Publicidad
Bill Viola se plantea grandes cuestiones humanas en retrospectiva en París Son 20 obras realizadas entre 1977 y 2014

Bill Viola se plantea grandes cuestiones humanas en retrospectiva en París

El videoartista neoyorquino Bill Viola (1951) presentó ayer en el Grand Palais de París la mayores retrospectiva hasta hoy de su producción artística, y reflexionó sobre los pilares metafísicos en los que se apoya su trabajo, las tres preguntas claves: «¿Quién soy?, ¿dónde estoy? y ¿adónde voy?. Viola es lector de grandes místicos y practicante zen desde hace décadas.


La vida, el nacimiento, la muerte y con ellos el tiempo son los protagonistas del conjunto seleccionado, que incita o más bien fuerza la reflexión metafísica, pues descubrir la mayor parte de las obras en su totalidad exige permanecer ante ellas cierto tiempo.

Entre diez y veinte minutos pueden ser suficientes para contemplar una primera vez las instalaciones y cuadros en sutil movimiento de este pionero del viodearte que ha inaugurado monográficas en los principales museos del mundo.

Sin embargo, algunas piezas, como el tercer panel de su políptico «Going Forth By Day» (2012), «The Deluge», ocupan hasta 36 minutos de la vida del visitante, desde que descubre la vida aparentemente normal ante el número 529 de una calle cualquiera y percibe un ajetreo cada vez más inquietante, hasta que el agua penetra en el edificio y destroza todo a su paso.

El Grand Palais eligió la rueda de prensa -formato muy inusual- para presentar la primera monográfica dedicada a un videoartista, discípulo avanzado del coreano Nam June Paik (1932-2006).

Una de las obra que forma parte de la retrospectiva expuesta en el Gran Palacio de París Foto: EFE

Una de las obra que forma parte de la retrospectiva expuesta en el Gran Palacio de París
Foto: EFE

La multitudinaria asistencia que respondió a la convocatoria vaticina que tras «Braque», «Hopper», «Dynamo» o «Picasso y los Maestros», el Grand Palais volverá a ser el centro de uno de los grandes eventos de la temporada cultural europea.

Acompañado de su esposa, Kira Perov, comisaria junto al consejero del presidente de la RMNN-Grand Palais, Jérôme Neutres, Viola habló más que de su arte de su experiencia vital y espiritual, de inevitable eco en su creación.

Recordó, así, que «la vida es corta, a veces demasiado corta, si todavía no hemos comenzado nuestro camino aquí»; evocó «la fuerza que vive entre nosotros permanentemente» y citó los tres elementos fundamentales de la Humanidad, que para él son los no nacidos, los vivos y los muertos.

Celebró la suerte de cometer errores, como un paso más hacia la tan poderosa y necesaria transformación del ser humano; y la necesidad de ser vigilantes con la profusión de información que nos rodea hoy «para hacernos consumir más».

Bill Viola Foto: EFE

Bill Viola
Foto: EFE

En respuesta a diferentes preguntas, dijo no creer en Dios, respetar todas las religiones y marcó la diferencia entre creencia y espiritualidad, además de precisar que el cine no le interesa en absoluto y que no siguió la gala de los Oscar, entre otras razones porque estaba concentrado en su retrospectiva.

«Él dice que es la mayor pues nunca hubo tantas obras, hasta ahora la más grande era la de Roma y había 16», comentó en una entrevista con Efe Neutres, en el origen de la muestra y quien asoció en el comisariado a Perov porque «es como su productora permanente» desde 1979.

Vila «repite sin cesar cuanto le ha aportado en su vida y en su trabajo», destacó Neutres, seguro de que «un día se hablará de ‘Los Viola’, como hoy se dice ‘Los Kabakov’, ‘Los Lalanne’ o ‘Christo y Jean Claude'», al referirse a esas parejas internacionales del arte.

Habló apenas de sus creaciones «porque no quiere ser exégeta de su propia obra» pero compartió sus lecturas, sus reflexiones, las citas de sus maestros espirituales, «un poco lo que es el primer taller de Bill Viola», ese trabajo de todos los días, de lectura, de grandes místicos, de grandes maestros de pensamiento, que no se suele ver, subrayó.

Publicidad

Tendencias