Publicidad
«GOØ y el amor», el nuevo libro de Claudia Apablaza GOØ, Claudia y la alt lit

«GOØ y el amor», el nuevo libro de Claudia Apablaza

Galo Ghigliotto es editor y escritor.


Sobre GOØ y el amor (Santiago: Libros de La Calabaza del Diablo, 2014)

GOOAMOR

Acaba de publicarse en Chile la última novela de Claudia Apablaza, GOØ y el amor (Santiago: Libros de La Calabaza del Diablo, 2014), que el año 2012 recibió el Premio ALBA de novela (Cuba) y fue publicada en ese país sin que alcanzara las estanterías nacionales, hasta ahora. En ella una joven llamada GOØ narra en primera persona sus vivencias de un modo no lineal, aleatorio, a ratos apelando al lector, o bien, mediante cartas o chats a su madre. Aunque GOØ es fanática de los viajes, de las “cosas naturales”, las pastas integrales y del porno en internet, su mayor preocupación –como se adivina desde el título de la novela– es el amor. Sus amantes son varios, aunque la mayoría de ellos intrascendentes, a excepción de A., el único a quien se le asigna una voz que aparece y desaparece a lo largo de la novela, silenciando momentáneamente la omnipresente voz de GOØ. Los otros, los amantes secundarios, llámense CM, CO, TD, S, o como sea, sólo sirven de articulación para las varias anécdotas que GOØ vive a lo largo de las 124 páginas de esta breve pero intensa novela.

Una de las características que más resaltan en GOØ y el amor son las herramientas que usa Apablaza para desarrollar su narración: e-mails, listados varios, nóminas de temas buscados en la web, resultados de tiradas de tarot virtual, tweets, etcétera. A través de ellos la escritora moviliza información, en ocasiones casi de manera involuntaria, pero siempre conectada a un estado de ánimo particular, logrando una armonía poético-referencial alineada a los modos de comunicación que, cada vez con más frecuencia, usamos en el diario vivir.

Si bien ya son muchos los autores que –tanto en poesía como en narrativa– se han dejado impresionar por las “nuevas tecnologías” y los diferentes lenguajes de internet, pocos logran trabajar con ellos sin convertirlos en excesos absurdos (por ejemplo, pegar las publicidades que vienen con los correos electrónicos gratuitos, en varias páginas de un libro…). En este sentido, Claudia Apablaza ha conseguido mediar de manera exitosa con las herramientas del mundo virtual en beneficio de una narrativa que fluye correctamente y, por lo mismo, podríamos asegurar que es la mayor –porque no la única– representante chilena de la “alt lit”. Alt lit es la abreviación de “alternative literature” (literatura alternativa), en evidente juego con la tecla “alt” de los computadores con sistema Windows. El término describe una comunidad literaria que publica y/o toma sus motivos de internet, de la cultura de internet y de las personas conectadas a través de las redes sociales, incluyendo a blogueros, tuiteros, usuarios de Facebook, etcétera. Existe una página web (iamaltlit.tumblr.com) en la cual los seguidores y participantes del movimiento reafirman su interés por desarrollar este tipo de escritura, e incluso tienen detractores agrupados en una página parodia (iamnotaltlit.tumblr.com). Como sea, varios son los autores que cultivan el género “alt lit” y son cada vez más publicados en papel, en diferentes países. Algunos de ellos, como Tao Lin y Blake Butler, han sido publicados en España.

En esta corriente podemos ubicar a Apablaza, no sólo por el uso de las formas de internet en sus textos, también por el estilo eminentemente autobiográfico que cultivan los adláteres de este género: una narrativa descarnada, en base a hechos íntimos que los autores experimentan en su dimensión real y virtual, importando al papel los códigos del internet y, de paso, dejando registro escrito de las nuevas formas de relaciones sociales que surgen en un mundo cada vez más híper conectado.

La obra de Claudia Apablaza se caracteriza por esa desinhibición matizada a través del “html” y se convierte, cómo no, en una propuesta interesante, fresca, que traspasa la línea de la novedad para ofrecer una forma de escritura acorde a nuestros días.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias