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Dos Ángeles Parra Violeta: concierto reúne a padre e hijo sobre el escenario para homenajear a la artista La cita es el sábado 8 de marzo en el Teatro Nescafé de las Artes

Dos Ángeles Parra Violeta: concierto reúne a padre e hijo sobre el escenario para homenajear a la artista

Ángel Parra padre y Ángel Parra hijo rendirán tributo a esa notable madre y abuela, respectivamente, llamada Violeta Parra. El encuentro musical abordará la poesía y música de la artista, y será propicio para homenajear a otras grandes mujeres chilenas a propósito del día Internacional de la Mujer. Además en el concierto se exhibirá el documental, Violeta Parra, bordadora chilena, realizado en 1964, nunca antes exhibido en Chile.


Hace mucho tiempo que no estaban juntos en un escenario. Ambos son Ángel, ambos guitarristas, ambos ligados a una misma pasión musical. Con seguridad el mayor le enseñó al menor cuando éste era chico, y hoy por hoy el mayor más de algo tiene que aprender del menor, hoy ya adulto y reconocido. Ambos además no sólo comparten el ilustre apellido de su madre y abuela, respectivamente, sino que son herederos directos de esa riquísima tradición musical que les heredó la gran Violeta Parra, quizá la mayor artista chilena que se conozca hasta hoy. Bien vale el dicho aquí, «lo que se hereda no se hurta».

El concierto que reunirá a los dos Ángeles, padre e hijo, sobre las tablas se titula «Ángeles Parra Violeta», y será la ocasión para rendir tributo a Violeta Parra. El encuentro, centrado en la poesía y la música de la artista, a su vez será propicio para homenajear a otras grandes mujeres chilenas. Precisamente el día del concierto, el sábado 8 de marzo, se celebra el día Internacional de la Mujer, razón suficiente para seleccionar un repertorio especialmente dedicado para la fecha.

Al respecto Ángel Parra padre comenta que eligió “las canciones más políticas, las más sociales. Las más fuertes no las canta nadie. Ésas voy a cantar yo en la primera parte, y por eso invité a la Viviana Díaz, a Bárbara Figueroa, para recordar a Gladys Marín, a la Gabriela Mistral… recordar a las grandes mujeres que ha tenido este país.”

El concierto, además, tendrá una sorpresa especial: la proyección completa del documental Violeta Parra, bordadora chilena, realizado por la televisión suiza el año ´64 durante su estadía en Ginebra y su histórica exposición en el Museo de Louvre, en París. Las imágenes retratan a Violeta hablando, con especial emoción, sobre su arte materializado en óleos, esculturas, cerámicas y sus arpilleras bordadas a mano, que para la artista eran “como canciones que se pintan”.

“Lo vamos a presentar por primera vez entero. La gente lo va a ver. Son 18 minutos de una Violeta Parra que no la conoce nadie. Ella habla francés, así que está todo subtitulado. Es muy lindo. Lo he hecho varias veces en Europa. La gente se queda como… No sé cómo se quedan, pero se ríen, cantan, se emocionan durante esos 18 minutos. Es muy fuerte. Entonces va a ser eso y celebrar al género femenino en grande: con poesía, música y canciones. Y esto que sucede entre nosotros, que me pegué al carro del Ángel con Manuel, comenzamos a entendernos, trabajamos juntos los textos de Violeta, revisamos, voy a participar en su próximo disco. Entonces también, es entregarle la llama olímpica a las nuevas generaciones, porque yo no me voy a pasar toda la vida en esto, porque ya estoy escribiendo y me he dedicado más a mis novelas. Entonces es pasarle la bandera a los jóvenes”, comenta Ángel Parra padre, respecto al concierto preparado junto a su hijo.

A su vez Ángel Parra hijo también ha preparado su propia forma de homenajear a su abuela a través de la invitación al escenario a la nueva formación de su proyecto Ángel Parra Trío: con Consuelo Schuster en voz, Ariel Pino en teclado, Roberto Trujillo en bajo y Andy Baeza en batería. La banda, que por estos días se prepara para la grabación de su nuevo disco con música de Violeta Parra, interpretará sus temas en arreglos de jazz, volcados a la canción y la interpretación vocal, en los que además se incluye la participación especial de Javiera Parra, su hermana, y Manuel García, que también es parte de este nuevo proyecto de Ángel Parra hijo.

