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Vanguardia y diseño en los mejores hoteles boutique de Buenos Aires

La mayoría se encuentra en Palermo, una de las zonas de la capital argentina donde se concentra la vanguardia de la moda, los mejores bares y restaurantes. Pero se los puede encontrar en casi todos los barrios, desde los más exclusivos en Recoleta hasta los más accesibles en el Centro o San Telmo. La escala de precios es larguísima, va desde 50 a 900 dólares.


Una de las piezas más valiosas que conforman el puzzle porteño, y que tuvo un importante auge en los últimos diez años, fue la industria de los hoteles boutique. Cada uno con una característica especial que lo diferencia del resto en cuanto a infraestructura, ubicación y diseño. Pero siempre guardando la misma esencia: calidez y atención personalizada. La mayoría se encuentra en Palermo, una de las zonas de la capital argentina donde se concentra la vanguardia de la moda, los mejores bares y restaurantes. Pero se los puede encontrar en casi todos los barrios, desde los más exclusivos en Recoleta hasta los más accesibles en el Centro o San Telmo. La escala de precios es larguísima, va desde 50 a 900 dólares.

Según destaca la agencia Tur Noticias, El auge de los hoteles boutique nació en la década de los ’90 y si bien el origen se lo disputan entre Europa y Nueva York, lo cierto es que generaron un impacto trascendental en cada uno de los destinos turísticos alrededor del mundo. Por supuesto, Buenos Aires no está exenta a esta moda. En comparación con el resto de Argentina, es donde se concentran la mayor cantidad de ellos. De ser tan sólo ocho en 2006, pasaron a ser 34 en 2008 y más 80 este año. Incluso, está previsto que otros sigan abriendo sus puertas.

Este alto nivel de crecimiento marca, sin dudas, el requerimiento de los visitantes que cada vez más buscan este tipo de alojamientos. Si bien la mayoría ofrece servicios que podrían calificarse como “de lujo”, la gran diferencia con las cadenas 4 y 5 estrellas es la atención personalizada que se le brinda al turista. Se trata de lugares exclusivos y hasta podría decirse que algunos de ellos repletos de excentricidades o simplezas que los caracterizan, y por las cuales son elegidos o rechazados.

Como premisa básica, el objetivo es que los huéspedes se sientan “como en casa”. Los establecimientos son más bien pequeños, y tienen un promedio de 10 habitaciones. Eso sí, son espacios decorados especialmente con una impronta bien marcada que le permite al cliente encontrar el talle justo que estaba buscando. Más allá de los precios, cada persona podrá elegir esa particularidad que tanto le gusta. Desde el valor patrimonial, la sustentabilidad de los materiales, los mejores platos gourmet a base de recetas caseras, las piscinas climatizadas especialmente iluminadas, las sábanas a elección con los mejores algodones, las bibliotecas para tardes de lectura, las obras de arte que alberga o la revalorización del tango como única esencia.

La calidez del barrio

La mayor cantidad de hoteles boutique en Buenos Aires se encuentran en la zona más vanguardista y atenta al diseño de autor. En las diversas ramificaciones palermitanas encontrará el lugar acorde a las necesidades que está buscando, inserto en uno de los barrios más modernos y en pleno crecimiento de la Ciudad. Allí, además de locales con ropa u objetos de decoración exclusivos, están la mayoría de los bares y placitas que caracterizan el aire porteño.

Más al sur, el clásico y misterioso San Telmo le sigue en la lista, y no se queda atrás. Con un aura ya distinta, también ofrece al turista una amplia cantidad de hospedajes con estas características especiales donde prima la calidez, los detalles, el placer y el buen gusto. Ya con menos variedad pero no menor calidad, los hay en Recoleta, Belgrano o más cercanos al microcentro, elegidos muchas veces por su cercanía con el Obelisco, los teatros y cines, y algunos de los circuitos imperdibles como La Boca, Puerto Madero y la mayoría de los museos y centros culturales.

