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Gonzalo Díaz, renunciado candidato a rector de la U. de Chile: «Vamos mal. Hoy apuntamos más a una universidad privada que a una estatal» Este jueves comenzó en la casa de Bello la primera vuelta para elegir a un nuevo rector

Gonzalo Díaz, renunciado candidato a rector de la U. de Chile: «Vamos mal. Hoy apuntamos más a una universidad privada que a una estatal»

Tatiana Oliveros
Por : Tatiana Oliveros Artista, colaboradora de El Mostrador Cultura
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El Premio Nacional de Artes explicó que su renuncia se debió a la idea de capitalizar las visiones progresistas en candidaturas únicas que puedan alcanzar la rectoría en un «momento histórico», en que la Universidad de Chile no puede quedarse al margen del concepto de gratuidad y reforma a la educación. Pero tampoco -explica- puede evadirse de los problemas internos donde la U. de Chile «ha reproducido las mismas inequidades de la sociedad chilena» con facultades ricas y facultades pobres.


Se dice que esta elección a rector de la Universidad de Chile es la más importante de los últimos 30 años. Otros, dicen que más allá de los años, ésta, sin duda, es la elección más clave. Esto, porque los comicios -en que más de 3 mil votantes se encuentran participando desde las 08:30 de este jueves de la primera vuelta de las elecciones para decidir quién dirigirá los destinos de la Casa de Bello durante los próximos cuatro años- coinciden con la intensa discusión de la reforma a la educación, el hito político más importante de los últimos gobiernos, y que sin duda marcará la pauta y la agenda política este 21 de mayo.

Y en esta discusión, la Universidad de Chile tiene que estar a su altura, no puede quedarse al margen de la visión progresista, porque de algún modo u otro -opinan analistas-, la Universidad de Chile, en tanto universidad pública, es el Estado. Así, piensa el destacado artista visual y Premio Nacional de Artes, Gonzalo Díaz, quien renunció a su candidatura a rector este lunes, tras alcanzar un acuerdo con las otras candidaturas de orientación de izquierda.

Gonzalo Díaz Foto: Gonzalo Rubio

Gonzalo Díaz
Foto: Gonzalo Rubio

Aunque su postulación fue la primera en darse a conocer vía página web, de concitar el apoyo de importantes intelectuales humanistas, y de estampar un sello histórico al ser el primer candidato al sillón de Bello del mundo de las Artes, para Gonzalo Díaz, la postulación al cargo es subsidiaria a los cambios «radicales» que tienen que  «necesariamente hacerse en la universidad para consagrar la educación como un derecho ciudadano y no una mercancía».

«Este es un momento histórico en el que se debate la propuesta del gobierno de gratuidad, que parece muy promisoria. Pero que hay que estar atentos al asunto, porque aún no hay mucha claridad para dónde va. Hay muchas presiones que son muy fuertes, y en este contexto, sería muy paradójico que la Universidad de Chile se quedara detrás y con una dirección contraria a la que va todo el país y en contra de todas las necesidades que se han expresado tan abiertamente y con tanta energía el 2011 con los movimientos sociales y estudiantiles», explica.

Propuestas fundamentales

La decisión de declinar a su postulación 36 horas antes de las elecciones se produjo luego de intensas negociaciones con los otros candidatos (Cecila Sepúlveda y Ennio Vivaldi, ambos de la Facultad de Medicina) para unificar en una sola candidatura las aspiraciones progresistas. Aunque esa negociación no fue para nada fácil, ya que «hubo muchas reticencias a nuestras propuestas», dice Díaz, finalmente este lunes ambas candidaturas aceptaron cuatro de los «puntos que nosotros calificamos como intransables».

El primer punto tiene que ver con el modelo de financiamiento de la universidad y su oposición al sistema de los voucher (subsidio a la demanda). «Nosotros pedimos aportes basales para las universidades públicas sin este sistema de voucher, sino que se financie a las instituciones, si no cambia el modelo, no va a cambiar esta mercantilización de la educación», resalta.

«Hoy el rector tiene la responsabilidad de dar vuelta la universidad en 180º, porque vamos mal, apuntamos más a una universidad privada que a una estatal, por este acoso del sistema que ha obligado a los rectores y a la universidad a autofinanciarse. Eso redunda en que en lugar de hacer lo que nos corresponde, estamos produciendo dinero para poder autofinanciarnos».

En segundo término está la incorporación de un sistema tripartito en la estructura del gobierno de la universidad. Díaz cuenta que en 1997 ya se votó ese sistema que incluía el Ejecutivo, el Senado y el Comité evaluador, pero que en los hechos sólo funcionan los dos primeros, por lo que es «fundamental que el tercer estamento se instale, para la transparencia, para la efectividad, para la calidad de la universidad».

En resumen, el sistema que buscamos implementar eficientemente -destaca Díaz- es que un trabajo de colaboración e interdependencia en que un estamento desarrolla el proyecto (Senado), otro lo implementa (Ejecutivo) y otro lo avalúa (Comité evaluador).

Reproducción de inequidades

Otro de los grandes problemas que ve el profesor de pintura tiene que ver con que la universidad «reproduce las mismas inequidades de la sociedad chilena, hay facultades ricas, de primer mundo y otras pobres del tercer mundo, de acuerdo a la cercanía que tiene ciertas facultades con el mercado y no de acuerdo a criterios académicos».

«Siempre en ese juego y en esa lógica, filosofía, historia, sociología y arte, van a ir a la pérdida siempre y las ingenierías y las disciplinas más tecnológicas van a tener un éxito de venta. Ese criterio creemos que hay que erradicarlo completamente y esto depende de una reestructuración del presupuesto que produzca un desarrollo equilibrado», enfatiza.

Finalmente Díaz, quien paralelamente inaugurará en la Galería Local el próximo 14 de mayo  la instalación «Al Pie de la letra» , explica que el cuarto punto «fundamental» es la «participación efectiva de la comunidad universitaria».

«Creemos que toda la comunidad universitaria tiene derecho votar por las autoridades, por ejemplo los funcionarios participan de la institución, ¡han puesto su vida en esto!, y que llegado el momento de decisiones globales importantes que les afectan a todos, que ellos no tengan derecho a participar nos parece muy absurdo. Pero esto no es solo un slogan “democraticoide”, creemos que esto está vinculado con el concepto de ciudadanía universitaria responsable, que implica un compromiso con la institución con derechos y deberes».

Desde otra acera

El no estar hoy en el listado que recorre las facultades de la Universidad, de modo alguno -aclara Díaz- significa que las ideas que representan al mundo progresista en la Universidad de Chile queden marginadas, «por el contrario» -afirma- «significa el inicio más fuerte de este trabajo y además quedan muchas cosas por definir en la Universidad de Chile como elecciones de decanos, del senado, etc.» 

«Este proyecto está respaldado por un grupo muy importante de académicos, que ha demostrado en los últimos 30 años una gran capacidad de gestión y de producción de conocimiento, investigación y trabajo académico», concluye.

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