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Hugo Moraga, el cantautor que deleita con su interpretación de bossa nova en la aclamada película «Gloria» El músico se presenta hoy jueves 10 de abril en La Casa en el Aire de Ñuñoa

Hugo Moraga, el cantautor que deleita con su interpretación de bossa nova en la aclamada película «Gloria»

El destacado artista es parte del reparto de la premiada película de Sebastián Lelio y este fin de semana presentará su repertorio desarrollado en casi cuatro décadas de trabajo musical, en discos como Lo primitivo (1980), Niño de guerra (1984), las antologías Evidencias (1998) y Estelas del destino (2002) y el más reciente Guitarra continuo (2006), además de varias canciones inéditas del último tiempo.


Hugo Moraga y Antonia Santa María encantan con su propia versión de «Aguas de março», bossa nova que inspiró una emotiva escena de la película “Gloria” (2012) de Sebastián Lelio, recientemente ganadora de tres Premios Platino de Cine: mejor película, guión y protagonista femenina para Paulina García.

La película  narra las aventuras de una mujer sola cercana a los 60 años en búsqueda del amor y su felicidad, y en la cual Hugo Moraga interpreta el rol de un sociólogo amigo de la protagonista. Conversamos con el cantautor sobre su experiencia en la filmación  y sobre sus casi 40 años de carrera musical.

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 Sobre su experiencia y participación en la película “Gloria”

“Me llamó Moira Miler, porque necesitaba un actor que cantara bossa o un músico que actuara, además que debía parecer papá de la Antonia (Santa María)”, comenta Moraga al respecto de su actuación en la película, y agrega “La disciplina y rigor de Antonia (Santa María), con quién cantamos «aguas de marzo», fue una experiencia que cambió positivamente mi manera de trabajar. Los actores principales (Pali García, Sergio Hernández y Coca Guazzini) fueron un ejemplo también de sólo verlos actuar.

En la película interpreta a un sociólogo con un pensamiento muy bien articulado. ¿Cómo fue la construcción de ese personaje? ¿Hay algún trasfondo común entre el discurso del personaje y el propio pensamiento de Hugo Moraga?

“El rol que me pidió interpretar Sebastián Lelio (director), era bastante libre, de modo que pudiera expresarme con soltura, considerando que no soy un actor. La improvisación que surgió en la escena del almuerzo fue improvisada, y refleja mucho de mi pensamiento, el cual está por cierto desplegado en mis canciones, con toda la fidelidad que pueda lograr.

A pesar del éxito que ha tenido la película, Moraga no ha sentido que gravitara significativamente en su actividad musical, “la que sigue dentro de los parámetros usuales para un cantor marginal como he sido durante estos 40 años”, agrega.

 40 años de música y poesía

El estudiante Hugo Moraga alcanzó a cursar un año de arquitectura en la Universidad de Chile, en 1972. En 1973, no volvió a la facultad. Desde cuatro años antes ya tocaba guitarra, y en adelante se dedicaría a la música.

Debutó como cantautor en 1974, y en sus inicios fue parte del movimiento cultural contrario al gobierno militar que se tejía alrededor de espacios urbanos vinculados a peñas, tocatas en colegios, universidades, sedes de organizaciones poblacionales y espacios como el Café del Cerro, El Café Ulm y el rincón de Azócar. Esas coordenadas históricas pudieron moldear algunos de sus rasgos musicales: un inconformismo a toda prueba, la virtud de no ser explícito en sus versos y la capacidad de desplegar las posibilidades de una guitarra acústica.

Algo que destaca de la producción musical de Moraga es la elaboración de sus discos. Comenzó a grabar sus primeros trabajos en 1979, los cuales, en su mayoría eran elaborados artesanalmente y totalmente autogestionados.

“Siempre he hecho mis casets y discos por mi cuenta, excepto el disco «Lo Primitivo» publicado por el sello SYM. Me hubiera gustado participar en cooperativas o colectivos con mis colegas, pero no se dio, yo creo, por la intensidad caótica y el ambiente enrarecido que la dictadura imprimió a la cultura en los años que ejerció el poder, y luego, como una herencia nefasta que estrangulara aún más nuestra actividad. El neoliberalismo no es buena receta para la cultura, puesto que sin la debida libertad no hay arte. Lo que dicte el mercado o cualquier otro dictador, no me interesa”, señala.

¿Cuál crees que es el rol social de la música hoy en día en que parecen haberse caído los grandes proyectos sociales y las utopías?

 “El rol social de la música es tan amplio como amplia es al alma humana. La reflexión sobre el amor, la lucha, los valores, etc., depende del gusto de cada artista y según el cual encontrará su público. La música, como todo arte, debe comunicar emoción y ansia de vivir. Depende del artista y de sus preferencias lo que deba aportar a sus auditores. Habrá música para bailar, para cantar con los amigos, otras más complejas que animarán a una reflexión más profunda. En fin, en cada estilo se podrá encontrar espacio para sublimarse y desplegar un arte de buena calidad”.

Con todo, Moraga se muestra entusiasmado en cuanto a la actual escena musical chilena.

“Me siento esperanzado. Hay buenos artistas jóvenes que tienen talento y carácter, y el ánimo para buscar su espacio sin claudicar. La mezquina difusión radial parece no afectarlos por ahora, y siento que las redes sociales están generando un cambio paradigmático en nuestra idiosincracia. Algo de eso dije en la película. La tozuda actitud de las radios pueden volcar al público a buscar una nueva manera de escuchar la música de su agrado, o que lo identifica mejor, porque también es eso la música popular: identidad. Ya se ve que el público escucha con fonos la música de su preferencia mientras se desplaza por la ciudad o cuando realiza otras actividades. Pronto se hará más necesario para la comunidad ir a los cafés y conciertos locales, dónde encontrarse y reconocerse otra vez, como ocurrió en los años de las peñas y el Café del Cerro, pues hay otra dictadura que sobrellevar ahora, y la música ayuda a eso también.”

 

 

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