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Doce soldados de la democracia se infiltran en Cannes armados con lápices La política en dibujos y en género documental se instala en suelo francés

Doce soldados de la democracia se infiltran en Cannes armados con lápices

Se trata de un documental sustentado en entrevistas con doce dibujantes de prensa del mundo entero que exhibe sus ilustraciones e imágenes de archivo y que lanza el aviso de que «la democracia es un combate diario, nunca adquirido». En Cannes, y también fuera de competencia, se presentó una serie de documentales en que se aprecia la represión brutal grabada a golpe de teléfono móvil en calles sirias, historias corales sobre la desfragmentación de Los Balcanes y tensión soviética sobre una pista de hielo, entre otras.


Doce lápices, muchos idiomas y un mismo espíritu: dibujar todo lo que nadie se atreve a contar con palabras. El Festival de Cannes proyectó en sesión oficial y fuera de competición Caricaturistes – Fantassins de la démocratie (Caricaturistas – Soldaditos de la democracia). Se trata de un documental sustentado en entrevistas con doce dibujantes de prensa del mundo entero que exhibe sus ilustraciones e imágenes de archivo y que lanza el aviso de que «la democracia es un combate diario, nunca adquirido». El cartel -apócrifo- del filme muestra al presidente de Francia, François Hollande, sujetando una viñeta en la que aparece él mismo. Lo firma Plantu, una institución en la caricatura francesa y el impulsor de la película. No podrán colgarlo en Francia. El Palacio del Elíseo exige decoro. En una sesión de maquillaje durante el rodaje se ve a Plantu charlando con la chica que le peina, quien le pide un dibujo de Hollande. Plantu se lanza a pintarlo en el espejo fijado a la pared en el estudio y ella le ruega que lo haga en un papel, para poder conservarlo. Un dibujo similar fue realizado por el dibujante ruso M. Zlarprosky al mandatario de ese país Vladimir Putin, en que el que maneja los hilos de una marioneta de si mismo. Respeto y humor «Pero luego te llevas el espejo, ¿no?», le responde el caricaturista, que desde 1985 tiene reservado un espacio para su viñeta en la portada del diario francés Le Monde. El cubano Ángel Boligan nació en San Antonio de los Baños, conocida como la «villa del humor» por su tradición de festivales de caricatura y sede de la prestigiosa Escuela de Cine. Ilustra la isla como un trozo de tierra flotando dentro de una botella cerrada. Se fue de Cuba en 1992, pero regresa habitualmente. «Todo se puede contar con respeto y con humor. Todo es criticable, o debería de serlo. Y ese es el combate que ha llevado a estos doce caricaturistas a juntar sus lápices, contar sus vidas y, sobre todo, que no existan los tabúes», comenta el cubano adoptado por el DF mexicano.

Geopolítica en formato documental

Represión brutal grabada a golpe de teléfono móvil en calles sirias, historias corales sobre la desfragmentación de Los Balcanes, tensión soviética sobre una pista de hielo, caricaturistas al servicio de la libertad de expresión, veteranos de guerra y periodismo político. El Festival de Cannes ha proyectado estos días, fuera de concurso, una serie de documentales tan políticos como variados y geográficamente repartidos, desde Siria a Ucrania. El primero en llegar al festival fue el autorretrato descarnado sobre la cruenta guerra civil en Siria de «Silvered Water», cinta que firman Ossama Mohamed y Wiam Simav Bedirxan. Supone un relato a caballo entre el cine documental y el periodismo ciudadano, yuxtapone de sobrecogedores vídeos anónimos de Youtube grabados con teléfonos móviles con planos más poéticos grabados entre las ruinas de Homs. Sergei Loznitsa, un cineasta ucraniano nacido en Bielorrusia y afincado en Alemania proyectó «Maiden», una peculiar cinta sin voz de narración y con planos de más de cinco minutos de cámara fija que filma las recientes revueltas en Ucrania, desde noviembre 2013, cuando se inician las manifestaciones, hasta el 18 de febrero de 2014, cuando empiezan los disparos con balas reales. «Maiden ha terminado, la historia continúa», resumió el director la prensa sobre una cinta que se apoya en audio real en directo y en muchas canciones populares. Loznitsa es también uno de los artífices de «Los Puentes de Sarajevo», donde trece cineastas trazan una película coherente que responde al aniversario del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria a manos del nacionalista yugoslavo Gavrilo Princip. La película, en la que participa el español Marc Recha con un corto rodado en catalán y donde destaca Jean-Luc Godard, se sumerge en los conflictos que ha atravesado la región balcánica en el último siglo. También se proyectó en sesión especial en el certamen mediterráneo, «Of Men and War» («Des hommes et de la guerre»), última obra del francés Laurent Becue-Renard, una crónica devastadora sobre los efectos del trastorno por estrés postraumático en veteranos de la guerra de Irak. Uno de los carteles más llamativos del certamen, por su inspiración en los propagandísticos soviéticos es el de «Red Army», en el que Werner Herzog relata la fortuna de una selección nacional de hockey sobre hielo y de su capitán, que pasó de héroe adulado por el poder a enemigo político declarado. Anatoli Tarassov, que se inspiraba en las clases del ballet de Bolchoï para trabajar con sus jugadores, fue el entrenador de un conjunto de atletas cuya historia recupera un film con la voz de Viatcheslav Fetissov, el que fuera defensor del CSKA de Moscú. La cinta, firmada por un estadounidense de padres que emigraron de la Unión Soviética, retrata tirando ampliamente de archivo la gloria de una selección gloriosa en tiempos de tensión nuclear y guerra fría. Otro de las cintas documentales seleccionadas en el certamen mediterráneo fue «Le Gens du Monde», que acompaña a los periodistas del vespertino francés Le Monde en la cobertura de las elecciones presidenciales de 2012 para un diario que celebra este año su 70 aniversario.

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