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Pintor Claudio Bravo: «Que me entierren en un museo»

«Como hay mucha gente detrás de mi pintura, no me puedo permitir una cosa mal hecha. Soy consciente de que la gente busca calidad, trato de dar el máximo y eso, evidentemente, que te hace ser obsesivo», reconoció hace un tiempo el artista fallecido el sábado en Marruecos.


Cumpliendo con sus deseos, en un pequeño museo al interior de su finca de Taroudant, en Marruecos, descansarán los restos del reconocido pintor chileno Claudio Bravo Camus.

El artista nacido en Valparaíso el 8 de noviembre de 1936, considerado el pintor chileno más famoso tras Roberto Matta, residía en ese lugar desde 2008.

«Ahora me quiero hacer una tumba-museo, que me entierren en un museo», planteó a fines de 2010 en Milenio Online.

Dos años antes había asegurado estar «preparado para morir, si le viene la gana a Dios».

De pequeño recibió clases de pintura con el maestro Miguel Venegas. Tras haber residido en Concepción y haber convivido con la bohemia cultural de esa ciudad, el creador viajó a Madrid en los sesentas, desde donde terminó autoexiliándose por el acoso de la vida social que reconocía su fama de retratista. Así llega a vivir a la localidad marroquí de Tánger en 1972.

En los 80 la crítica del mundo empezó a rendirle pleitesía tras montar una exposición en Nueva York donde pintaba papeles arrugados y bolsas de supermercado.

Su trabajo y su técnica hiperrealista empiezan a ser comentados y cotizados en grandes valores, el pintor conciente de esto desarrolla su labor de forma metódica. Empapándose del país que lo acogió, introduce en sus bodegones y retratos el ambiente y las sensaciones de oriente.

«Como hay mucha gente detrás de mi pintura, no me puedo permitir una cosa mal hecha. Soy consciente de que la gente busca calidad, trato de dar el máximo y eso, evidentemente, que te hace ser obsesivo», reconoció.

La epilepsia era para él un mal reciente que trataba con medicamentos y las primeras informaciones establecían un ataque por esa enfermedad como la causa de su muerte, pero una de sus cercanas, la galerista Ana María Stagno, explicó que fue su corazón el que falló y dos infartos acabaron con su vida, según informó este lunes La Tercera.

El sitio web oficial del pintor, www.claudiobravo.com, consigna que falleció “sorpresivamente” el sábado a los 74 años de edad, en plena vigencia y con una carrera consolidada a nivel internacional.

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