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En sus personajes marginales, Poli Délano revela el desencanto que siente por el Chile actual El escritor lanzó una colección de cuentos y una novela breve

En sus personajes marginales, Poli Délano revela el desencanto que siente por el Chile actual

“Según pasan los años” es una recopilación del académico estadounidense John J. Hassett de relatos publicados entre 1971 y 2012, mientras “Afuera es noche” sigue la vida de un hombre entre el Santiago de los 60 y el actual, a través de cuyo personaje despotrica contra los santiaguinos, contra «los chilenos con sus lugares comunes, su doble estándar». Todo esto mientras prepara una reedición de su clásico “En este lugar sagrado”.


Una de las tantas anécdotas de rodean la rica vida del escritor chileno Poli Délano (Madrid, 1936) ocurrió hace apenas unos meses. Una educadora estadounidense, Maggie Russell-Ciardi,  encontró un libro suyo, “Sin morir del todo”, en una librería latina en Nueva York, lo leyó y le gustó tanto que decidió traducirlo ella misma al inglés. Y bajo el título de “As If No One Had Died”, en una traducción revisada por el propio Délano, el texto acaba de aparecer en Estados Unidos.

La anécdota refleja la devoción que despierta en algunos un artista que debe su nombre al mismísimo Pablo Neruda, quien al verlo, impresionado por su gran tamaño, exclamó: “este niño es un Polifemo”. En realidad se llama Enrique.

Autor prolífico como pocos, con cinco décadas de trayectoria y traducido a idiomas como el inglés, francés, ruso o coreano, este año Délano, ganador de premios como el Casa de las Américas y el Municipal de Santiago, acaba de publicar dos libros con la editorial Ceibo.  Y ya empezó otra novela, mientras prepara una reedición de su clásico “En este lugar sagrado”, que confiesa es una de sus obras favoritas por las “satisfacciones” que le ha granjeado.

PortadaSegunPasan-1-2Libro y novela

De sus dos nuevas obras, una es “Según pasan los años”, una recopilación de cuentos hecha por el crítico estadounidense John J. Hassett del Swarthmore College de Pennsylvania, que abarca relatos publicados entre 1971 y 2012, e incluye clásicos como “La misma esquina del mundo” o “Cambio de máscara”.

Hassett, estudioso de la obra de Délano, eligió los 17 cuentos que más le gustaban y los tradujo al inglés. Ante esto, el escritor se propuso editar esta selección en español y publicarlos con un prólogo de Hassett, apareciendo incluso antes que su versión en inglés.

El libro otro es “Afuera es noche”, una novela breve donde aborda tópicos que ya son clásicos en su obra, marcada por una vida que incluye la docencia en el Instituto Pedagógico durante la Unidad Popular, el exilio en México y su regreso en plena dictadura en 1984.

La novela se desarrolla en distintas ciudades, como Santiago, Valparaíso y Valdivia, y tiene como protagonista a un hombre de 60 años que ve su vida derrumbarse de a poco, a causa de la bohemia y el descontrol, luego que en una riña callejera viera frustrada una promisoria carrera como violinista.

Amores de juventud, un prostíbulo de mujeres enanas, bares, pleitos y música docta son parte de la historia de este hombre, quien recuerda a lo largo del relato los giros de sus vivencias y los personajes con los que se ha tenido que cruzar, muchos de ellos marginales, por quienes Délano admite sentir una predilección desde siempre.

“Me gustan esos personajes porque la vida les es más difícil. A un enano le es más difícil conquistar a una mujer que a un tipo de un metro ochenta”, explica.

PortadaAfueraesNochePoliDelanoEn el libro Délano habla de bares como Las Tejas (de cuando estaba en calle Nataniel) y sus sándwiches de pernil, el Bosco y el Club de Carteros, e inventa otros, como el Bar-Tolo, pero también hace un contrapunto –no sin cierto dejo de amargura- entre el Chile de los 60 y 70, lleno de utopías y esperanza, y el actual, fagocitado por el egoísmo y el mercado neoliberal.

Su protagonista es un personaje que “despotrica no sólo contra Santiago, sino contra los santiaguinos, los chilenos con sus lugares comunes, su doble estándar, etc”, señala el escritor.

“Es una especie de amargura respecto de lo que la sociedad en un momento fue y lo que es ahora. Los personajes son desencantados de una sociedad que no ha crecido para bien”, agrega.

Sin duda, Délano habla a partir de su propia experiencia. Confiesa que aunque fue “chocante” volver del exilio en 1984 a una dictadura donde los opositores eran degollados o quemados vivos, “fue más chocante después”, cuando “siguieron las mismas características de la gente que no se acostumbraba todavía a que reinaba otro tipo de régimen”.

“No me gusta como está Chile. Creo que puede mejorar, pero no me gusta ese afán de mostrar cuánto dinero tengo, que el dinero sea el tema. Aquí (en el barrio de Providencia, donde vive actualmente) hay cantidad de gente que sale a pasear con sus perritos de raza… eso es una moda para decir ‘yo tengo este que es mejor que el suyo’”.

Talleres

Aparte de su carrera como escritor, Délano también ha cultivado desde hace año la faceta de tallerista, que le permite tener contacto con la escritura actual. Un ejercicio docente que inició en México y mantuvo desde su regreso del exilio. Acá lo ha realizado en lugares como la Casa de Cultura de México, la Sociedad de Escritores de Chile (Sech), el Instituto de Cultura Chileno-Británico, la casa de algún alumno e incluso la suya propia.

Los años, desde su primer taller en la ciudad azteca de Cuernavaca, le han permitido acumular una experiencia donde ha aprendido “qué es mejor, cómo es mejor llevarlo, y aprender que el taller no va a inventar a ningún escritor. El escritor es previo, el taller le puede ahorrar tiempo de aprendizaje, generar disciplina y varias cosas más. Mi meta es que el que entra al taller cuando salga escriba mejor como escritor”.

La instancia le ha permitido, entre otras cosas, mantener cierto contacto con las nuevas generaciones, donde “es como siempre: hay escritores muy buenos, regulares y mediocres”, aunque no hay ninguno que lo “enamore”.

De los más jóvenes destaca a Gianfranco Rolleri, ex alumno suyo (“lo encuentro formidable, es una de mis apuestas”), Yuri Soria-Galvarro y la dupla matrimonial conformada por Marcelo Leonart y Nona Fernández. También le gusta el escritor policial Ramón Díaz Eterovic (1956), un formato que también él ha cultivado, y autores como el ovallino Rolando Rojo (1941), “un estupendo cuentista”.

-Cuando empezó su carrera, ¿pensó que iba a llegar hasta acá?

-Cuando empecé a escribir lo único que sabía era que iba a ser escritor. No sabía si me iba a ir bien o mal, porque eso es imposible saber, es una apuesta muy complicada. En Chile además es muy difícil abrirse camino en la literatura porque no hay editoriales, no se venden los libros, hay poca población y poco lector numeral, por tanto…

-¿Está contento con lo que ha hecho?

-Absolutamente. He trabajado siempre en lo que he querido. Me he divertido trabajando, nunca me he aburrido.

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