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La ruta argentina que rinde homenaje a Mercedes Sosa

Reconocida en los escenarios internacionales como “la voz de América”, encarnó en su tierra natal un renovador movimiento del género folclórico. De sangre aborigen, fue una luchadora incansable de causas sociales y políticas. Escenarios imperdibles del país trasandino invitan a recorrer la vida de este emblema de la música latinoamericana.


Calles, escuelas, centros culturales y hasta la terminal de un aeropuerto llevan hoy el nombre de este ícono del folclore argentino que supo emocionar hasta las lágrimas a un público variado. Mercedes Sosa, con 60 años de trayectoria como artista, no calló nunca su particular voz y supo dar batalla en los momentos más difíciles, quizás por eso su esencia puede sentirse a lo largo de todo el territorio argentino, donde participó de espectáculos, marchas y reivindicaciones en defensa de los derechos humanos, haciendo eco permanente de las raíces de su pueblo a través de la música.

Este carisma sin igual la convirtió en la voz de la música popular latinoamericana. Más conocida como “la Negra” interpretó versiones inigualables del Himno Nacional trasandino junto a Charly García, y de otros clásicos latinoamericanos como “Sólo le pido a Dios”, “Todavía cantamos” y «Gracias a la vida», de la chilena Violeta Parra. Proveniente de un hogar humilde, sus primeros pasos como cantora -tal como se definía ella- fueron ante los micrófonos de una radio. A partir de allí, su vida tomaría un rumbo que difícilmente pudo haber imaginado. A los 74 años se fue dejando una profunda huella y un claro mensaje de paz e integración regional.

El Jardín de la República

La provincia de Tucumán, al norte del país, representa el inicio de este atractivo recorrido. Fue en estas tierras de luchas libertarias donde nació un 9 de julio de 1935, aniversario de la Independencia Nacional que allí mismo se firmara. Protagonista de los encantadores Valles Calchaquíes, aventureras cabalgatas por Tafí del Valle y noches de infaltables peñas, Tucumán la vio dar sus primeros pasos.

Con raíces maternas de la cultura diaguita, que marcaron fuertes rasgos a su rostro, se convirtió en profesora de danzas nativas. Y si bien su debut fue ante los compañeros del colegio, un concurso en LV12 hizo trascender su voz bajo un nombre de fantasía. Hoy, su tierra natal que insiste en llamarla “la Mecha”, la reconoce como la figura local más representativa. Por ese motivo, desde el Ente Turismo Tucumán se impulsó la creación de una estatua de tamaño real, donde se la ve con su habitual poncho y su inolvidable bombo legüero, frente a la Plaza Independencia, pleno casco histórico de la ciudad Capital.

La meca del buen vino

La siguiente parada de este circuito musical va directamente hacia la provincia de Mendoza, la tierra de los picos cordilleranos, los días soleados y los mejores vinos. Fue allí donde se radicó en 1957 junto a su esposo, el músico Manuel Oscar Matus, tuvo a su primer hijo y debutó discográficamente con el álbum “Canciones con fundamento”.

Además, protagonizó junto a un grupo de reconocidos artistas, un movimiento renovador del género folclórico, que resultaría de gran trascendencia cultural. Denominado “Nuevo Cancionero”, se presentó en febrero de 1963 desde el Círculo de Periodistas (en Buenos Aires, ciudad Capital), un espacio cultural donde se desarrollaban populares peñas. El Círculo de Periodistas de Argentina fue elegido como sede de un documental sobre su vida que será estrenado en 2012.

Entre los fundamentos del manifiesto al que se mantuvo firme durante toda su carrera, aparece la búsqueda constante de la riqueza creadora, la integración de la música popular, la fortaleza del espíritu crítico y la comprensión del pasado y el presente. De acuerdo a su propia voluntad, fue también en los canales de riego de la localidad de Guaymallén, en esta provincia, donde se arrojaron parte de sus cenizas, al igual que en Buenos Aires y Tucumán.

