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Roadsworth, el artista callejero que cuestiona la excesiva cultura en torno al automóvil Es uno de los invitados internacionales del festival Hecho en Casa

Roadsworth, el artista callejero que cuestiona la excesiva cultura en torno al automóvil

Roadsworth es el apodo del artista canadiense Peter Gibson, el responsable del paso de cebra mapuche que «se luce» por estos días cerca de Plaza Italia, y que a más de un santiaguino no ha dejado indiferente. Esta acción de street art forma parte del festival de intervenciones urbanas «Hecho en Casa» que se realiza esta semana en Santiago. El trabajo de este canadiense busca generar conciencia del excesivo culto al automóvil de nuestra sociedad. Cultura+Ciudad conversó con él sobre las motivaciones de su obra.


mapuche

Por estos días diversas intervenciones callejeras ha llamado la atención de los santiaguinos. En especial, una: una franja pintada en el suelo con motivos mapuches que ocupa todo el ancho de la calle en la esquina de la Alameda al llegar a la Plaza Italia. Esta acción de street art forma parte del festival de intervenciones urbanas Hecho en Casa, que por esta semana se toma las calles de Santiago poniéndole un poco de irreverencia y humor al atribulado gentío santiaguino.

La franja con motivos mapuches pintada a modo de paso de cebra frente a Plaza Italia corresponde al artista canadiense Peter Gibson, de apodo Roadsworth (algo así como “los caminos que valen la pena”), quien desde el 2001 en la ciudad de Montreal se ha dedicado graffitear y stencilear sus calles. Su trabajo apunta a cuestionar la excesiva cultura en torno al automóvil, con los correspondientes efectos nocivos que genera en las personas y en el medioambiente. De ahí que en sus trabajos demande la construcción de más ciclovías, cuestión que sintoniza “de perillas” con el excesivo crecimiento del parque automotriz que ha experimentado Santiago en el último tiempo, lo que va en directo desmedro de los ciudadanos de a pie.

Sintetiza su crítica este artista aduciendo que “las calles son mucho más que la distancia entre dos lugares, porque tienen mucho más que ofrecer para ver y experimentar, lo que se logra de mejor forma cuando se recorren a pie o en bicicleta”. Su razonamiento es que en auto las calles se experimentan como meros trayectos de un punto A a un punto B.

En 2004, acusado de atentar contra los espacios públicos de Montreal, fue detenido. Para este tiempo el artista callejero era reconocido e incluso contaba con el apoyo de muchos ciclistas y gente en general, de ahí que recibió mucho apoyo público y numerosos ciudadanos alzaron su voz por la detención y gracias a esto su condena de 53 cargos fue reducida considerablemente.

Su activismo continuó, pintando animales en los parques y objetos en las calles (el más famoso es una huella de zapato gigante sobre un paso de cebra), combinando en el simbolismo de sus acciones un gesto a la vez político y humorístico: cuestionaba, por un lado, el uso del espacio público y reivindicaba el arte callejero, al quitarle el mote de vandálico,  y por otro, ampliaba la mirada los ciudadanos o la refrescaba apoyado en el humor respecto de la ciudad como paisaje .

El paso de cebra mapuche frente a Plaza Italia

Cuando le propusieron el espacio de Plaza Italia, él planteo que no le gustaba repetir sus trabajos, así que realizó una investigación y decidió hacer estos motivos mapuches y pintarlos como un original paso de cebra.

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Roadsworth
Foto: Javier Liaño

¿Qué es lo que buscas con los trabajos que realizas?

En primera instancia quiero hacer que la gente tome conciencia del espacio que habitan, sorprenderlos, sacarlos de ese piloto automático en que están permanentemente mientras recorren la ciudad y esto lograrlo a través de pequeños cambios en el espacio de la ciudad. Mi intención es lograr despertar algún tipo de conciencia y entender esto como una crítica que va más allá de este cambio en el diseño de la señalética urbana en el piso… el traslado de un lugar a otro generalmente está tan automatizado así que de esta manera se interrumpe esa automitización.

Tu trabajo comenzó como una critica a la excesiva utilización del automóvil en las ciudades, ¿qué nos puedes decir sobre esto?

Lo que busco es que la gente tenga un poco de conciencia del espacio que habita, y hoy en día el automóvil tiene una importancia demasiado grande, y se le ha entregado demasiado espacio. Actualmente la ciudad está organizada en una escala relacionada con el automóvil, la organización urbanista ha perdido la escala humana y el automóvil tiene muchas consecuencias negativas para la ciudad, ya que genera mucha contaminación. Ésta es la crítica que trabajo en mis instalaciones, que nos demos cuenta de que una persona tiene en la ciudad un espacio y el auto otro espacio totalmente desproporcionado en relación con la escala humana.

De los artistas invitados a Hecho en Casa tu obra es la que trabaja de forma más clandestina o ilegal, ya que interviene la señalética urbana. ¿Aún se mantiene este espíritu en tu trabajo o cambió ahora que están autorizados muchos de tus trabajos?

Bueno, es necesario aclarar una cosa: el street art es necesariamente ilegal, las intervenciones con autorización se llaman arte público y hay ciertos trabajos que jamás habría podido realizar si no me lo hubieran autorizado. El mismo patrón mapuche con el que intervine la señalética de Plaza Italia no se podría haber realizado de forma ilegal por la complejidad del proceso y porque es una calle muy concurrida, al igual que otros trabajos que tampoco habría podido realizar si lo hubiera hecho de forma ilegal, pero hay algo en la convicción: puedes hacer algo ilegal, pero al tener la convicción de que estás realizando una crítica que puede servir para que la gente se dé cuenta de algo que no esté bien, es algo irremplazable

El street art, así como el arte público, utilizan mucho el humor como recurso en sus trabajos, ¿qué nos puedes comentar sobre este tema?

El humor permite que lo que estás realizando llegue a más gente y sea aceptado con mayor facilidad, ya que finalmente muchas veces lo que se hace es un acto vandálico o ilegal, pero el humor hace que la recepción sea mejor. Vivimos en ciudades que son muy serias y a ello tenemos que sumar el bombardeo de publicidad, y mi trabajo responde con sarcasmo a eso: a la excesiva publicidad a la que diariamente nos vemos expuestos.

 

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