Daniela Vega, protagonista del filme
Tras pasar por los cines en diciembre, la cinta vuelve este año en las salas alternativas durante el primer semestre. “Es la primera película en Chile de temática transexual que es una ficción. Me convierto en la primera actriz, profesionalmente hablando, transexual del país, y en una de las pocas de América”, agrega la artista. Escrita y dirigida por Mauricio López, cuenta la historia de Elena, una transexual que vuelve a un pueblo en el sur de Chile para asistir al funeral de su padre y enfrentar a su madre (Rosa Ramírez).
La película La visita, que aborda sutilmente el tema de la transexualidad, tuvo en diciembre su paso por las salas de cine y volverá este año en las independientes, durante el primer semestre de 2015.
Escrita y dirigida por Mauricio López, cuenta la historia de Elena, una transexual interpretada por la actriz Daniela Vega, que vuelve a un pueblo en el sur de Chile para asistir al funeral de su padre y enfrentar a su madre (Rosa Ramírez, la protagonista del clásico teatral La negra Ester), quien trabaja como empleada en una casa patronal.
Estrenada en el Festival de Cine de Valdivia, se trata del primer film de ficción que aborda el tema de la transexualidad. Vega, ella misma una artista transexual, es fundamental, porque su rol protagónico se lleva el peso de la cinta.
Y sale airosa.
Daniela Vega y Rosa Ramírez
Vega (Santiago, 1989) es una artista neta. Cantante, actriz y estilista, cuenta que inició sus estudios en canto en el colegio Benjamín Claro Velasco de Ñuñoa y desde 2011 estudia con el cantante lírico Sebastián Muirhead.
Invitada por un amigo, desde 2010 a 2011 asistió a diversas instancias teatrales en la Universidad Arcis como oyente, participando en algunos ejercicios. A partir de esta experiencia, en 2011 protagonizó el montaje La mujer mariposa, un biodrama en formato de gabinete basado en su vida (donde además canta ópera), convirtiéndose de paso en la primera actriz transexual en protagonizar una obra en ese formato, dirigida por Martín de la Parra.
La obra se montó, entre otros, en el teatro Mori y en el centro cultural GAM, donde en 2013 el realizador López tuvo la oportunidad de verla y –tras una breve prueba de cámara- la convocó para actuar en La visita.
Vega ha participado de diversos proyectos audiovisuales: el último fue el primer video clip de la banda nacional Chico Trujillo, donde participa como actriz y estilista. Actualmente además trabaja en la obra teatral La pasión según Santa Elisa, escrita por su pareja, Nicolás Raveau. Vega dirigirá el montaje, centrado en un personaje solitario con VIH.
Sin duda la cinta ha sido un hito en su carrera. “Es la primera película en Chile de temática transexual que es una ficción. Me convierto en la primera actriz, profesionalmente hablando, transexual del país, y en una de las pocas de América”, destaca.
“Al Chile de hoy, que aparezca una película de estas características, con actores que estén disponibles para hacerla, y una actriz como yo, que está disponible también para mostrar la temática a través de mi cuerpo, es lógico que es un hito importante”.
Para Vega, “por moda o no”, por primera vez hay un interés sobre este tema, particularmente entre “las personas que retratan el arte”, que en cambio está ausente en el mundo político.
El film cuenta una historia “muy interesante, porque aborda la temática de la transexualidad a través de la imagen de una madre y una hija, en el campo chileno. Eso no se había hecho nunca y me parece que fue un riesgo del director tomar un tema como éste y hacer una película”.
La actriz destaca además que la cinta “no habla a grandes rasgos de la transexualidad”, sino más bien “tiene guiños y es bastante de insinuar”.
La película fue rodada durante un mes en Apalta, una localidad en las inmediaciones de Rengo, en la Sexta Región, en una antigua casona, un entorno que facilitó contar una historia “centrada en el proceso doloroso de soledad y melancolía de Elena y su madre y el resto de los personajes que viven en la casa, como la misma dueña de casa (interpretada por la argentina Claudia Cantero), que también está sola”, cuenta Vega.
“Siento que la película aborda el tema de la familia, pero muy a la chilena, metiendo debajo de la alfombra: hay un problema o algo para conversar, pero no se conversa, sino que se omite, si los niños preguntan se les miente y chao, se acabó el problema y nos ocultamos como topos”, reflexiona.
Aunque el peso de la cinta recae básicamente sobre los hombros de Vega, la artista señala que le ayudó estar acompañada por un buen equipo “que se armó en buena onda, gente joven. Todos estábamos haciendo por primera vez un largometraje grande y fue una experiencia súper enriquecedora, aprendí mucho, y fue muy intenso también”.
En esta experiencia fue clave Rosa Ramírez. “Trabajar con ella significó que mi personaje tuviera una coherencia mucho mayor que si no hubiese ella”, asegura. “Principalmente porque nosotros, fuera de rodaje, es decir, en lo privado, en lo interno, como equipo, pudimos entablar una relación casi de madre e hija, muy diferente a lo que pasaba en el set”.
“Mi actuación con la Rosa, mi trabajo con ella tiene que ver con una complicidad femenina. Ella vio en mí lo que no veía su personaje, y yo vi en ella lo que Elena no encontraba en su madre”, analiza.
Para la artista, “es muy bonito poder compartir con una persona con ese nivel de trayectoria, que viajó por el mundo entero con su obra, que creó junto al Andrés Pérez una escuela de teatro que no se había hecho en el mundo. Antes del Circo del Sol, antes que todos los demás circos teatros del mundo, ellos crearon eso. Trabajar con una persona de esas características es un honor. Cuando me contaron que ella iba a interpretar al personaje de mi madre fue una grata sorpresa. Si no era ella, no sé quién podría haber sido”.
