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«Migrante», la novela que  penetra en la deshumanización de la vida cotidiana Habla de dos hermanos peruanos que buscan una mejor vida en nuestro país

«Migrante», la novela que penetra en la deshumanización de la vida cotidiana

El texto de ficción de Felipe Reyes, fue presentada en la última Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa). El autor quiso hablar sobre un tema poco tocado en la literatura chilena y también a partir de su propia experiencia como residente en España.


“El resto de mi vida va a transcurrir en un lugar del que no sé nada. Vamos a dejar atrás la tumba de nuestros antepasados, vamos a dejar nuestro nombre, colgado en la rama de algún árbol, como una ropa abandonada que a nadie le interesa reclamar. A donde vamos no seremos nada, pobres, sin historia…”.

Así reza “Migrante” (Ventana Abierta Editores), la última novela del escritor Felipe Reyes (Santiago, 1977), que fue presentada el 4 de noviembre en la última Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA) por Juan Pablo Cárdenas, Premio Nacional de Periodismo, y Carlos Muñoz del Colectivo Sin Fronteras.

inmigranteEl libro cuenta la historia de dos hermanos peruanos, Antonio y Carlos, que migran a Chile en busca de una mejor vida.

En el prólogo, el escritor cubano Alejandro Aguilar señala que esta obra “penetra en la deshumanización a la que la vida podría empujarnos bajo determinadas circunstancias, para hacernos conscientes de nuestra condición humana”.

“Es una provocación, una clarinada, que todos necesitamos y terminaremos apreciando, para que la desidia no nos lleve a perdernos en las trampas de esa otra migración, la interior, la de nuestras mentes y sentimientos, que cada día puja por enviarnos hacia lo más hondo de nuestro egoísmo”, dice.

Tema poco tratado

La inmigración reciente es sin duda un tema poco tocado en Chile, aunque a estas alturas las razones para abordarlo sobran: entre 2002 y 2014, este fenómeno creció en un 160%, según un reciente informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Además el Ministerio del Interior calcula que los extranjeros en Chile alcanzan las 441.000 personas, principalmente peruanos (37%), argentinos (15%) y bolivianos (7%).

A nivel literario, uno de los pocos en hablar del tema ha sido Ramón Díaz Eterovic, con su libro “El color de la piel” (Editorial LOM, 2003), que habla sobre un peruano desaparecido en la Plaza de Armas de Santiago.

“Mi idea es, humildemente, acercar el tema al ciudadano común, a través de una historia humana, de esfuerzo, que contiene temas universales como la hermandad, la memoria, la infancia, la familia, los sueños… Sacar el tema de los estudios académicos y las cifras”, señala el autor.

“Y también, en algún aspecto, en lo que nos hemos convertido como país, como sociedad -mejor dicho “en lo que nos convirtieron”-, y como tratamos al desconocido, al diferente. Es también una invitación a entendernos y a convivir con la riqueza de otras culturas”, agrega Reyes, quien el año pasado fue premiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes por su  libro “Nascimento, el editor de los chilenos”.

Experiencia propia

Algo sabe Reyes del tema. Él mismo fue un inmigrante gracias a una estadía de varios años en Barcelona. Allí vivió como “legal”, luego como “ilegal” y además trabajó como voluntario en una ONG que atendía a inmigrantes africanos, latinoamericanos y de Europa del Este, según cuenta.

“Conocí de primera mano lo duro que puede ser la legítima decisión de comenzar una nueva vida en otro lugar”, recuerda. “Ya de vuelta en Chile, vi que, al margen del lugar geográfico, las historias son muy parecidas aquí o allá. ‘Migrante’ se sitúa en Perú, pero el relato de estos dos hermanos que quieren cruzar a Chile es la historia de miles que día a día están dispuestos a todo para cumplir su sueño, y eso es parte de mi propia historia también”.

Para escribir el libro, Reyes conversó no sólo con peruanos, sino también con colombianos y bolivianos, algunos de los cuales incluso leyeron el manuscrito antes de su publicación y se emocionaron con la historia. También revisó algunos estudios sobre el tema, además de contactar al Colectivo sin Fronteras, una corporación que trabaja especialmente con niños migrantes.

“Paralelamente a ese trabajo, me iba mirando un poco hacia adentro y recordaba mi propia experiencia, y así, en un par de meses ya tenía una versión final del relato”, señala.

Reyes optó por dos hermanos como personajes para generar un contrapunto dramático en el relato. “Me pareció que el lazo familiar ahí expuesto acentuaría más el desarraigo, el abandono de una historia personal, la nostalgia, por qué para mí, finalmente, la única patria es la familia, no sé, tus amigos, tu barrio, esa historia común que en un comienzo se construye con tu círculo más cercano”, dice. “Para mí no es una bandera ni un himno”.

Respecto a la nueva inmigración, Reyes tiene las cosas bastante claras: cree que muchos de los nuevos inmigrantes “son atraídos por la falsa imagen de ‘país exitoso’ que han vendido afuera, imagen que para mí no es real en absoluto”.

“Y creo que por esto mismo se han generado los principales problemas con los inmigrantes de los países vecinos: Chile no garantiza a su población derechos básicos como educación o salud. Y qué decir de la precariedad del empleo, con un sueldo mínimo irrisorio”, concluye.

 

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