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Abuelos y abuelas montan obra con hilarante crítica social “Tecito con quequito” tuvo última función el viernes en centro abierto de Conapran

Abuelos y abuelas montan obra con hilarante crítica social

El trabajo colectivo, dirigido por la pedagoga teatral Trinidad Ossa, ahonda en temas como la espera en los consultorios, las promesas vacías de los políticos y la indiferencia de los jóvenes.


 

Obra de teatro "Tecito con quequito"

Obra de teatro «Tecito con quequito»

Un centro abierto de la fundación Consejo Nacional de Protección a la Ancianidad (Conapran) en Portugal 514 fue el viernes el escenario de la última función de “Tecito con quequito”, una obra de creación colectiva de los abuelos y abuelas que asisten al lugar, dirigidos por la pedagoga teatral Trinidad Ossa.

Ante un público compuesto por escolares, familiares y amigos, además del candidato a diputado por Santiago Giorgio Jackson, la compañía teatral “Resistencia Agosto” expuso con humor diversas situaciones que golpean la vida diaria de la tercera edad, como las largas esperas en la atención médica, la incapacidad de los jóvenes de cederles el asiento en el Metro o las vacías promesas de los candidatos que los visitan para ganarse su voto.

Uno de los asistentes que habló al término de la función, cuando Ossa invitó al público a dar su opinión, fue Carmen Gloria Letelier, que vino a ver actuar a su madre, María Arellano. “Me siento orgullosa de mi mamá. Tal vez en la familia habemos varios artistas y no nos habíamos dado cuenta. No sabía que tenía una mamá actriz”, señaló emocionada.

Otro de los sorprendidos fue el propio Jackson. “No venía con mucha expectativa, pero me voy con una grata sorpresa del trasfondo, del contenido que tenía la obra porque hace muchos llamados de atención a los políticos, a las políticas, y también a las situaciones que de alguna manera están acomplejando a los abuelos y abuelas y no los están dejando vivir felices en su última etapa”, comentó al término de la obra.

Obra de teatro "Tecito con quequito"

Obra de teatro «Tecito con quequito»

Tres años de trabajo

Sin duda, el empuje de Ossa ha sido fundamental para este emprendimiento artístico. Esta profesora básica llegó hace tres años al centro para dar clases de baile y teatro, y cuenta que al comienzo hubo mucho escepticismo entre sus alumnos, que poseen los más diversos orígenes sociales.

Actuar “realmente era algo demasiado nuevo para ellos. Nunca habían hecho teatro, ni son personas que vayan al teatro”. De hecho su mayor conocimiento del teatro provenía de las obras que se transmiten los sábados por la noche en el canal Chilevisión, un modelo cuya influencia se aprecia claramente en el montaje de esta compañía, que pretende hacer reír, pero también entregar un mensaje.

La profesional explica que la opción de temas actuales es intencional. “Cuando se trata con adultos mayores, a veces se cae mucho en volver atrás, porque puede haber buenas historias y buenos dramas, pero a veces uno toca muchas heridas con eso”.

Sin duda una de las actrices destacadas de la obra es Ximena Díaz, que derrocha una enorme vitalidad sobre el escenario y también abajo. A pesar de su gran personalidad, confiesa que nunca había hecho teatro hasta este año, cuando se integró plenamente a los ensayos. “Lo que pasa es que con la edad una se va soltando”, explica Díaz, cuya experiencia artística se limitaba a la asistencia al coro y los “malones” del rocanrol. El teatro le encanta y la obra “ha sido una experiencia maravillosa”, acota.

“No por ser abuelos no podemos aprender algo más, al contrario. Tenemos que abrir la mente porque sí podemos captar, recibir y aprender más, y sentirnos útiles. En otros tiempos las abuelitas estaban en la mecedora tejiendo crochet para las nietas: yo me niego”.

Entre los actores, en tanto, resalta Manuel Castro, que a pesar de su edad sigue trabajando activamente como pintor en su vida diaria. Fueron el entusiasmo y las ganas de Ossa las que lo movieron a incorporarse a esta iniciativa. “Vi que necesitaban a otra persona en la obra y empecé a cooperar” hace dos años, cuenta. La actuación “ha sido una gran cosa, porque es una entretención. Si me quedara en la casa no estaría haciendo nada. En cambio así hice algo, la gente se ríe y eso me levanta el ánimo. Yo la paso bien”.

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