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Los versos satíricos y políticos de «Temporal», el libro perdido de Nicanor Parra Habla Adán Méndez, el descubridor del texto inédito

Los versos satíricos y políticos de «Temporal», el libro perdido de Nicanor Parra

Tras estar perdido por dos décadas, acaba de ser publicado por Ediciones UDP, en el marco del cumpleaños número 100 del poeta. Fue hallado en los cassettes de un crítico brasileño. Se trata de un texto lleno de ironía y abierta crítica al gobierno de la época, de compasión con los chilenos que sufrieron un verdadero cataclismo hídrico, donde no falta el recuerdo de los mapuches y los españoles, que tampoco salen bien parados.


Apenas 58 páginas tiene “Temporal”, la última obra del poeta Nicanor Parra, que acaba de publicar Ediciones UDP. Se trata de un largo poema que comenta el crudo invierno que sufrió Chile en 1987, y sus consecuentes daños materiales y pérdidas humanas, cuando se avizoraba el fin de la larga dictadura militar.

El lanzamiento coincide con el centenario del poeta, que cumple un siglo el próximo 5 de septiembre. En el marco del centenario se realizan una serie de actividades conmemorativas, como un concierto en el Palacio de La Moneda -donde su nieto Cristóbal Ugarte tocará algunas piezas inspiradas en poemas de su abuelo- y una exposición en el centro cultural GAM (“Parra 100”).

nicanor-parra 1En este caso, se trata de un texto lleno de ironía y abierta crítica al gobierno de la época, de compasión con los chilenos que sufrieron un verdadero cataclismo hídrico, donde no falta el recuerdo de los mapuches y los españoles, que tampoco salen bien parados.

Perdido y recobrado

“Escrito en 1987 y extraviado durante más de veinte años, Temporal aparecía una y otra vez en las conversaciones de Nicanor Parra, que hablaba de este poema largo como uno de sus trabajos más importantes escritos durante la dictadura, como un nuevo tipo de texto que venía a sumarse a los Artefactos, a los Sermones y prédicas, a los Trabajos prácticos, a los Ecopoemas, rezala contraportada del libro. “Un texto que abría un nuevo horizonte a la poesía, lo que años más tarde Parra llamaría Discurso de sobremesa”.

Efectivamente, el texto estuvo a punto de desaparecer para siempre. Eso pensaba el editor Adán Méndez (Concepción, 1968), ganador del Premio Revista de Libros de El Mercurio 1992 y compilador de la obra de Parra, a quien el poema efectivamente se le había perdido.

“Estaba en medio de un grupo de cassettes grabados en Chicago en los años 80”, cuenta Méndez, en alusión a las cintas que grabaron las conversaciones entre el poeta y el crítico brasileño René de Costa, donde Parra recita el trabajo íntegro y que él pudo escuchar más de veinte años después. “Ahí Parra leía completo este poema que era trabajo del momento, y que después se le traspapeló”.

Para Méndez se trata de “un poema largo, en torno a un tema principal y con multiplicidad de voces”. “Invierte al Cristo de Elqui, que era una voz única hablando de muchos temas”, explica. “Es el primer ‘Discurso de sobremesa’, efectúa la transición hacia esta meseta antipoética”, señala en referencia al libro homónimo publicado en 2006, una recopilación hecha por Méndez junto al crítico Vicente Undurraga.

La crítica frontal

“Inundaciones” se titula el primer poema de este texto recobrado, que empieza así: “El invierno de 1987/es el más crudo en la historia de Chile”. “Hambre en las poblaciones”, se llama el segundo poema, mientras en el tercero (“Bajó la temperatura”), Parra ironiza: “Boletín de la Secretaría General de Gobierno:/la inundación se debe exclusivamente/Al exceso de agua caída/En las últimas 24 horas”, para agregar: “Algo falló tal vez/Nadie es perfecto”. Por si no queda claro, en los versos inmediatamente siguientes remata: “A la tortura sórdida de la tierra/Se suma ahora la tortura del cielo”.

“El poema es claramente político, no se trata de un subtexto”, asegura Méndez sobre «Temporal». “Es explícitamente político de principio a fin. Y respecto de lo que dice, también es completamente claro, a Parra no hay que andarlo interpretando, cualquiera se da cuenta de qué dice”.

Efectivamente, Parra no se anda con rodeos. “¿Y las autoridades dónde están?”, se pregunta más adelante, para luego recoger, en “Opiniones del hombre de la calle”, frases como estas: “Tiene razón el hombre/El 11 de septiembre sí que fue una catástrofe”. O “Hasta cuándo Señor/Hasta cuándo/Por qué no llaman un ingeniero civil/los milicos no tienen idea”. O “No podemos sentarnos mi general/estamos con el agua a la nariz”. Ni siquiera los españoles se salvan: “metieron la pata/a quién se le puede ocurrir/instalar las ciudades en el Valle Central”.

“No hay sentidos ocultos en esos versos”, señala Méndez, a propósito de frases como “se necesitan árboles frutales”, “gavioncitos a mí” o “los degollados tienen la palabra”. ”Son bastante claros”. Aunque matiza: “Pero tampoco hay considerarlos como afirmaciones de Parra, sino de las voces que hablan en cada caso”.

Los mapuches están entre los pocos que salen bien parados. “Nunca tuvieron pleitos con el río/se abanicaban con los terremotos/porque sus rucas eran asísmicas”, escribe Parra. “Hasta fueron tildados de antropófagos/porque sabían más que Carlos V”, prosigue, “pero lo que yo quiero subrayar/es lo siguiente:/ellos no practicaban el comercio/los mercaderes eran los cristianos”.

Más claro, echarle agua.

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