rio» existe una gran campaña de promoción que incluyó un anuncio de la película en la final de la Super Bowl, el evento deportivo más importante de Estados Unidos que cada año atrae a una audiencia que supera los cien millones de espectadores.
Por ese fragmento publicitario de treinta segundos, la productora desembolsó tres millones de dólares, según cálculos de la prensa.
Bajo la dirección del compositor brasileño Sergio Mendes, el popular Carlinhos Brown forma parte del elenco musical de la película junto con el británico Taio Cruz y el cantante Will.I.am, del grupo estadounidense Black Eyed Peas.
Para doblar a algunos de los personajes animados, «Rio» también recurrió a los actores Anne Hathaway, Jesse Eisenberg y Jamie Foxx, tres caras conocidas de Hollywood, que el pasado mes coincidieron en Río de Janeiro en la presentación del filme.
El origen de la popularidad de Blu está en una estrategia de la Alcaldía de Río de Janeiro, que ha financiado parte de una gran campaña publicitaria que ha incluido, entre otros actos, la exhibición de varios tráilers de la película en una enorme pantalla que se instaló en la fachada del famoso hotel Copacabana Palace.
Incluso el alcalde Eduardo Paes contribuyó al éxito del guacamayo al bautizarlo como «el nuevo símbolo de la ciudad».
Según cálculos de Riotur, la empresa municipal de turismo, las campañas promocionales de la película han alcanzado a una población cercana a los 2.000 millones de personas en todo el mundo, en un intento de proyectar una imagen idílica de Río de Janeiro, subsede del Mundial de fútbol de 2014 y sede de los Juegos Olímpicos del 2016.
Para el presidente de la empresa municipal Riofilme, Sergio Sá Leitao, la película «es probablemente el mayor homenaje que ha hecho Hollywood a una ciudad».
