Hoy será velado por familiares y amigos en Plaza Ñuñoa
Willy Cavada falleció la noche del martes, cuando la banda de rock sicodélico preparaba su primer disco en cuatro décadas.
La sorpresiva muerte de Willy Cavada, el baterista de la banda de rock sicodélico Aguaturbia, pone en duda la continuidad del grupo, según los especialistas.
Cavada falleció la noche del martes, en momentos en que la banda se preparaba para editar varios discos en Inglaterra y además estaba en proceso de un nuevo disco, el primero en cuatro décadas. Además iban a presentarse el 19 de octubre próximo en el bar El Merkén.
El velatorio será hoy en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en plaza Ñuñoa, y mañana se realizará su funeral en el Cementerio Católico.
“La muerte de Willy Cavada me llena de tristeza. Era una persona llana, sencilla, afable, muy educado, con el cual siempre se podía dialogar”, señaló Fabio Salas, autor del libro “Aguaturbia. Una banda chilena de rock”. “Aguaturbia había vuelto a funcionar de manera estable en los últimos años y sin él en la batería creo que se verá afectada la continuidad del grupo como tal”.
Con la muerte de Cavada “se le quita la pata a una máquina eléctrica súper importante como Aguaturbia”, coincidió Pablo Padilla, autor de “El libro blanco del rock” y colaborador de la revista especializada “Rockaxis”.
«No hace mucho los vi tocar en Sala Master y estaban en un buen momento», afirmó por su parte Sergio Cancino, director de Radio UNO. «En radio UNO estrenamos ‘En mi lugar’ como adelanto del nuevo disco y había generado expectativa. Además de su evidente talento, es una de las pocas bandas chilenas con una vistosa mitología alrededor: discos descatalogados, carátulas polémicas, reediciones extranjeras, el Festival de Piedra Roja, su etapa en Estados Unidos, su carácter pionero como rockeros psicodélicos con voz femenina, la magnética relación entre Denise-Carlos Corales, el virtuosismo silencioso de Cavada… es una triste noticia».
«Espero que la banda siga y lleve su legado a nuevas generaciones», finalizó.
Salas añadió que Cavada fue un gran músico, “un extraordinario baterista, que recogió la influencia de algunos jazzistas notables norteamericanos de los años 50 como Joe Morello, y bateristas de rock y jazz de los años 60 como Erwin Jones y Ginger Baker. Tenía una sólida técnica de ejecución en su instrumento y toda la escuela del antiguo rock clásico anglosajón”.
La banda, liderada por el guitarrista Carlos Corales e integrada también por la vocalista Denise y el bajista Ricardo Briones, se fundó en 1968 y fue una de las pioneras en el rock sicodélico en Latinoamérica, con Camilo Fernández como manager. Tras publicar un disco en 1970 con una polémica tapa (los integrantes salían desnudos), en la época de la UP se fueron a Estados Unidos a probar suerte, donde Cavada y Briones decidieron dejar el grupo temporalmente para quedarse allí.
Padilla señala que hasta la aparición de Aguaturbia, el rock chileno pecaba de un sonido un tanto naíf. “Fueron de los primeros que conectaron el sonido más duro, más eléctrico y más blusero del rock en Chile, lo actualizaron”, destaca.
“Con su partida se cierra una etapa en el rock chileno, relacionada con el rock clásico, la gran tradición de los años 60 y 70”, agregó Salas, quien además recordó que Cavada fue maestro de numerosos talentos jóvenes. “Tenía una empatía con sus alumnos que era muy destacable y productiva. El mejor homenaje que podemos rendirle los rockeros chilenos es recordarlo como ese coloso músico que era detrás los tambores”.
Para el columnista musical Pablo Hales, la muerte de Cavada “pone de relevancia a grupos que quedaron olvidados en la historia y sólo son recordados cuando se cumplen los aniversarios y mueren algunos de nuestros próceres”.
“Aguaturbia fue uno de los grupos que dio origen al rock nacional, un grupo que no es reconocido y mantiene la costumbre de la rebeldía, de enfrentarse siempre a lo establecido y de proponer cosas nuevas y quebrar los esquemas”, señaló.