“Durante todo el año pasado hubo muchas luces y cosas lindas que se aparecieron. Un amigo de Brasil que también me hizo acercarme al crecimiento espiritual. Y en marzo, Manuel García me llama para ser parte de este proyecto. Aparece una persona que se ha transformado en alguien fundamental en mi vida artística, pero no solamente en eso, sino  también en lo personal y lo afectivo,” comenta el nieto de Violeta sobre esta nueva etapa musical y creativa, luego de haber dejado oficialmente el grupo Los Tres en diciembre de 2013.

“Volviendo a la guitarra de palo”

Foto: Gonzalo Rubio

Foto: Gonzalo Rubio

Ángel Parra hijo fue parte de la exitosa banda nacional Los Tres, que en los años 90 retomaron las guitarras de palo y reciclaron la cueca y revivieron el llamado “jazz guachaca”, generando toda una onda  musical que despertó – y aún lo hace- gran interés por parte de las nuevas generaciones de músicos. Ellos decidieron indagar en las raíces de la cultura popular, encontrando su inspiración musical en el trabajo de los tíos Roberto y Lalo Parra, hermanos menores de Violeta.

“Esos temas son foxtrot norteamericanos. Son adaptaciones, que las hizo primero Django Reinhart y montones de otra gente, pero la gracia que tuvieron Los Tres, en su minuto, fue destacar a ese cantor popular callejero, cantor de prostíbulo, el tío Roberto, y ponerlo en primer plano” comenta Ángel padre.

Temas clásicos del Tío Roberto -llamado cariñosamente así entre sus cercanos- como “La vida que yo he pasado” o “¿Quién es la que viene allí?”, fueron inmortalizados a través del homenaje en vida que le rindieron Los Tres en su álbum de MTV Umplugged, grabado en Miami en 1995. “Eso fue muy importante. Y el tío Roberto estaba vivo además. Era la vuelta a la guitarra de palo. Y se veía el efecto en las calles, en los cabros jóvenes que andaban con la guitarra de madera de nuevo, “’a parafina’ como decía Roberto”, agrega el hijo de Violeta.

Con todo, Ángel Parra hijo no es tan proclive hoy en la actualidad a ese estilo musical que cultivara hace dos décadas atrás junto a Álvaro Henríquez de la mano de Los Tres, banda de la cual se retiró oficialmente en diciembre recién pasado.

“Eso fue hace 20 años, casi, y Álvaro tuvo una relación muy cercana con don Robert, entonces es muy comprensible que en su grupo, bajo su tutela de mando, hayamos tocado esas cuecas. Fue una idea brillante y nosotros también nos hicimos muy amigos. Fue una amistad muy bonita que yo recuerdo con Álvaro de empezar a tocar las cuecas, el jazz guachaca. Me sirvió mucho tocar todo eso, pero siempre tuve claro, dentro de Los Tres, que el mundo de la Violeta era mucho más vasto, más enorme y no estaba metido en el mundo de Los Tres. Era más secreto y tampoco hubo mayor interés en abordar su obra en esa banda. Entonces faltaba algo. Yo siempre hablaba de la Violeta, porque claro, el jazz guachaca, el foxtrot, ya lo tenemos incorporado. A los chilenos nos llama la atención, es bonita esa onda. Pero la matriz viene de la Viola, porque ella era mayor que don Robert, y ella de antes sabía más cosas.”

Redescubriendo a Violeta

Uno de los primeros acercamientos por parte de Ángel Parra hijo a la obra de su abuela fue a través de la grabación de las «Composiciones para guitarra” que hiciera el año 1995. Ángel fue “el primero que grabó todas las piezas para guitarra”, comenta su padre.

“Las grabé con la inquietud de una persona joven, no con tanta experiencia. Ahora entiendo mejor la música. En algunas partes tuve que poner la partitura, que es algo que yo no haría jamás hoy día. Ahora siempre hago todo de oído, o sea, todo escuchando y repitiendo. Cuando hago arreglos de bronces o de cuerdas, no lo hago escribiendo. Es mucho más fácil… uno escucha ya las notas y las toca nomás. Después las escuchas, las grabas y funcionan… Como trabajaba la Violeta, que es así. No es necesario saber música. Mis alumnos también se sorprenden que les diga que a los que más admiro no saben música, entonces no es un impedimento para aprender. La gente que más admiro es autodidacta”, comenta el nieto, y a su vez destaca la capacidad de trabajo, autodisciplina y el constante rigor de Violeta, que él quisiera adoptar en esta nueva etapa musical, donde su abuela está más presente que nunca.