Características infaltables

Otro de los sellos que caracterizan a este tipo de hoteles es la presencia de la tecnología, que le garantizarán al visitante una estadía para el recuerdo. Muchos de ellos son actualmente elegidos por empresarios y gerentes de negocios, que prefieren alejarse por unos momentos del mundo de los números y las urgencias, para tomar un té en tasas de porcelana china o un baño con sales, y la opción de elegir el jabón adecuado desde una caja repleta de variedades. En cuanto a la gastronomía, presentan platos especiales y desayunos a elección con panes y tortas caseras. Algunos, hasta tienen su propia cava de vinos para que el huésped elija la bebida más acorde con el momento, y a la que puede sumarse una exquisita tabla de quesos saborizados elaborados también artesanalmente.

En general se respetan las edificaciones, como fue el caso de La Cayetana en Monserrat, que data del siglo XIX, cuyas habitaciones fueron recicladas y le dan un ambiente colonial. Es que otra de las exigencias primarias es respetar el entorno y adaptarse al paisaje que los rodea, una característica de sustentabilidad que apunta a un turismo más conciente y responsable del futuro. Todo ello en un marco de estética y preservación patrimonial. El Esplendor Buenos Aires, por su parte, posee como distintivo espaciosas habitaciones y una atractiva galería de arte, así como interiores vanguardistas y una fachada de estilo neo-renacentista.

Categorización

Si bien hay diversas iniciativas en la capital argentina para comenzar a categorizar este tipo de hoteles y con el fin de evitar el uso marketinero del nombre “boutique” se conformó en el país TheBBH, el primer “Club de Calidad” para este tipo de alojamientos, donde en su página oficial pueden consultarse algunas de las mejores opciones a nivel regional. Es una propuesta privada y más que apuntar al nivel que la propiedad se atribuye, califica el tratamiento que se les ofrece a los huéspedes.

Algunas opciones

Uno de los hoteles boutique más exclusivos y lujosos de Buenos Aires se encuentra en Recoleta, sobre una propiedad erigida originalmente en 1912 con clásico estilo francés, que hace muy poco tiempo se convirtió en “La Mansión” de Algodon Wine Estate. Son 10 opulentas suites con servicio totalmente personalizado. Ofrece un restó de seis cubiertos y un wine bar con etiquetas de esta bodega y otras internacionales. El toque que sobresale son los humidificadores de puros y cigarros personalizados, así como la posibilidad de alquilar toda la casa para un grupo de invitados. Los valores van desde los 900 a los 1500 dólares por noche.

Otra de las opciones destacadas es Casa Calma Wellness Hotel, en Suipacha y Marcelo T. de Alvear, pleno corazón de la Ciudad con un exuberante jardín que rodea al edificio por dentro y por fuera. Decorado con muebles curvos y maderas claras, invita en todo momento a la tranquilidad y el descanso. En este caso, son 18 las habitaciones pensadas como salas de relax, espacios para la intimidad y el bienestar. Allí las tarifas comienzan en los 214 dólares.

Un poco más amplio es el Meliá Recoleta Plaza Boutique Hotel, situado en Posadas al 1500, con 50 habitaciones de lujo y cinco suites especiales. Posee un exclusivo SPA, un salón para ejercicios y un Beauty Center para combinar negocios y descanso. Inserto en una de las zonas más destacadas por sus galerías de arte y centros comerciales, como detalle ofrece un menú de almohadas, préstamo de películas sin cargo y el periódico todos los días, por tarifas diarias que comienzan desde los 169 dólares.

El Chateau Blend, a pocos metros de la Avenida del Libertador, ofrece seis habitaciones Executive, 15 suites Deluxe y un Pent House Imperial. Todas con un estilo neo clásico, llenas de lujo, modernidad y equilibrio estético. Los colores son cálidos y las texturas suaves. También tiene wine bar con las mejores etiquetas del país. Las tarifas rondan los 127 dólares.

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