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BBC News Mundo

Piratas del Caribe 4, con un acento muy hispano

No sólo trae como protagonista a Penélope Cruz. La cuarta entrega de Piratas del Caribe, que se estrena esta semana en todo el mundo, se centra en la búsqueda de un mito español.


El pirata pendenciero y extravagante está de regreso: el actor Johnny Depp le pone el cuerpo a Jack Sparrow para la cuarta entrega de «Piratas del Caribe», una de las sagas más exitosas en la historia de Hollywood, que esta vez va tras los pasos de un mito español, con una buena cuota de historia y otra de leyenda.

La película, que lleva por subtítulo «En mareas misteriosas» y tendrá el 20 de mayo su estreno mundial, relata las aventuras de los filibusteros en busca de la llamada fuente de la eterna juventud, enfrentándose a los enviados de la monarquía española en la recién descubierta América.

Piratas y conquistadores siguen las huellas de Juan Ponce de León, un explorador español del siglo XVI a quien se le adjudica el descubrimiento de la península de Florida, donde –según la leyenda- habría llegado por su obsesión de hallar el mítico manantial.

«Piratas…» cruza los hechos con la ficción, pero eso poco importa a los espectadores que van en busca de entretenimiento ligero: la leyenda da lugar a un sinfín de aventuras por los mares, en las que españoles y británicos despliegan destreza física y manipulan armas a granel.

El guión no es el único ingrediente destinado a acercar a Depp y sus secuaces al público hispano, un mercado cada vez más atractivo para los grandes estudios cinematográficos. En el elenco se cuentan también actores españoles, como Óscar Jaenada o Juan Carlos Vellido, y varios más aportan desde las labores técnicas.

«Fue idea de Johnny (Depp) traer el toque español, porque sentimos que necesitábamos tener otra cultura inmersa en la trama. Con la ayuda de Penélope (Cruz), conseguimos a todo este grupo de actores españoles», dijo ante BBC Mundo el director Rob Marshall, en la presentación de la cinta a la prensa.

Acento español

Tal vez la jugada estratégica de los productores resida en la elección de la coprotagonista: la española Penélope Cruz llegó en reemplazo de la británica Keira Knightley, protagonista de las tres películas anteriores. Cruz, en su primera incursión en una megaproducción de este calibre, ya es un rostro familiar en el cine globalizado y hasta tiene estrella propia en el paseo de la fama de Hollywood.

La actriz se convirtió así en Angélica, una pirata enigmática y calculadora que no duda en desenfundar su espada para medirse con Depp.

«Tuvimos mucha preparación en Los Ángeles varios meses antes del rodaje y los profesores me enseñaron con mucha paciencia las coreografías», afirmó Cruz.

Sin trucos ni dobles, fue la misma actriz quien puso el cuerpo en las batallas, pese a que en el momento de la filmación estaba embarazada de Leo, el hijo que tuvo con su compatriota Javier Bardem en enero pasado.

«Fueron aquellas partes que eran seguras, por mi situación. Johnny fue muy protector, me cuidaron mucho y eso es algo que no voy a olvidar nunca», señaló.

Ambos se había cruzado en un set de filmación en 2001, con «Blow», y –aseguran- la química estaba intacta.

«Cuando nos vimos, parecía que habíamos terminado aquel rodaje la semana anterior. Fue un clic instantáneo. Penélope no es alguien que simplemente haga una escena: más bien, la eleva», elogió el hombre que ha hecho del pirata Sparrow su álter ego.

Sirena debutante

La otra figura femenina, que tiene su propia trama en paralelo a la de Cruz, suma otro guiño a la «hispanidad» de la película. Nacida en Barcelona, Astrid Berges-Frisbey tiene 24 años y un sueño cumplido: el de aterrizar en una producción millonaria de Disney con sólo cuatro años dedicándose a la actuación.

«Fue irreal, si pensamos que cuando fui a la primera audición ni siquiera hablaba inglés», contó en una entrevista con BBC Mundo.

De padre español y madre francesa, Berges-Frisbey pasó muchos veranos en República Dominicana, donde había vivido su padre, y el Caribe –aunque sin piratas- le resulta familiar.

«Las dos culturas son muy importantes para mí y poder reflejarlas, lo español y lo caribeño, fue una oportunidad única», señaló la actriz, elegida entre varios centenares de aspirantes para encarnar a «Syrena», mitad mujer mitad pez, a quien los piratas necesitan desesperadamente: para conseguir vida eterna, hace falta mezclar las aguas del buscado manantial con la lágrima de una sirena.

Así, la película propone una secuencia tan irreal en su concepción como espectacular en su ejecución: un combate entre piratas curtidos y sirenas diabólicas que rescata la tradición más antigua de los mares, según la cual las mujeres de las profundidades representaban una amenaza para los tripulantes.

Para lograrla, convocaron a atletas de nado sincronizado –varias fueron competidoras olímpicas-, junto a un grupo de bellas modelos, entre ellas una argentina.

La franquicia, que debutó en 2003, lleva ganados US$2.600 millones en las boleterías. Con la versión hispanizada de esta cuarta entrega y las versiones 5 y 6 ya en marcha, los productores esperan que haya piratas para rato.

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