Trabajo de Chile Revelado y biólogo Nicolas Piwonka se exhibe en Centro Cultural La Moneda
Las imágenes de los glaciares de la zona central de Chile quieren motivar la reflexión respecto a su relevancia para el planeta. Para los autores del registro, de un alto valor estético, la amenaza que sufren estas reservas de agua provienen de tres fuentes: de la explotación minera, dada su actividad invasiva y de impacto irreversible; el calentamiento global, producto principalmente de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero; y la isla de calor que genera la ciudad y la refacción de la luz producto del polvo suspendido en la atmósfera.
Los glaciares poseen tres características que definen su valor: es una gran reserva de agua para la supervivencia del planeta, son de una belleza indescriptible y están amenazados.
Motivados por un fuerte sentido estético y de responsabilidad por motivar la reflexión sobre el deterioro que están sufriendo estos gigantes de hielo, un grupo de gestores culturales se reunieron con el destacado biólogo y fotógrafo Nicolás Piwonka (1955) para emprender una travesía por los auténticos rascacielos de la zona central de nuestra cordillera a fin de captar la inmensidad y la importancia para la biosfera de los masizos de agua sólida. El resultado fue la exposición “Chile Revelado: Glaciares Andinos Centrales”, que desde el martes exhibe el Centro Cultural La Moneda.
La exposición aborda la belleza y el carácter ecológico del paisajismo chileno, deteniéndose en las grandes laderas de la cordillera de Los Andes, en la Región Metropolitana, que cobijan y son parte del atractivo escenario de nuestra capital.
Una muestra abierta hasta el 17 de agosto que destaca la importancia de los glaciares, tanto para la agricultura y la industria, como para la obtención de un recurso básico como el agua potable.
El trabajo fue posible gracias a Chile Revelado, un grupo que se describe como “una plataforma para levantar proyectos creativos que tengan a la naturaleza como protagonista” y que hace “de la imagen un contenido”.
Está integrado entre otros por Carla Morales, en la actualidad también directora de Desatanudos Editores y productora general del festival de documentales Fidocs, y el gestor cultural y músico Eduardo Lira, fundador de la banda Elso Tumbay.
“Nosotros como Chile Revelado postulamos al Fondart con el fin de hacer el registro de los glaciares de la Región Metropolitana y llamamos a participar a Nicolás Piwonka de este proyecto”, cuenta Morales. “Además de la exposición se hará una página web en inglés y español en la cual se subirá info sobre los glaciares y su entorno geológico, geográfico, flora, fauna, etc. Y, por último, se venderán en librerías un set de postales con fotos de los glaciares y su flora y fauna circundante”.
La razón para elegir a Piwonka fue que tiene más de 30 años de trayectoria como fotógrafo. Ha publicado diversos libros vinculados al paisaje, la flora y la fauna y las costumbres rurales de Chile, que lo han llevado a atesorar un registro más de 120 mil imágenes. Su trabajo ha sido expuesto en numerosas ocasiones, tanto en Chile como en el extranjero.
El Morado
Piwonka realizó el trabajo junto a un equipo de cuatro personas de Chile Revelado durante el verano pasado, en expediciones a caballo de entre dos y tres días en el Cajón del Maipo, la zona de Farellones y el parque natural Yerba Loca, donde los participantes acamparon, aunque también se tomaron imágenes en helicóptero.
“Es un tema muy actual y relativamente poco conocido”, algo paradójico dado que es “muy cercano a todos los chilenos, porque la cordillera es una presencia importante, y ahí están todos los glaciares que son reserva de agua”, dice Piwonka.
El autor destaca que los glaciares son muy accesibles desde la ciudad, a pesar de los cual no hay una conciencia de su existencia e importancia.
“No hay una enseñanza al respecto de eso. Somos un país eminentemente marítimo y cordillerano, pero usamos muy poco ambos elementos. Son pocos, en proporción a la población, los que van a la montaña a caminar, hay pocos senderos donde ir, no hay una infraestructura más de país respecto a algo que prácticamente está en el patio de atrás, que no está lejos”, explica, algo que contrasta con “personas que viajan desde el otro lado del mundo hasta la cordillera porque la encuentran realmente increíble”.
“Un glaciar es una masa de hielo que se ha acumulado durante mucho tiempo a partir de la precipitación de nieve. A medida que se acumula la nieve a través del tiempo, por circunstancias climáticas más frías y/o por mayor precipitación, se van comprimiendo y cristalizando sucesivas capas de nieve formando una masa compacta que, a través del tiempo, se va desplazando por su propio peso como un verdadero río de hielo”, explican en Chile Revelado.
En un período de cambio climático originado por el calentamiento global, producto principalmente de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, los glaciares, muy sensibles a la temperatura y a la disminución de las precipitaciones, están en su gran mayoría retrocediendo aceleradamente, advierten. “Una buena muestra de esto es considerar que solo en las tres últimas décadas, en la Cordillera de los Andes de Chile central el área cubierta de glaciares se ha reducido del orden de un 25%”.
Nieves Negras
Según Naciones Unidas, el agua dulce corresponde solo al 3% del total de agua existente en el planeta, y de este 3% de agua dulce, aproximadamente el 75% está congelada en los polos o en los glaciares de latitudes medias o de montaña. A su vez, el 80% del territorio chileno está compuesto por montañas y un 70% de la población se abastece de los recursos hídricos que generan las zonas andinas. Fue esto lo que impulsó a Chile Revelado a registrar los glaciares para develar su importancia.
Aunque la existencia de estos gigantes helados es desconocida para la gran mayoría de la población, son la principal fuente de agua que abastece a Santiago y el valle central, especialmente durante los meses de verano o periodos de sequía, según Chile Revelado.
Chile Revelado advierte que también otros factores que inciden en el retroceso de los glaciares y que tienen que ver tanto con la isla de calor que genera la ciudad como con el polvo suspendido en la atmósfera que genera refacción de la luz, lo que se traduce en el aumento de la temperatura y, por tanto, mayor fusión del hielo.
“Por otra parte, la extracción minera es un factor de gran riesgo para la conservación de los glaciares. Todo el proceso de la minería en sí es una actividad invasiva y de impactos irreversibles. Las fases que comprende la minería desde la construcción de caminos, el tráfico de vehículos de carga pesada, los sondajes, perforaciones, la fase de explotación misma, las emisiones de hollín y el levantamiento de polvo son factores muy difíciles de controlar e inevitablemente o destruyen directamente los glaciares y su ecosistema o aceleran su retroceso de manera indirecta”, advierten.
Agregan que Chile no tiene una legislación que proteja a nuestros glaciares y que regule y discipline las operaciones mineras con medidas efectivas de mitigación, sobre todo, considerando que existe un vacío legal en torno a los glaciares, que los supedita a existir en cierta forma en “tierra de nadie”. “Esto significa que el Código de Aguas de la Dirección General de Aguas (DGA), no considera a los glaciares en su regulación debido a que solo norma aguas líquidas y no sólidas, gracias a lo cual se han explotado los suelos de la alta montaña de forma indiscriminada. Por otro lado, la normativa existente estimula la intervención de las altas cumbres a través del Código Minero”, indican.
