Entre música y gritos de cariño, la procesión llego hasta la calle Artesanos para visitar por última vez la pérgola Santa María, lugar concurrido y muy querido por el escritor. Ahí las floristas le rindieron homenaje lanzando pétalos de rosas sobre el féretro y creando una alfombra florecida para el trayecto final del recorrido a pie del cortejo. Hasta avenida La Paz continuó la lluvia de flores que se mezclaba con huellas de la Vega Central, que se ubica en ese sector.
Luego de una misa realizada por los curas franciscanos del convento a la que concurrieron amigos, representantes políticos y artistas, se inició la procesión por avenida Recoleta, con el objetivo de dar el último paseo al artista por rivera norte del Río Mapocho. Cientos de personas conformaron la procesión, marcada por el cariño y la admiración de la gente a Lemebel que fue transmitida con gritos, aplausos y música.
Apenas el féretro salió de la iglesia envuelto en aplausos y rodeado de muchas personas, la calle se transformó en fiesta. La agrupación Sambaigo dio inicio a un pasacalle del baile andino tinku con la banda de bronces y el cuerpo de baile. El conjunto interpretó un repertorio que incluía versiones de Víctor Jara. Coloridos y energéticos, los integrantes no dejaron de bailar ni tocar hasta que la carroza se fue por Santa María en dirección al sector sur, pero con escala en el departamento del artista Parque Forestal.
Entre música y gritos de cariño, la procesión llego hasta la calle Artesanos para visitar por última vez la pérgola Santa María, lugar concurrido y muy querido por el escritor. Ahí las floristas le rindieron homenaje lanzando pétalos de rosas sobre el féretro y creando una alfombra florecida para el trayecto final del recorrido a pie del cortejo. Hasta avenida La Paz continuó la lluvia de flores que se mezclaba con huellas de la Vega Central, que se ubica en ese sector.
Un camino que quería rescatar las raíces de Lemebel y un barrio al que desde siempre fue muy cercano. Así, marcado por la compañía del pueblo, de las personas que no lo conocían pero sí agradecían su figura, el viaje terminaba en calle Santa María, donde esperaba la carroza y buses dispuestos para que los más cercanos pudieran continuar el cortejo hacia el cementerio Metropolitano.
Una vez en el camposanto, se desarrollaron algunos discursos, que tensionaron el ambiente, particularmente durante el discurso de la Ministra de Cultura, Claudia Baratttini quien fue por momento abucheada y luego se interrumpió abruptamente su alocución por haberse salido del protocolo en cuanto a los tiempos de intervención. Finalmente, el féretro fue depositado en la tumba entre claveles rojos.
Foto: Claudia Montecinos
Claudia Montecinos
Claudia Montecinos
Claudia Montecinos
Claudia Montecinos