“Violeta se levantaba a las 6 o 7 de la mañana y ya empezaba con todas las pilas. Todo el día. Eso lo tengo que tratar de empatar lo más posible en este momento de mi vida. Se murió Paco de Lucía, se está muriendo la gente. Entonces es el momento de compartir con mi papá, viajando, tocando con él y nuevamente como cuando tenía 20 años y aprendí a tocar, porque él me metió en la cuestión, me explicó de folclor y todo eso. Y con humildad de empezar a abordar a la Violeta cada día en diferentes áreas porque son tantas. Cantar una canción ahí con Manuel con un bombo y la copla; son desafíos. No hay nada asegurado, ni porque sea mi abuela. Es un privilegio hacerlo y hay que estudiar y ponerle ganas y para eso hay que levantarse temprano y hacer todo lo que hay que hacer.”

Ángel Parra padre, por su parte, recuerda con admiración el respeto y el valor por la cultura popular que su madre le inculcó desde pequeño: “Ella venía con la cultura popular y la identidad metida desde niña, desde el campos con las primas Aguilera, de los 4 o 5 años. Ella decía, mis primas Aguileras, y no tenía por dónde, no eran primas”.

Mientras conversa, Ángel padre sostiene un guitarrón chileno, instrumento que aprendió a tocar a la temprana edad de 11 años. Comenta éste que Violeta también sabía tocar guitarrón, que tenía el suyo propio hecho por un maestro carpintero de Puente Alto. “Cuando lo miras, el puente del guitarrón lo tiene sujeto con unos pernos, porque el maestro era carpintero». Según este hijo de Violeta, ella descubrió que existía el instrumento en esa región alrededor de 1952 y quiso que él también aprendiera.

“Yo aprendí con don Isaías Angulo, un cantor de Pirque de los 50. Me fui a vivir con él un año”, comenta y agrega: “Todo eso era puro campo y aprendí en vivo y en directo, por decisión mía ante el ofrecimiento que me hizo mi mamá. Me dijo: ‘¿Qué prefieres, entrar interno a un colegio o irte a vivir al campo’”, recuerda sonriendo. “Era obvia mi respuesta: el campo, pues».

Cuenta que aprendió mucho en su estadía en el campo de la gente sencilla de ahí, de «esa gente campesina que tiene más sabiduría que muchos ecologistas de hoy. Ellos saben cuándo va a llover o no va llover. Ellos saben lo que hay que plantar. Son improvisadores y payadores. Tienen un mundo muy rico. Un mundo fascinante que se lo ha tragado un poco la modernidad. Pero es una alegría saber que hay, hoy en día en Chile, por lo menos dos o tres luthiers que hacen guitarrones y los venden”, agrega.

El guitarrón de Violeta más sus arpilleras, óleos, entre otros de sus objetos e instrumentos, serán donados al Estado para formar parte del nuevo Museo Violeta Parra, actualmente en construcción. El museo llevará por nombre “La Jardinera” y  estará ubicado en Vicuña Mackena, a un costado de la embajada de Argentina, en el espacio donde la compañía Gran Circo Teatro, de Andrés Pérez, montó alguna vez su carpa, esto es, a pasos de Plaza Italia. La construcción será parte del barrio cultural que unirá Plaza Italia (Teatro Universidad de Chile, Cine Arte Alameda) con el barrio Lastarria (GAM) y el Bellas Artes en un gran boulevard destinado a la cultura. Si bien aún no hay fecha oficial de inauguración, Ángel Parra padre piensa que posiblemente será en mayo de este año.

Ángeles Parra Violeta

Fecha: sábado 8 de marzo.

Horario: a las 21:00 horas.

*Precios: 8.000 a 25.000 pesos.

Ventas: en boleterías del teatro y por Ticketek.

Consultas: al 2236 3333, anexo 109.

*Este evento tiene los descuentos del Club de Lectores de El Mercurio:

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