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Amigo de Pedro Lemebel materializa el deseo del escritor de exponer su legado visual en su vecindario Sergio Parra, dueño de librería Metales Pesados

Amigo de Pedro Lemebel materializa el deseo del escritor de exponer su legado visual en su vecindario

Al corazón del barrio Bellas Artes llega la exposición sobre la obra visual y performática del fallecido escritor Pedro Lemebel. A través de fotografías, videos y audio la muestra hace un recorrido por la creación artística y las performances que realizó Lemebel a partir de la década de los 80 hasta fines de 2014. Por medio de los ojos y la narración de uno de sus amigos más cercanos revisamos las obras más importantes del montaje.


A poco más de dos meses de la muerte del escritor Pedro Lemebel se montó la exposición “Arder” en la galería Metales Pesados Visual. Una recopilación de la obra del también performista, que ya fue presentada en el Departamento D21 durante diciembre del año pasado. Hoy llega a la calle Merced para cumplir con su segunda etapa en Santiago.

Durante todo el 2014 el co fundador de Las Yeguas del Apocalipsis trabajó incansablemente en la confección de lo que sería la última exhibición de su trabajo visual. La curatoría la realizó en conjunto con sus amigos Pedro Montes, dueño de Departamento D21, y Sergio Parra, uno de los socios de Metales Pesados Visual, y puso énfasis en su faceta performática.

Exposición en Departamento D21

Exposición en Departamento D21

Llegado el momento de trasladar la exposición a Bellas Artes, Parra se preocupó de cumplir con los deseos que su amigo le manifestó en una de las tantas conversaciones que entablaron: Llevarla al barrio donde el escritor vivía su cotidianidad y compartirla con sus vecinos. “Nunca pensé no hacerla, la iba a hacer aunque no hubiera tenido galería y la hubiese montado en la calle. Él la quería ver en su barrio, quería que sus vecinos la vieran y muchos vecinos que veían a Pedro caminar por este barrio han venido a verla. Era un compromiso”, expresa Parra.

Uno de los cambios es la obra que recibe al público. Un muro tapizado con los afiches de un concierto de Boom Boom Kid en Buenos Aires, que utilizaba como centro una fotografía del escritor encarnando a Frida Kahlo. Según Sergio Parra, Lemebel siempre lo pensó como un gran muro de calle, similar a lo que se pudo ver en la capital argentina. Al momento de remontar la muestra, este deseo se aplicó al pie de la letra con un resultado que captura la mirada de los visitantes y transeúntes.

Al ardor del fuego

En octubre y noviembre del año pasado Pedro Lemebel hizo dos performances que culminarían una exposición planeada con extrema minuciosidad por su autor. Primero fue “Desnudo bajando la escalera”, un evento que se realizó a las 5 de la mañana en las escaleras del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Bellas Artes. El escritor descendió desnudo para luego ingresar a un saco y arrojarse por las escaleras prendidas con fuego.

Un mes más tarde acudió a un paso nivel en la Panamericana, a un costado del Cementerio Metropolitano, para ejecutar “Abecedario en llamas”. Letras de neoprén fueron dibujadas por el escritor en la estructura, y posteriormente fueron incendiadas. Ambos hechos fueron registrados por medio de fotografías y videos que son presentados en la exhibición.

Es la potencia del fuego, que en cada blanquecina pared de la galería se impone para marcar la obra de Pedro Lemebel. Así lo reconoce Sergio Parra, quien afirma que desde sus primeras obras en 1989 en el ex Hospital de Ochagavía de Pedro Aguirre Cerda  es posible ver la predominancia del fuego.

_DSC5757_prensa“Tú ves que en toda su obra está el fuego muy presente. Tiene una cosa muy fuerte con la figura de Sebastián Acevedo, los detenidos desaparecidos, los Derechos Humanos, de inmolar con fuego. Los chicos Rodrigo Rojas Denegri y Carmen Gloria Quintana. Siempre el fuego está presente en todo el trabajo de performance de Pedro, por eso la exposición se llama Arder”.

Memoria viva

Pasar al segundo nivel de la galería es introducirse en los inicios de Lemebel en la performance. Esta segunda parte de la muestra está marcada por la violencia contra los Derechos Humanos que Chile vivió en Dictadura, y que el escritor mantiene siempre latente en su obra. Un video que tiene lugar en Pisagua, donde funcionó uno de los campos de concentración más violentos del país.

El artista camina por la playa hacia el mar, y en cada pisada deja una huella de sangre, en conmemoración de todos los detenidos desaparecidos en la localidad. En la misma sala, una de las últimas obras que ideó a partir de una crónica que escribió a Ronald Wood, estudiante universitario asesinado en 1986 por militares. Lemebel guardó un volante con su rostro durante muchos años y lo montó en una caja con el audio de la crónica.

“Lo importante de la obra de Pedro tiene que ver con esa memoria social y política de Chile, del bajo pueblo, la violencia a los Derechos Humanos, la desigualdad, las infidencias sexuales. Va mucho más allá de una estética homosexual, interpela a cualquier sujeto. Eso es lo maravilloso que tiene Lemebel”, manifiesta Parra.

Pedro Lemebel NY_prensaAcción y registro

Las fotografías ordenadas cronológicamente son el fiel reflejo de una de las principales preocupaciones de Pedro Lemebel al emprender una performance, más allá de la acción de arte que conllevaban. Para el cronista el registro de las intervenciones siempre fue clave, por lo que contó con la ayuda de fotógrafos como Pedro Marinello, Mario Vivado y Paz Errázuriz. El recorrido da cuenta de las características de su obra:

“Está toda esa personalidad, esa fuerza visual de Lemebel, toda su obra es única en trabajo de performance. Siempre pensó que la performance era un registro. Además es una obra que interpela, ha entrado mucha gente a ver la exposición, todos se ven muy conmovidos. Una obra que es muy de acá, es muy chilena y muy latinoamericana.”

Un gesto de amistad

Para Sergio Parra “Arder” es un legado más de la producción de su amigo, que merece su compromiso y cuidado. Es por esto que lo emociona dimensionar la cantidad de personas que ha asistido a la exhibición y considera como una responsabilidad aportar en la conservación de ese legado.

“Cuidar ese legado, que se sigan formando escritores jóvenes y que siga influyendo como ha hecho siempre. Lo importante es que se siga leyendo. Y ahí están las personas que consideramos que hay que seguir divulgando su obra. Es el mejor gesto de amistad que uno le puede hacer a otro amigo, que su obra perdure en el tiempo mientras uno esté acá”, enfatiza Parra.

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