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El significado de Okwui Enwezor para el arte Latinoamericano De la documenta de Kassel 2002 a la Bienal de Venecia 2014

El significado de Okwui Enwezor para el arte Latinoamericano

El autor es investigador de las relaciones arte, ciencia, tecnología y sociedad desde 1999.


En el año 2002 Miwon kwon publicó su tesis de doctorado en el MIT: una genealogía del concepto Site Specific (sitio específico, que también se puede utilizar como situación), desde su aparición en 1965 – en relación a problemas topológicos de las obras de Richard Serra- a su adopción por las tendencias del multiculturalismo de fines de los años noventa.

En la introducción de su libro: One place after another. Site specific art and locational identity, Kwon señaló que además de la evolución del término Site Specific, también fue el más utilizado en catálogos de exposiciones, postulaciones a becas, y formatos similares durante la última década del Siglo XX siendo contados los casos en que realmente se definía el concepto.

Siguiendo esta argumentación no sería extraño que luego de la consolidación del actual curador de la Bienal de Venecia Okwui Enwezor, la mayoría de las obras se justificaran aludiendo a temas de identidad, subjetividad y representación, sin profundizar en la evolución de estos enunciados utilizados por él en los últimos 15 años, y para nuestro caso, aún menos en lo que concierne al arte latinoamericano.

 Identidad, subjetividad y representación

En 1999 fue designado curador de la documenta de Kassel, la principal plataforma internacional para la discusión del arte contemporáneo, el cientista político e historiador del arte de origen nigeriano Okwui Enwezor.

En una de sus primeras declaraciones planteaba una crítica a la concepción de arte contemporáneo determinada por el mercado del arte que se expresaba en la lógica de una serie de objetos extravagantes puestos en una galería. Al contrario Enwezor planteaba que Documenta al inicio de siglo XXI debía poner atención en las transformaciones culturales determinadas a través de problemas de identidad, subjetividad y representación. Es decir como sabemos quiénes somos, cómo se construyen los significados, y cuáles son los mecanismos para volver a presentar la realidad.

Con anterioridad, Enwezor participó de los 100 días 100 conferencias de la documenta X, curatoría de Catherine David, quien había planteado un modelo retrospectivo de sistemas de representación social, articulados por grandes hitos como el fin de la Segunda Guerra Mundial, la revolución estudiantil de 1968, el fin de la guerra de Algeria, y la caída del Muro de Berlín, a través de medios como la filosofía contemporánea, la arquitectura, la música popular, las nuevas tecnologías, el cine y demás manifestaciones que determinaron estos mecanismos.

En la documenta de Enwezor el desafío fue proyectar este modelo a realidades contemporáneas en distintas partes del mundo, cruzando herramientas de la semiología política, y otras que consolidaban esto objetivos a través de plataformas: «experimentos con verdad: justicia transicional y los proceso de verdad y reconciliación», «Creolidad y criollismo», «Estado de sitio: cuatro ciudades de Africa, Freetown, Johannesburgo, Kinshasa, Lagos», y «Democracias sin realizar».

http://www.documenta12.de/archiv/d11/data/english/platform1/index.html

Esta forma de plantear la transformaciones de la cultura hoy se presentan en la Bienal de Venecia, el encuentro de arte contemporáneo más antiguo que existe, y desde ahí cabe la interpelación institucional sobre una verdadera reflexión de nuestros procesos de identidad, subjetividad y representación o la conformidad de lo que Enwezor llamó “un gabinete de curiosidades“, como enfoque que no permitiría interrogar las transformaciones culturales en nuestra época.

Modernidad, Educación, Vida

En Santiago de Chile, durante los años 2000 y 2001, utilizando el apoyo que significaba el planteamiento de la documenta del año 1997 y la que se preparaba para el 2002, y sumando la reflexión epistemológica institucional heredada de Joseph Kosuth se plantea un modelo para la III bienal de Arte del Museo Nacional de Bellas Artes, basada en sistemas de representación social. Esta Bienal que fue bautizada por la prensa como “la bienal sin obras de arte“, basó su modelo en aplicaciones interdisciplinarias aplicables a la determinación de la sociología de la producción simbólica. Este trabajo se organizó a través de las estaciones del metro, internet, mesas de discusión y estructuras epistemológicas de los campos de producción simbólica dentro del museo. La primera estructura fue principalmente el resultado de la revisión comparada entre las vanguardias de Chile con Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. Resultado de esta revisión surgieron grandes vacíos que después pudimos reconstruir a través de la investigación.

En la documenta siguiente a la curatoría de Enwezor, el responsable principal Roger Brueguel convocó a 90 revistas de crítica del todo el mundo en base a tres preguntas: ¿es la modernidad nuestra antigüedad?, educación y ¿qué es la nuda vida? Después de un debate de año y medio seleccionó propuestas que fueron distribuidas en tres numero temático por al editorial Taschen.

En el debate sobre modernidad coincidimos con la investigación planteada el año 2001, revisando sistemas de representación de la modernidad en el espacio público en América Latina, desde el damero colonial, pasando por la ciudad universitaria de Carcas, Brasilia o el edificio de Cepal en Chile, hasta llegar al proyecto de edificio para la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas en Comercio y Desarrollo (UNCTAD III), realizado en Santiago de Chile en abril del año 1972.

La conferencia en si misma tenía por objetivo buscar un punto en común para un modelo de desarrollo alternativo que unificara los proyectos de América Latina con el grupo de los 77 países que no pertenecía al bloque socialista ni estaba directamente vinculado a la administración de Estados Unidos (el G77). Esta búsqueda también estaba representada por la necesidad de definir los ámbitos de la cultura como luego fueron planteados en la reunión de la Unesco de México del año 1982, subdivididos en: identidad cultural, la dimensión cultural del desarrollo, cultura y democracia, herencia cultural, creación cultural y artística, y educación por el arte, interrelaciones de la cultura con la educación, la ciencia, y la comunicación, planificación, administración y financiamiento de las actividades culturales, y cooperación cultural internacional.

En un momento en que por ejemplo nuestro Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) ha desarrollado una serie de actividades para que la comunidad discuta el significado del concepto de cultura de manera participativa, en el horizonte de la creación del nuevo Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio, o desde otro ángulo la Bienal de Arte del Mercado Común del Sur de Puerto Alegre vuelve a plantear la revisión de antecedentes no valorados en nuestra historia reciente, es desde esta visión que la coincidencia de criterios con Enwezor, uno de los pocos casos de un investigador a cargo de las dos principales plataformas de discusión del arte contemporáneo internacional, coincide con las problemáticas que ya se han planteado en América Latina en concordancia con estas plataformas, y resurge como un desafío y una consolidación para la discusión concreta sobre estas estructuras que determinan las concepciones de la cultura más allá de un “gabinete de curiosidades“ donde en muchos casos insisten en permanecer.

 

 

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