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Autora del libro «Pioneros» lamenta que las autoridades no den valor al nuevo conocimiento científico Carolina Torrealba, Ph.D. en Ciencias Biológicas de la UC

Autora del libro «Pioneros» lamenta que las autoridades no den valor al nuevo conocimiento científico

La especialista, que hoy presenta un libro sobre nueve destacados pioneros de su disciplina, critica la escasa tribuna actual que tienen los científicos en los medios, a diferencia de antaño, así como el utilitarismo tecnológico que se le brinda a la ciencia, siendo más importante sus alcances económicos que su contribución al conocimiento en si mismo.


tapa pionerosCientíficos sin tribuna, cuya labor no es valorada, en medio de un fuerte “utilitarismo tecnológico”: estos conceptos enuncia Carolina Torrealba, Ph.D. en Ciencias Biológicas de la Universidad Católica y miembro de la Fundación Ciencia & Vida, en una conversación a propósito de su investigación «Pioneros, el inicio de la biología experimental en Chile».

Se trata de un libro que aborda los primeros pasos de la biología experimental en Chile a través del relato de la vida de nueve científicos pioneros en la disciplina, y que será lanzado este miércoles 13 a las 19.00 en la Casa Observatorio Lastarria (Metro Universidad Católica).

La obra se adentra en su contexto histórico, la ciencia, la biografía y el pensamiento de ellos, todos científicos que profesionalizaron el área en Chile, especialmente entre los años 30 y 60 del siglo pasado. Algunos de ellos fueron Osvaldo Cori (fundador de la carrera de Bioquímica), Alejandro Lipschutz (miembro del Instituto de Medicina Experimental) y Danko Brncic (con importantes aportes en la genética).

Torrealba narra en su libro los orígenes locales de la disciplina y rescata sus valiosos aportes a nuestra cultura, muchas veces desconocidos en nuestra sociedad. “Son personajes que tuvieron un impacto fundamental, pero como la ciencia tiende a tener un lugar no tan protagónico en la cultura, se suelen a olvidar”, señala.

Para la autora es importante apuntar que en su momento fueron líderes muy potentes que además de pensamiento científico generaban debate a partir de sus visiones de mundo, a pesar de pertenecer a corrientes ideológicas diversas, y que además encontraban “mucha tribuna periodística” en los diarios y la televisión para expresar sus pensamientos e ideas, una tribuna que “hoy ya no existe”.

“Tal vez hoy la sociedad ya no está tan abierta a recibir opiniones radicales”, aventura Torrealba, recordando de paso el “devastador” impacto en la comunidad científica que significó el Golpe militar, que obligó a muchos investigadores a exiliarse. Actualmente “es difícil encontrar líderes que vociferen sus opiniones como ellos sí lo hicieron. Todos piensan mucho más en los costos políticos, etc.”, incluidos líderes universitarios como los rectores.

Críticas actuales

La especialista destaca que en su investigación de tres años para el libro además descubrió cómo algunas críticas sociales de los científicos en su época a las autoridades del momento, hace varias décadas, siguen siendo válidas hasta hoy.

“Nuestras autoridades no otorgan el real valor que tiene la generación de nuevo conocimiento en la sociedad”, señala. “En ese sentido la ciencia siempre se ha quedado relativamente relegada, siendo que tiene un poder transformador de la sociedad en términos económico-sociales muy fuerte”.

Torrealba comenta que esta miopía se debe entre otros a una visión cortoplacista de las autoridades, siendo que la investigación científica es de largo aliento, así como a un cierto “utilitarismo tecnológico”, es decir, que la ciencia vale por lo que produzca en términos económicos más que por el valor de la búsqueda de conocimiento como fin último.

Osvaldo Cori (al centro) padre de la bioquímica en Chile

Osvaldo Cori (al centro) padre de la bioquímica en Chile

Osvaldo Cori, uno de los retratados, que llegó a ser presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile (Conicyt),  señaló en su momento que “un país pobre no se puede dar el lujo de no pensar”. Cori atacó la suposición “de que en los países subdesarrollados la ciencia debe ser empírica y no teórica, local y no universal, y aplicada en lugar de básica”, según Torrealba.

“Cori luchaba por la valoración de la ciencia en sí”, afirma la autora. “Tenía la percepción de que en la sociedad creía que la ciencia en Chile debía tener sólo consideraciones pragmáticas, es decir, sólo debía servir para aplicar conocimiento a necesidades básicas, y no por el conocimiento en sí”, una crítica bastante actual, remarca.

“Eso es un desconocimiento de cómo opera la ciencia, y sigue vigente hoy día”, lamenta. “Los países quieren hacer ciencia, porque saben que la generación de nuevos conocimientos ha llevado a crecer a los países más desarrollados hoy en día. Pero nuestros países pobres quieren una solución inmediata, y no se dan cuenta de que para ello es necesario tener un cuerpo científico grande y sólido investigando cosas que no necesariamente son aplicadas”.

Porque la clave es que “los descubrimientos más importantes han surgido a partir de científicos que estaban estudiando cosas que no tenían mucha relación con las cosas que finalmente descubrieron”.

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