La película se estrenará el próximo 14 de noviembre en los cines
La película protagonizada por Jaime Vadell y dirigida por el debutante Ignacio Rodríguez narra la historia de Eladio, el dueño de una vieja destilería en el barrio de Estación Central y de la relación con su nieto, quien llega a trabajar con él a su fábrica de licores.
Un visiblemente emocionado Jaime Vadell presentó a la prensa su última película en la que protagoniza a Eladio, una persona ya mayor que se mueve entre las dependencias de su casi abandonada fábrica de licores. “Al leer la primera versión del guión me pareció un proyecto interesante. Luego tuve la posibilidad de conocer al director y su equipo y me sorprendieron gratamente por lo profesionales y meticulosos que eran”, cuenta el actor que en este rol encarna a un personaje huraño, pero que con el transcurrir de la película va ganándose al espectador.
El filme aborda la historia de un patriarca ausente de una familia disfuncional, de esas familias atomizadas que nos acostumbra la modernidad. Un abuelo que va siendo descubierto por su nieto Javier (interpretado por Camilo Carmona), quien le propone en una noche de Navidad trabajar con él en su fábrica de licores, donde elabora artesanalmente una fuerte bebida conocida como “La Chupilca del Diablo”.
Éste será el giro y punto de encuentro que acerca al anciano protagonista a una rutina más familiar y además será el motor desde donde su nieto comenzará a construir lazos con su distante abuelo. En este sentido, el trabajo del joven director con el señero Jaime Vadell pareciera ser crucial para lograr la emoción requerida en la pantalla grande.
Eladio se niega a vivir un mundo que le es ajeno, lo vive como lo aprendió y se aferra al pasado. Enfermo, envuelto en un pasado gris, es dueño de un especial sentido del humor.
Pese a ser el debut del director Ignacio Rodríguez (de hecho es la película de titulación de una nueva camada de la UDD), Vadell confiesa que durante el rodaje el equipo parecía tener mucho oficio. “Yo no creo eso de que los jóvenes no entienden lo que leen, muy por el contrario. De hecho me llama la atención que lo dramático les sea tan atractivo. Uno con los años se va haciendo más proclive a la comedia”, bromeó junto a la prensa en la presentación del film.
«Trabajar con Jaime fue una fortuna y un placer», dice el director Ignacio Rodríguez. «Un actor de su trayectoria y talento sólo podía beneficiar a la película. Está en casi todos los planos y además pudimos contar con él en toda la etapa previa al rodaje, cuando todavía estábamos en la escritura del guión, y ahí su aporte fue decisivo: moldeando paulatinamente el personaje y también la historia».
En ese negarse a la modernidad es que Eladio se resiste a la oferta del agente inmobiliario Mardones (Roberto Farías) para comprar su terrero y emplazar allí un proyecto inmobiliario, de esos que nos estamos acostumbrando a ver en el Gran Santiago.
Estación Central y sus alrededores son protagonistas del universo de la película. “Nuestra investigación nos llevó a que debíamos mostrar el lugar real por donde transita el personaje”, dice su director.
Para el productor, Tomás Arriagada, fue una necesidad, ya que gran parte de la película transcurre en una fría y anticuada destilería. “Para nosotros se hizo evidente mostrar el entorno de este personaje, así como los ruidos de una ciudad que crece y va acabando con su historia”.
Estrenada en el Festival de Cine de Valdivia el año pasado, fue galardonada con el Premio Especial del Jurado, y este año ha recibido el Premio Fipresci en el Festival de Toulouse, Francia, entregado por la prensa especializada, así como una Mención Especial del Jurado en el Festival Internacional del Nuevo Cine de Pesaro, Italia.
Imposible no emocionarse al ver al actor hablando de la Guerra del Pacífico, es inevitable recordar al abogado Gómez en su papel en “Caliche sangriento” (1969) del director Helvio Soto.
