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La Biblioteca Libre o la costumbre de hacer circular libros Proyecto nacido en 2013 ya ha “liberado” diez mil títulos

La Biblioteca Libre o la costumbre de hacer circular libros

Cada dos semanas se reúnen en algún lugar emblemático de Santiago y entregan ejemplares a la persona que se interese. Este lunes inauguraron una “bibliocabina”, que permitirá obtener libros sin costo en el centro de Santiago.



Un singular proyecto dedicado a “liberar libros” funciona desde hace un tiempo en Santiago. Se trata de Biblioteca Libre, un proyecto que quiere impulsar la lectura mediante la rotación de obras de autores tan diversos como Julio Verne, Graham Greene o Gonzalo Contreras.

Cada dos semanas, en lugares históricos y patrimoniales de la ciudad, la entidad organiza una actividad llamada “Liberación Masiva de Libros”, no sólo con el objeto de promover el hábito de la lectura, sino también de apreciar y valorar los lugares más pintorescos de Santiago.

Usualmente, este evento consiste en la disposición de mil libros (como best-sellers, clásicos universales, cuentos infantiles, poesía, teatro y novelas gráficas) en un lugar determinado, lo que permite el intercambio gratuito de libros, para que quienes asistan dejen o tomen ejemplares de su interés, según sus promotores.

Más de diez mil libros han sido liberados y cerca de siete mil personas han participado de estas actividades. Se espera que la próxima se realice los primeros días de marzo, ya sea en la Quinta Normal o el Parque Brasil, según cuenta uno de los miembros del proyecto, Diego Ramírez.

Foto: Gentileza Biblioteca Libre

Foto: Gentileza Biblioteca Libre

Hasta la fecha, los creadores de Biblioteca Libre han realizado diez “liberaciones de libros” en puntos tan diversos de la ciudad como el Parque Forestal, el barrio Concha y Toro, el cerro Santa Lucía, el parque Quinta Normal, el Palacio Cousiño y el centro cultural Gabriela Mistral (GAM).

Usuarios felices

Para muchos usuarios, la experiencia ha sido más que grata.

“Conocí el proyecto de Biblioteca Libre a través de una amiga, que sabiendo mi interés por la lectura me envió una invitación por Facebook (a un evento) y por supuesto asistí”, cuenta Sofía Díaz, una estudiante de 15 años. “Encontré genial el proyecto, la posibilidad a acceder a libros gratis, que por su alto costo a mi edad no puedo adquirir y aquí los encuentras, los lees y luego vuelves a intercambiar”, señala.

Sofía cuenta que ha tenido la posibilidad de leer muchos libros que no tenía y ha intercambiado otros que estaban en su casa. Destaca que además esta modalidad le permite leer de forma libre, ya que no tiene un plazo fijo para devolverlos, como las bibliotecas tradicionales.

Entre los títulos que ha leído hay sagas juveniles como “Crepúsculo” y “Harry Potter”, pero también novelas como “Orgullo y prejuicio”, “Sensatez y sentimientos”, “El perfume”, “El mundo de Sofía”, “Sobredosis” o “El niño con el pijama a rayas”.

“Mi experiencia en La Biblioteca Libre ha sido fantástica”, agrega. “He asistido a todas las liberaciones desde que conocí el proyecto y conocido gente fascinante, con los mismos gustos por la lectura y amor por los libros”.

Sofía quedó tan entusiasmada que terminó convirtiéndose en una de las voluntarias del proyecto. Ahora colabora durante las “Liberaciones” “recibiendo libros, timbrando, poniendo libros en los stands, informando a la gente sobre las liberaciones. Además busco por todos lados donaciones de libros para la biblioteca”, afirma.

Cátedras libres

Ramírez, un estudiante de ingeniería comercial, revela que el staff de Biblioteca Libre lo componen cinco personas, además de un grupo de voluntarios, y que comenzaron en mayo de 2013 a partir de otra iniciativa que nació en 2012, las Cátedras Libres (http://catedraslibres.org/), dedicada a organizar clases gratuitas que van desde la fotografía hasta la salsa.

Foto: Gentileza Biblioteca Libre

Foto: Gentileza Biblioteca Libre

“A la gente que iba a las clases les empezamos a pedir libros como aporte voluntario”, cuenta Ramírez, una petición que tuvo gran éxito y dio la idea para crear la Biblioteca Libre. Añade que actualmente ya hay 22 mil libros en circulación. “Nosotros tenemos unos dos mil que vamos a ir liberando durante el año”, agrega. La meta es llegar a los 50 mil ejemplares.

Ramírez señala que el objetivo final es sacar los libros a la calle, fuera de las bibliotecas tradicionales. De hecho, una de las formas son las “bibliocabinas”, que consiste en transformar las cabinas telefónicas abandonadas del centro capitalino en estantes para libros. Tras reunir cinco mil firmas de apoyo y lograr el permiso de la Municipalidad de Santiago, esta iniciativa partió el lunes con la instalación de la primera en Ahumada con Nueva York. Para el martes está programada una segunda instalación en Ahumada con Agustina.

Donaciones a granel

Ramírez también destaca que las donaciones han sido numerosas, entre otros por la oferta de que por cada libro que se aporte, el donante puede llevarse dos.

La donación de libros puede realizarse durante las “liberaciones”, o simplemente imprimiendo un formulario del sitio (http://www.labibliotecalibre.cl/) que se pega en la primera parte del libro en cuestión antes de dejarlo en la vía pública en lugares como plazas, parques, paraderos de micro o en el Metro. Otra posibilidad es mandando un mensaje al sitio para que los textos sean recogidos en la casa del donante. Ramírez cuenta que hay particulares que han donado hasta cien libros.

Uno de los donantes fue Mireya Zúñiga, una profesional dedicada a la escritura que se enteró del proyecto a través de las cátedras libres.

“Yo soy escritora y para mí es de gran importancia lograr que la gente pueda leer, que disponga de todo tipo de libros… Lamentablemente los libros en general en Chile son caros y tampoco existe un gran hábito de lectura”, señala.

Por eso Zúñiga donó sus dos últimos libros: la trilogía poética «Huesos de mi último árbol» y la novela «La muerte de la casa grande», ambas publicada por Ventana Abierta Editorial. Además aportó con dos antologías donde se encuentra incluida.

Zúñiga espera hacer más donaciones en el futuro. «Un día de estos voy a hacer una revisión, ya que tenemos con mi marido, otro gran lector, una biblioteca importante. Ya hemos hecho varias donaciones a estudiantes universitarios, colegios e instituciones”, dice.

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