En primer concurso “Mi gran novela Non Stop” del centro cultural Estudio Panal
Se impuso entre 33 participantes, que debieron escribir el texto en apenas 24 horas. El escenario del libro es un futuro próximo donde ya no quedan perros, los niños ya no van a las escuelas y los profesores se suicidan. La premiación será el próximo 30 de abril.
El escritor Alejandro Cabrera (Santiago de Chile, 1970) se impuso en el primer concurso “Mi gran novela Non Stop”, organizado por el centro cultural Estudio Panal.
“A la mierda los deseos. Ayer cumplí mis cincuenta y decidí colgarme. Hoy busco en las afueras de la ciudad el árbol perfecto”. Así comienza su novela “Albinoni”, que habla sobre una mujer que quiere suicidarse y antes de hacerlo decide participar en una película pornográfica con un albino.
Cabrera se impuso entre 33 participantes, que debieron escribir un libro del género en apenas 24 horas, en enero pasado. La premiación de la obra, que será publicada, será el 30 de abril en Estudio Panal (Malaquías Concha 022, Metro Santa Isabel, Providencia), a las 20:00 horas.
En esta edición, el jurado estuvo compuesto por la editora Jimena Cruz y las escritoras Claudia Apablaza e Ileana Elordi.
“Fue para nosotras una sorpresa encontrarnos con el nombre del ganador una vez que abrimos los sobres”, señala Apablaza. “Todos participaron son seudónimo y cuando descubrimos que detrás de esta novela hay un escritor reconocido y que ya viene publicando desde los años 90, en editoriales como Planeta y Das Kapital, fue una grata sorpresa, debido a que para nosotros es un excelente escritor pero que publica muy poco. Por esto que poder tener un nuevo texto de él circulando nos llena de alegría”.
Cabrera es escritor y guionista. Licenciado en Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ha publicado el libro de cuentos «Simulacro» (Planeta, 2001) y la novela «Soldados perdidos» (Das Kapital, 2011).
Consultado sobre el origen de esta novela, Cabrera explica que se inspiró en “Taboo”, una película pornográfica (Estados Unidos, 1980), donde una madre, abandonada por su marido e insatisfecha sexualmente, tiene sexo con su hijo.
“Pero claro, lo abordé de otra forma durante el transcurso de esa noche de escritura en la que, además, y no sé por qué, recordé una película que había visto hacía muy poco con mi hijo chico sobre un gorila albino en el zoológico de Barcelona. De ahí el tema del albinismo que padece el muchacho de la historia, al que todos llaman Albinoni”, cuenta.
Cabrera quiso hablar de sexo y muerte porque “son temas que siempre han rondado mi cabeza y que, junto al amor, tienen la mala costumbre de ser los primeros temas que se asoman cuando estoy creando algo”.
Ya en “Soldados perdidos”, su anterior novela, ambos temas estaban muy presentes, primero porque “es una especie de homenaje a una actriz porno llamada Silvia Saint” y segundo porque el protagonista, Juan Perro, o John Dog, “es un escritor que termina convertido en asesino a sueldo”.
En el caso de “Albinoni”, el escenario es un futuro próximo, donde ya no quedan perros, los niños ya no van a las escuelas y los profesores se suicidan, como la protagonista, que decide hacerlo “porque su vida en realidad no ha sido muy feliz. Y bueno, lo interesante es que justo encuentra un lugar donde puede representar aquello que no le tocó representar en su vida anterior, aunque sea a través de la pornografía”.