Cosquín y sus diferencias

Uno de los primeros escenarios que la escuchó cantar fue el clásico Festival de Cosquín, que todavía se desarrolla cada verano en suelo cordobés. A finales de los 60, el consagrado folclorista Jorge Cafrune la invitó a cantar a dúo sin autorización de los organizadores. A partir de ahí, despertó una enorme repercusión que la llevó a recorrer desde el Teatro Colón de Buenos Aires, hasta el Coliseo Romano, el Mogador de París y el teatro Habima de Tel Aviv. Uno de los momentos célebres fue en 1994 cuando representó a las voces de América, en el Segundo Concierto de Navidad, realizado en la Sala Nervi del Vaticano por iniciativa del Papa Juan Pablo II.

Similar a la historia de Carlos Gardel, sus expresiones en cada canción influían de manera directa en el público, a veces más nostálgica, a veces más desafiante. Ya consagrada como artista, en 2007 invitó al rockero Charly García al escenario de Cosquín y una nueva polémica se desató, por lo que decidió no volver. “La Negra” decidía con osadía en qué lugares no tocar, como lo hizo durante muchos años con Chile mientras el dictador Augusto Pinochet se mantuvo en el poder, o en su Tucumán natal durante la gobernación del represor condenado Antonio Domingo Bussi.

Su Buenos Aires querida

Ya separada de su primer marido, emprendió camino a Buenos Aires, el mismo suelo que el 4 de octubre de 2009 la vio partir. Como principal exponente de la nueva canción argentina, su muerte fue lamentada por miles de personas que se acercaron a rendir homenaje en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional. Afín a los partidos políticos de izquierda, mantuvo una particular relación con la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien impulsó la colocación de una placa conmemorativa en el Salón de las Mujeres de Casa de Gobierno.

Uno de los hechos que claramente pasaron a la historia fue su detención en 1978 en pleno escenario de un teatro de la ciudad de La Plata (capital bonaerense) junto a gran parte de su público, durante la última dictadura militar que luego la exilió. Ocurrió en el Almacén San José, donde hace poco también fue colocada una placa en su memoria. Después del exilio, en 1982, volvería a tocar en el país, despertando aún más fervor con su canto revolucionario.

De un carisma inigualable, compartió micrófono con los más variados artistas, entre ellos Luciano Pavarotti, Sting, Andrea Bocelli, Silvio Rodríguez, Caetano Veloso, y Shakira. Además, recibió incontables reconocimientos como el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995 y tres nominaciones al Grammy Latino por su último álbum “Cantora”.

Sitios que llevan su nombre

El último de los homenajes fue a principios de julio: la inauguración de la nueva Terminal C del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, que opera la estatal Aerolíneas Argentinas, a la que se llamó Mercedes Sosa.

También este año se dio inicio a la plantación de dos bosques con su nombre en el Parque 9 de Julio, de San Miguel de Tucumán, y la ciudad de Beer Sheva, en Israel.

Es posible caminar por calles que la recuerdan en la ciudad bonaerense de Escobar, en la patagónica Bariloche, sede del Cerro Catedral, y en Mar de las Pampas, uno de los tesoros de la Costa Atlántica.

En Misiones, la tierra de las imponentes Cataratas del Iguazú, los habitantes de Oberá le dieron su nombre a una escuela.

Datos útiles

  • Para recorrer las calles que caminó Mercedes Sosa vale la pena quedarse en Tucumán y Mendoza donde los hospedajes varían entre 120 y 40 dólares de acuerdo a la categoría.
  • Para visitar: En Tucumán: Tafi del Valle y Ciudad Sagrada de Quilmes. En Mendoza: Aconcagua, Las Leñas y San Rafae. En Córdoba: Misiones Jesuíticas y Camino de Traslasierra. En La Plata: la Catedral, el Teatro Argentino y el Estadio Único.
  • En Buenos Aires, se puede visitar el Congreso Nacional, donde fue puesto su cuerpo por última vez, ante miles de seguidores que lloraron su partida.
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