A punta de ollies, flips, heelflip, shove-it y cuantos otros nombres de trucos habidos y por haber, los skaters —esa tribu urbana que no camina sino que se desliza por las calles gracias a una extremidad única que tienen adosada a sus pies: una tabla con cuatro pequeñas ruedas— se toman los parques y rincones de la ciudad para decirle al mundo que sus vidas son un salto en el aire.
La foto no congela la imagen ni detiene el movimiento. Es el salto el que se prolonga indefinidamente hasta que la imagen desaparezca o se borre. Por todo ese tiempo impreciso el skater y su ollie se mantienen suspendidos en el aire desafiando la imaginación y la gravedad. Bien parece el salto de un karateca, o la escena de acción de una película de artes marciales si perdemos de vista la tabla bajo los pies. ¿Kung fu-skate o karate sobre ruedas?
Saltar, hacer girar la tabla sobre sí misma (flip) es la consigna de este truco. El cuerpo buscará a cómo dé lugar su equilibrio cuando caiga sobre la inestable tabla, si es que esta gira y coincide justo en el momento preciso en que los pies se apoyen. Caerse es pan de cada día en la vida de un skater.
La vida es sobre ruedas. Hay que sortear los obstáculos que se vengan por delante. Deslizarse sobre distintos caminos, no importa la superficie sino la ejecución del truco. No hay magia en cada pirueta: horas de ensayo, sudor y adrenalina.
Los chicos miran a los grandes. Como una cofradía de magos, quieren aprender de ellos nuevos y viejos trucos. La historia se repite. Antes los ahora grandes algún día también fueron chicos y aprendieron de los grandes los trucos que ahora ejecutan como propios, como si los supieran de toda una vida.
Advertencias del tipo “mientras más alto subas más fuerte será la caída” no corren. No hay oídos para frases hechas. La pulsión por saltar manda. Mientras más alto se salte más cerca se estará del cielo. Caer es un problema del futuro mientras se disfruta el salto.
“Se es skater todo el día, de principio a fin. La tabla va contigo adonde tú vayas o adonde vaya la tabla ella te llevará a ti”.
Aunque skatear se practica de a uno, muchos unos haciendo una misma cosa hacen grupo, forman hermandades, hacen tribu. Siempre hay tiempo para compartir trucos y ver videos de los capos en el celular, de los que la llevan.
Así como el surfista se enfrenta a una ola, el skater se enfrenta a una baranda, un escaño o escalones varios. El mar de fondo se reemplaza por parques de fondo. El ruido de las olas se cambia por ruido del tráfico, de personas, aunque muchas veces al oído solo se escucha la canción que se tiene en mente o la que sale por los audífonos puestos.
