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“Las niñas Quispe” recibe ovación en Festival de cine de Venecia La cinta de Sebastián Sepúlveda se presentó este fin de se semana en la edición 70 del certamen italiano

“Las niñas Quispe” recibe ovación en Festival de cine de Venecia

La historia de las tres hermanas, que compite por el León de Oro Futuro que se otorga a la mejor ópera prima del festival, narra las desventuras y el aislamiento que enfrenta esta familia ante el quiebre de su forma de vida en el altiplano producto de la política económica que implanta el régimen militar en esa zona.


Sebastián Sepúlveda debutó este sábado en la edición número 70 del Festival de Cine de Venecia con su opera prima “Las niñas Quispe”, generosamente aplaudida por el público.

Retratando impecablemente los paisajes del altiplano, Sepúlveda relata la historia, basada en un hecho real, de las hermanas Justa, Lucía y Luciana Quispe, pastoras del altiplano, quienes llevan una vida solitaria que se ve remecida por la muerte de una hermana y por las noticias que llegan del exterior. Esto desencadena en las Quispe un cuestionamiento existencial que las llevará inexorablemente a un fin trágico.

“Filmamos en el lugar donde vivieron las hermanas Quispe, a 4.000 metros de altura, en las áridas montañas del altiplano, documentando su modo de vida, un mundo ascético y primigenio, totalmente desfasado por su lejanía y cultura del tiempo que vivía Chile. El espacio que filmamos, la cotidianidad de estas pastoras, son únicas. Los tópicos que desarrolla la trama, la feminidad en un mundo austero, el fin de una forma de vida, pienso que son finalmente universales.”, explicó el director, actor y montador, cuyo filme fue seleccionado para la 28 edición de la Semana de la Crítica, la sección a cargo del sindicato de críticos italianos.

 Una leyenda real

La historia de las hermanas forma parte del imaginario popular chileno. Es un hecho real que se transformó en leyenda, que refleja el choque nefasto de dos realidades cuando en 1974 la dictadura intentaba imponer una nueva estructura económica en los alejados parajes donde habitaban las hermanas, provocando en ellas un quiebre en su forma de vida que las llevó a tomar la determinación de suicidarse.

“Más que el aislamiento, lo que me interesaba ahondar era el hecho que ellas viven otro tiempo cultural que el de la ciudad, que el chileno, y por lo tanto occidental, y de la dictadura. La dictadura trae consigo la idea de un orden nuevo: la modernización del comercio, la racionalización, el salvaguardar la erosión de los suelos, producto de los animales, y por lo tanto conlleva la prohibición del pastoreo para ellas. Y por otro lado, la vida de estas pastoras, que tienen una cultura ancestral, donde el animal forma parte vital de su vida, como las montañas, las piedras. Son estos dos tiempos que no saben dialogar, que no logran encontrarse, entenderse, es lo que me interesa”, sostiene Sepúlveda.

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 Paisaje sin tiempo

La película fue protagonizada por Catalina Saavedra y Francisca Gavilán y con el fin de recrear el ambiente real, Sepúlveda, como parte de su investigación, vivió dos meses en la montaña con una de las últimas familias coya, comunidad a la que pertenecían las Quispe. El resultado de esto fue que el paisaje pasó a ser un protagonista más de la película. El altiplano extremo, con sus condiciones extremas, se transforma en un lugar sin tiempo, árido y silencioso que nos permite entender la conexión de las hermanas con la naturaleza que las rodea.

La historia de las tres pastoras, Justa (interpretada por una sobrina de las Quispe), Lucía y Luciana, compite también por el León de Oro del Futuro, que se otorga a la mejor ópera prima de todas las secciones oficiales del festival.

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