La exposición se inaugura el viernes 8 de noviembre a las 19:30 hrs. en el MAC Quinta Normal
Treinta son las fotografías expuestas en el MAC Quinta Normal, de la joven fotógrafa nacional Josefina Astorga. La vocación pictórica de éstas apunta a poner en entredicho la verosimilitud de lo retratado y se acercan a otro tipo de imagen: un paisaje que no forma parte de la realidad, sino que busca retratar las imágenes que guardamos íntimamente en nuestro recuerdo.
En la Sala de Fotografía Emergente del MAC Quinta Normal se exhibe Fantasmata, de la joven fotógrafa chilena Josefina Astorga. La muestra exhibe una mirada personal de distintos paisajes, en los que la autora se distancia de la fotografía documental y busca un lenguaje más onírico. Las fotografías se acercan a imaginar el paisaje, a modificar su cromatismo, deslindando el registro fotográfico que a primera vista pareciera documental.
El término fantasmata proviene de la teoría aristotélica y refiere la memoria, la imaginación y los distintos niveles de conocimiento del mundo, aludiendo de manera específica al entendimiento pasivo de la realidad a través de los sentidos. Y es esa sinestesia la que produce sus imágenes.
Josefina se vale de una técnica en que las imágenes que toma aprovechan las potencialidades de la técnica análoga. Así, veladuras, desenfoques y humedad en el lente dan pábulo a registros que se acercan a lo pictórico.
Treinta son las fotografías expuestas en el MAC Quinta Normal, cuya vocación pictórica apunta a poner en entredicho la verosimilitud de lo retratado y se acercan a otro tipo de imagen: un paisaje que no forma parte de la realidad, sino que busca retratar las imágenes que guardamos íntimamente en nuestro recuerdo. Las características formales, tanto de soporte como de montaje, aluden tanto a una experimentación en cuanto a material, como a un cruce con las diversas representaciones culturales y estéticas del paisaje.
Hay impresiones sobre papel de algodón que se emparentan con la pintura acuarela, así como es posible encontrar marcos de madera redondeados y de color cobre envejecido que traen a la memoria la estética vintage de la fotografía familiar del ámbito doméstico. Además, la opción por la lona perforada con orificos metálicos, es un cruce tanto con el artefacto industrial como con la tradición pictórica.
Además de fotografías, en Fantasmata también se exhiben fotoserigrafías impresas en largos telares de lona cruda, mediante las cuales se busca representar la memoria, el olvido y el anhelo de naturaleza, en una imagen de muy precaria definición.
La propuesta fotográfica de Josefina es a su vez un ejercicio que, lejos de la anécdota y la definición de territorio, busca ser parte de la interpretación que queda en la memoria. La fotografía busca recrear lo visto objetivamente por el lente. El paisaje se deja reinventar sutilmente por el ojo de la fotógráfa para hacernos evocar aquello que el observador le aporta, aquello que está fuera del paisaje, abriendo el camino de las significaciones.
“En la obra el paisaje tiene más de una lectura posible. Se observa en él lo bello, lo extenso y exótico; y en otro sentido, está lo que no vemos, es lo que se experimenta: la melancolía”, explica Montserrat Rojas Corradi, curadora de la Sala de Fotografía Emergente.
Cabe consignar que las fotografías de Josefina Astorga no recurren a efectos digitales ni retoques posteriores. Su trabajo fotográfico ha sido exhibido en forma individual en la Biblioteca de Santiago y en exhibiciones colectivas de Matucana 100, Centro Cultural España, Galería Isabel Aninat, y Casa de las Américas en La Habana, Cuba.
La exposición Fantasmata puede verse en el Museo de Arte Contemporáneo, sede Quinta Normal (Matucana 464, Metro Quinta Normal).
Horarios: 11 a 19 horas, martes a sábado. 11 a 18 horas, domingo
Valores: $ 600 entrada general, $ 400 estudiantes y tercera edad
