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En el día del Teatro: Manifiesto para una Ley de Artes Escénicas ¡Aquí y ahora! OIpinión

En el día del Teatro: Manifiesto para una Ley de Artes Escénicas ¡Aquí y ahora!

Claudia Pérez. Actriz, vocera de la Plataforma de Artes Escénicas


Durante años hemos escuchado en distintos escenarios y a diversos actores sociales decir, la engañosa frase «Por amor al arte». Esa afirmación, aparentemente  altruista, ha desvirtuado precisamente, todo el amor al mismo. Lo que encierra esa frase es la constante minimización del arte y la cultura, el constante presupuesto acotado y marginal, el “no alcanza para más”.

Así hemos caminado, como país, en materia de financiamiento de las artes escénicas, en la lógica de la “concursabilidad” de proyectos desde el Estado, y en la lógica de «lo que vende fácil”, desde la empresa privada. Así, esta inofensiva frase, ha tejido su cimiento y ha servido en el camino inverso del sentido que la sustenta.

Desde hace décadas en Chile que la cultura no ha sido prioritaria, con presupuestos marginales y la falta de una red integral que trabaje en la construcción de  identidad, la cultura y las artes han  pasado a ser para el estado, el hermano pobre y divertido.

Precarizando así, día a día, las condiciones de los artistas, la libertad de los creadores  y lo que es peor aún, minimizando, el acceso del público a las artes, a una elite que pueden pagar por los espectáculos que elijan.

Es así como  las artes escénicas de vanguardia, experimentales, de denuncia, con temáticas sociales, o simplemente las que no comulgan con las autoridades de turno hacen fila en los contados espacios para exponer, con temporadas cada día más fusibles.

Las dificultades de acceso, de creación, de difusión y circulación de las artes escénicas, se han acrecentando cada día más.

Esto, entre otros males, ha  provocado que el pensamiento quede preso y acorralado en una censura obligada por falta de recursos. Los artistas para montar un espectáculo deben muchas veces debatir entre su libertad de creación  y un tema que el público y los compradores lo encuentren atractivo y vendible; un elenco pequeño para que el proyecto sea rentable y de fácil circulación; una escenografía que no exceda ciertas dimensiones puesto que los espacios son cada día son  más pequeños; y una ficha técnica escasa, sin contar los costos de traslado y bodegaje.

La creación y el acceso para todo público, se ven, entonces, impulsados a transitar en la lógica de las leyes del mercado.

Así, una a una, se van instalando las censuras, y el arte va  perdiendo su esencia y carácter que lo determina: LA LIBERTAD.

Porque al no existir políticas de fomento sistemático, son los mismos artistas quienes subvencionan las artes escénicas del país.

Es por esta ausencia de fomento sistemático del Estado a las artes escénicas y de autonomía presupuestaria, que hoy tenemos el escenario que vivimos.

-Cierre de teatros

-Término de festivales

-Espectáculos sin difusión por consecuencia sin público

-Centralización excesiva

-Público y creadores que reclaman fomento de la cultura en su territorio.

Ante este escenario adverso, los creadores alzamos muchas veces la voz para increpar, advertir, alegar, siendo también erráticos y escépticos.

Hoy, sin embargo, decidimos ser metódicos y organizados. Hemos comprendido que el único camino para encontrar una solución definitiva es proponer, desde las organizaciones, una ley de artes escénicas que visibilice y solucione la problemática del sector y por consecuencia de la comunidad.

Es por eso que a través de una Plataforma de Artes Escénicas que representa a 15 organizaciones, elaboramos un proyecto de ley para artes escénicas, que de aprobarse resolverá a largo plazo, temáticas tan diversas como:

Acceso: Para que las artes escénicas lleguen a todo el público en cada rincón del país. A través de programas de subvenciones a salas y circulación.

Creación: Para que los creadores se dediquen 100% a sus obras sin cumplir la multifuncionalidad que los censura. Para que los creadores de regiones tengan autonomía y fomenten su identidad.

Financiamiento: Para que todos los creadores (desde los más jóvenes y experimentales hasta los consagrados) tengan la oportunidad de hacer realidad sus ideas y obras. No en la medida de “los recursos posibles”, sino en la medida del valor artístico y social de sus proyectos

Difusión: Para que el público se entere democrática y transversalmente de todas las creaciones nacionales.

Circulación: Para que el público de regiones tenga el mismo derecho al acceso que el público santiaguino. Y los creadores de regiones tengan las mismas posibilidades de mostrar sus trabajos que los creadores de Santiago.

Internacionalización: Para que nuestras creaciones, nuestra idiosincrasia y nuestra cultura se muestre y se visibilice en otras latitudes. Es decir que el Estado se haga cargo de la construcción de una imagen país y no la empresa privada, quienes eligen a discreción.

Preservación del patrimonio: Para que las futuras generaciones tengan acceso a la historia de las artes escénicas que por ser artes en vivo, mueren al momento de dejar de mostrarlas.

Protección laboral de los creadores: Para que los trabajadores de las artes escénicas tengan derechos laborales, derechos a salud y una jubilación digna.

Porque la libertad de creación no se transa.

Porque los artistas no podemos seguir subsidiando el arte en Chile.

Porque el arte y la cultura es un derecho de todas y todos.

¡Por el sincero “amor al arte” es que, queremos una ley de artes escénicas ahora!

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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