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Estrenan en Matucana 100 una inédita versión del clásico social “Chañarcillo” Por primera vez, un trío femenino dirige la obra de Antonio Acevedo

Estrenan en Matucana 100 una inédita versión del clásico social “Chañarcillo”

El montaje, que cuenta la historia de dos mineros nortinos, se luce con innovaciones como la incorporación de elementos audiovisuales, una visión menos costumbrista y una exposición más directa del machismo. “Los temas que allí se tratan, que tienen que ver con las diferencias sociales, con la vida de los obreros en Chile, siguen siendo contingentes”, dice Carola Rebolledo, una de las directoras.


El clásico social “Chañarcillo”, del dramaturgo chileno Antonio Acevedo (1886-1962), se estrenó ayer en el centro cultural Matucana 100 por primera vez con un trío femenino en su dirección.

Carolina Araya Lucero, Carola Rebolledo González y Nelda Muray-Prado dirigen esta versión de una obra publicada en 1936, que ya se había montado en tres diferentes temporadas, bajo la batuta de destacados directores teatrales: Pedro de la Barra (1953), Fernando González (1978) y Andrés Pérez (2000).

La historia de “Chañarcillo” transcurre en la taberna del pueblo de Juan Godoy, lugar de encuentro de los trabajadores y espacio que se transforma en el escenario para dejar al descubierto los vicios, deseos, dolores y alegrías de las clase obrera chilena.

La obra cobra dimensiones de epopeya en el momento en que los dos mineros “Suave” y “Chicharra” se internan en un viaje iniciático por el desierto en busca de un filón de plata que los sacará de la pobreza y los ayudará a restituir su dignidad.

chañarcillo

“Chañarcillo” es uno de los primeros textos de teatro social escritos en Latinoamérica, un retrato de la sacrificada vida en las minas del norte de Chile y una crítica a un sistema en el que prima la ley del más fuerte, la ambición, la fortuna y la violencia como eje de las relaciones humanas. Ganadora del Fondart 2014, esta versión cuenta con 21 actores sobre el escenario, música en vivo y bailes folclóricos.

Actualidad y mano femenina

Rebolledo explica que el interés por montar nuevamente la obra surgió a partir de la actualidad de la temática.

“Los temas que allí se tratan, que tienen que ver con las diferencias sociales, con la vida de los obreros en Chile, siguen siendo contingentes”, dice.

Las directoras también se dejaron llevar por el deseo de revivir los clásicos del teatro chileno, “de volver a nuestra tradición teatral”, como enfatiza Rebolledo, “de no abandonar los grandes textos que constituyen nuestra identidad teatral nacional”.

Añade que el hecho de que haya tres mujeres directoras también hace una diferencia.

“El tema de la relación de lo femenino y el machismo es un componente súper fuerte, (pero) hasta ahora la obra siempre había sido puesta en escena por hombres”, señala. “Queríamos ver cómo esa crítica al machismo que se presenta se podía enfocar desde una mirada femenina”.

“Si bien es un texto en el que se pone en tensión la temática del machismo y el modo en que se ve a la mujer como ciudadano de segunda categoría, desde la perspectiva del hombre el texto es tan violento que siempre se suavizó”, detalla. “Y, en el caso nuestro, que somos mujeres, quisimos mostrarlo de manera más descarnada, más violenta”.

Más audiovisual y menos naif

Otra diferencia es que por primera vez se incorpora el componente audiovisual. Aunque cuando Acevedo escribió la obra sugirió la utilización de proyecciones, nunca se había materializado.

“Hay un momento de la obra en que el personaje protagónico, producto de la sed y el cansancio, comienza a alucinar, y a ver imágenes de su pasado, a imagina lo que debería estar ocurriendo en el pueblo y que él no quiere que ocurra. Estos delirios son lo que hemos materializado a través de estos videos, que han sido filmaciones en exteriores y también en alguna locaciones que se hicieron especialmente para el montaje”, explica Rebolledo.

Pero las innovaciones no terminan ahí. Para Carola Rebolledo hasta ahora la obra se había montado desde un lugar bastante costumbrista, “desde una reivindicación de las clases sociales bajas, (pero) alivianando un poco este mundo de rudeza y de violencia. Nosotros queremos exponerlo de manera directa, quitándole este toque medio naif que se le ha imprimido al teatro chileno en el retrato de sus clases populares”.

En clave de folclor

Esta versión también da gran importancia a la música típica chilena. Para el montaje, las directoras contaron con la valiosa colaboración de la folclorista Andrea Andreu.

“(Queríamos) revivir un poco de nuestra música y danza y llevarla al escenario”, indica Rebolledo, “para contagiar a nuestro país, que está lleno de cosas que vienen de otros lugares, de un poco de identidad nacional”.

“En la obra está la figura de las cantoras, que son las que animan la fiesta. En nuestro montaje están incluidas y la música ocurre en vivo: cuecas, tonadas, valses, música proveniente de nuestra tradición folclórica”.

Acevedo, en su deseo de generar conciencia sobre la importancia de la tradición folclórica de nuestro país, incluyó en “Chañarcillo” la música como pieza clave para la narración. El montaje cuenta además con Margot Loyola y Osvaldo Cádiz como asesores folclóricos (los cuales participaron también en las dos primeras versiones de la obra) y la dirección musical está a cargo de Andreu, sucesora y recopiladora del trabajo de Loyola.

Ficha Artística:

Codirectoras: Carolina Araya Lucero, Carola Rebolledo González, Nelda Muray-Prado.

Elenco: Jorge Rodríguez, Iñigo Urrutia, Nelda Muray-Prado, Hugo Medina, Humberto Gallardo, Marcelo Maldonado, Carola Rebolledo, Claudio Riveros, Carolina Araya, Leonardo De Luca, Mauricio Diocares, Esteban Cerda, Roberto Vallejos, César Ramírez, Pablo San Martín, Giordano Rossi, Andrea Andreu, Bárbara Wilson, Paola Lucero, Alejandra Pérez-Vera y Francisco Cuevas.

Fechas y horarios: 28 de agosto hasta 14 de septiembre. De jueves a domingo, 20:00 horas.

Lugar: Centro Cultural Matucana 100, Metro Quinta Normal

 

 

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