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Vida familiar, cotidianeidad y política en libro fotográfico de Rodrigo Rojas De Negri “Un exilio sin retorno” recopila imágenes de una exposición realizada el año pasado

Vida familiar, cotidianeidad y política en libro fotográfico de Rodrigo Rojas De Negri

Presentación será este mediodía en el Museo de la Memoria. “Fue un artista capaz de retratar todo lo que veía a su alrededor con una gran sensibilidad, desde un recorrido de su vida familiar, su cotidianidad y lo político”, señala Monserrat Rojas, curadora de la muestra que incluye tomas de Canadá, Estados Unidos, Chile y Perú.


“Un exilio sin retorno” (Editorial LOM), un libro con 33 fotos de Rodrigo Rojas De Negri (1967-1986), será presentado hoy a las 12:00 horas en el Museo de la Memoria (Matucana 501, Metro Quinta Normal).

El domingo se cumplieron 28 años de su asesinato. Rojas, un joven de apenas 19 años que volvió en 1986 tras una década de exilio en Estados Unidos, fue detenido el 2 de julio de ese año junto a la estudiante Carmen Gloria Quintana por una patrulla del Ejército al mando del entonces teniente Pedro Fernández, en medio de una protesta. Fueron rociados con gasolina y quemados.

Rojas, que llevaba apenas dos meses en Chile, murió cuatro días después, mientras Quintana sobrevivió con graves secuelas. Fernández, condenado por “negligencia”, pasó sólo un año en la cárcel militar de Punta Peuco, en 1996, y actualmente es sostenedor de una escuela en La Reina. El Consejo de la Cultura creó en 2006 el premio de fotografía con el nombre del artista fallecido.

p13El libro incluye fotos de familiares y amigos en Canadá y Estados Unidos, de un viaje a Perú y de su estadía en Chile, previa a su muerte. «Estas pocas fotografías que dejó son un fiel recuerdo de esa vida breve, pero generosa y dominada por amor a Chile», escribe en un prólogo del libro su colega Marcelo Montecino, que lo conoció en el exilio en Washington. «Rodrigo estaba a punto de encontrar su voz, su estilo y su futura vida» cuando murió. «Ahora volvió y le pertenece a Chile para siempre».

Exposición temporal

Las fotos son una recopilación de una exposición realizada en el marco de la conmemoración de los 40 años del golpe militar de forma simultánea en el MAC de Quinta Normal y el Museo de la Memoria, bajo la dirección de la curadora Montserrat Rojas Corradi.

Rojas confiesa que desde el principio se pensó en la publicación de un libro porque era “fundamental para dar cuenta del trabajo que había realizado Rodrigo”.

“Las exposiciones son temporales, y en ese sentido pasan un poco al olvido tras un tiempo. En cambio, un libro mantiene la memoria viva y sobre todo a lo relacionado a Rodrigo, quien ya sabemos en las circunstancias en que murió”, cuenta. “(El director de LOM) Paulo Slachevsky apoyó de inmediato la publicación”.

“Nos parecía importante que la obra de Rodrigo quedara entre nosotros a través de una publicación, y que no sólo existiera la  muestra cuya permanencia en el tiempo es siempre limitada”, coincide Slachevsky. “Era lo que correspondía hacer en su homenaje”.

Un fotógrafo contemporáneo

La curadora relata que la exposición se gestó a partir de su interés de levantarlo “como un fotógrafo contemporáneo y situarlo, por un lado, fuera de su relación con los derechos humanos, y en otro sentido grabar su historia en el ámbito de lo político y por eso era importante hacer la exposición en ambos lados”.

Portada

“Rodrigo es contemporáneo ya que sus imágenes no habían circulado mucho tras su muerte. Pero Rodrigo además de ser un fotógrafo es un emblema de los derechos humanos, quien traspasó generaciones en Chile. Así que la relación del MAC con el Museo de la Memoria era un diálogo importante para instalar y reivindicar su figura política”, dice.

La selección de las imágenes no fue fácil, ya que a pesar de su corta edad, Rojas ya contaba con un gran archivo. “No siempre uno se encuentra con un fotógrafo múltiple, obsesionado y comprometido como lo era él”, asegura la curadora. “En su archivo se denota desde una temprana edad su interés por fotografiar todo”.

La investigación para la muestra pudo determinar que Rodrigo fue un fotógrafo que siempre andaba con dos cámaras, una en blanco y negro y otra a color, o en diapositivas, por lo que su archivo tenía una gran diversidad de tomas, explica Rojas.

“Durante la edición y selección del libro fue importante dar a conocer sus fotografías a color, ya que durante la dictadura no hubo muchas imágenes a color. No todos tenían el acceso al color, y también era un tema de seguridad para los fotógrafos fotografiar en blanco y negro, ya que ellos mismos las revelaban. Por ejemplo, Rodrigo sacó fotografías a color del funeral de Ronald Wood, un gran aporte a la construcción histórica de la fotografía del tiempo”, señala.

La exposición “se propuso hacer una lectura de un artista que fue capaz de retratar todo lo que veía a su alrededor con una gran sensibilidad, desde un recorrido de su vida familiar, su cotidianidad y lo político, tema importante cuando llegó a Chile”, aunque no el único.

“La política fue un tópico en sus fotografías, pero no sólo desde un punto de vista de las contingencias, sino también desde lo que era su familia, la que estaba en el exilio”, señala. “Vemos imágenes del cotidiano del exiliado, de su entorno y la calle, como marchas en Canadá y Estados Unidos. Sus fotografías son de un carácter documental, el cual al llegar a Chile se transforma en periodismo”.

Para Slachevsky, el patrón en su fotografía fueron la vida en el cotidiano, su vida y su entorno. “La misma fotografía de las protestas son expresión de ello, era el cotidiano de su retorno a Chile en plena dictadura”, dice.

Legado generacional

A pesar de su temprana muerte, la conclusión es que el artista sin duda deja un legado. Para la curadora, su herencia es su manera de mirar el mundo, “una capacidad de transitar por culturas y situaciones políticas disímiles que se ven reflejadas en sus fotografías. Hablo de Canadá, Estados Unidos, Perú y Chile”.

“Su trabajo fotográfico es el reflejo de un niño, un joven en el exilio, de su retorno y primer reencuentro con Chile”, complementa Slachevsky. “Los primeros pasos de un camino fotográfico comprometido con las luchas por la libertad y la dignidad”.

La curadora cuenta que un hallazgo de la investigación fue que su figura transgredió todas las generaciones, siendo un símbolo para jóvenes y adultos. “Sé que Rodrigo fue un ejemplo durante las movilizaciones de los pingüinos el 2006 y las del 2011, por ejemplo. Para Chile fue el comienzo del término de la dictadura, es parte de le memoria viva de muchos y además un recuerdo de lo que nunca más debe pasar”.

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